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Nada por aquí, nada por allá ¡Alehop!... y...15 colegios

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Como todos sabemos una de las tesis defendida con más ardor por parte del pensamiento económico convencional es aquella que reza que, en cualquier actividad humana (los más fanáticos insisten que sin distinción alguna), la iniciativa privada es la que funciona mejor. Y si hablamos de la actividad económica, se afirma que es la que lo hace de la forma más eficiente y más barata. De manera que ya ni se pierde el tiempo en analizar, discutir y rechazar la alternativa de la iniciativa pública, simplemente se la pretende desechar con un gesto de soberano y educado hastío. ¡Por favor?.!

En el límite este “Liberalismo sin complejos” acaba arrimándose más de lo imaginable a las tesis del viejo Bakunin, porque si todo lo que hace el Estado es tan perjudicial e ineficiente, lo más sensato sería hacerlo desaparecer. Pero que no cunda el pánico, los segmentos reaccionarios de la sociedad pueden estar tranquilos. Nunca se llegará a tales extremos. ¡Todavía hay clases!

Es evidente que toda esta ideología tiene consecuencias rotundas e inmediatas en el papel del Sector Público en la sociedad actual. Siempre, por pequeño que lo vayan dejando y por muchos recortes que le hagan, siempre habrá que seguir con las tijeras bien engrasadas. Porque, por definición, siempre el sector público estará “sobredimensionado”. Siempre aparecerá donde no debe estar. Su sola presencia resulta dañina: despilfarro, irresponsabilidad y corrupción.

No solo debe dejar de hacer cosas que hace mucho peor que los famosos mercados, también debe dejar de regular y encorsetar nuestros comportamientos. Porque “¿quién le ha dicho a usted que yo quiero que usted me proteja y me diga lo que puedo o no puedo beber??” . Porque ¿quién se cree usted que es para expoliarme mis dineros con impuestos para mantener a una serie de haraganes que no quieren trabajar...?

Por eso, dicen, hay que tomar medidas porque todo esto no se puede aguantar ni permitir. Así que 1º). Hay que eliminar cantidades ingentes de gasto público. Esta propuesta de recortar (sanidad, educación, dependencia, pensiones?) se ha encontrado con el reino de Jauja. Porque en las últimas décadas, y con todas las limitaciones que se quiera, se había ido poniendo en pie un importante Estado de Bienestar. Y ahora tienen tela para meter tijera sin tino y ponernos a todos en nuestro sitio “porque vivíamos por encima de nuestras posibilidades”. Hay que recordar que como proclamó Zapatero “bajar impuestos es de izquierdas” ¡Madonna! 2º). Aprovechando que la ocasión la pintan calva, hay que eliminar un montón de “rigideces” del derecho laboral para “hacernos competitivos”. Así, la Contrarreforma se utiliza para hacer propaganda de la “marca españa”. Y preparando más terrenos de conquista, sesudos servicios de estudio de los principales bancos privados, miden con precisión cuánto empleo se puede crear si se bajan los salarios un 10, un 20 ó un 30%....Y, apenas un poquito más allá y si se eliminasen todos los obstáculos legales, el paro con toda seguridad desaparecería?. 3º). Por último, hay que suprimir una multitud de controles, empezando por los urbanísticos, los medioambientales, los territoriales, los sanitarios? Y hay que alcanzar una total “flexibilidad” en las normas, porque quienes invierten su dinero y aceptan los riesgos inherentes a la “emprendeduría” ya han estudiado a fondo la rentabilidad de sus proyectos por la cuenta que les trae. Y no se puede permitir que aparezca cualquier Administración a ponerle pegas y dificultades a quienes quieren crear actividad económica y empleo. Además, si se diese el caso de que surgiera algún efecto negativo, el propio mercado se encargaría de solucionarlo.

En fin retornemos al sabio y bendito “laissez faire, laissez passer?”

Todo esto viene a cuento para entender y poder explicarnos cómo el Gobierno de Canarias acaba de aceptar la propuesta, que hace más de un año le viene haciendo con tesón y entusiasmo la Asociación de empresarios constructores y promotores de Las Palmas (AECPLP). Propuesta que viene a resolver un problema candente de la sociedad canaria que, se viene repitiendo, no tiene solución. Porque nos encontramos ante el siguiente escenario: a) se sabe que hace mucha falta construir centros escolares en algunos pueblos del Archipiélago, b) también se sabe de sobra que las arcas públicas están vacías y llenas de telarañas y, por último c) la política de restricciones presupuestarias prohíbe que el Gobierno de Canarias y su Consejería de Educación incrementen su endeudamiento.

Estamos dentro de un círculo cerrado del que no hay escape?. Pero?

La AECPLP entra en escena y dice que sí, que hay una solución que a la vez que resuelve el problema de la construcción de infraestructuras públicas, es “la herramienta más potente” para poner a andar el sector de la construcción, con lo que se consigue crear un montón de empleo.

Y la solución pasa por la “Cooperación público-privada” que, según ellos, es un concepto jurídico para desarrollar obras donde el capital público y el privado se asocian con el fin de hacer posible lo que es imposible de otra manera. ¡Atentos, nos adentramos en el deslumbrante mundo de la “Prestidigitación Financiera”!

En este caso concreto, la propuesta para poder romper el círculo cerrado, es la siguiente: 1º) Como hoy la Consejería de Educación no puede ni soñar en conseguir los 80 millones de euros que cuesta construir los 15 nuevos centros escolares que se necesitan, esta fuerte inversión correrá a cargo de empresas de la AECPLP.

2º) Estas empresas tendrán que terminar los Centros en tiempo y forma. Y los entregarán llave en mano a la Consejería para que ésta se encargue y dirija los correspondientes servicios de enseñanza pública.

3º) Las empresas concesionarias se harán cargo del mantenimiento de los Centros y su adecuado funcionamiento durante los próximos 27 años, que es el tiempo estipulado.

4º) La recuperación de los 80 millones iniciales (a los que hay que añadir los beneficios empresariales, los costes de mantenimiento y los intereses a lo largo de ese periodo), se producirá mediante la explotación de los servicios complementarios que se presten en los Centros. En concreto, los de comedor, limpieza, cafetería, seguridad y conserjería.

5º) Así las cosas, los 80 millones no se considerarán deuda pública. Según el Consejero del ramo, estos recursos tendrán la consideración de gastos corrientes (Capítulo II) y no podrán considerarse en ningún caso como gastos de inversión (Capítulo VI). ¡Comienza la imaginación-prestidigitación financiera! Como ustedes pueden comprobar se consigue la cuadratura del círculo

Pero veamos algunas cuestiones. A) Si la propiedad de esos Centros durante los 27 años es de las empresas de la AECPLP y el Gobierno de Canarias los va a ir “comprando” mediante la concesión de los servicios accesorios indicados, ese dinero de hecho proviene de la privatización de esos servicios. Y en cualquier caso, el volumen de esos recursos deberá ser semejante a lo que la Consejería paga en la actualidad por ellos en cualquier otro Centro. En ningún caso un bocadillo de chorizo de Teror se va a poder vender como si fuera caviar del Volga. B) La cuestión crucial es si la explotación de esos servicios subordinados alcanzará para cubrir todos los costes (Ver 4º) .Y, de verdad, no hace falta hacer ningún número para concluir que con los precios normales de las comidas escolares, las golosinas, la limpieza y el conserje, es totalmente imposible cubrir todos los costes en que tendrían que incurrir las empresas. ¡Nos topamos con los prestidigitadores! C) Hasta la semana pasada, la AECPLP no había comentado esta cuestión. Parecía que todo estaba claro y asumido por las partes. Pero al acercarse el momento de cerrar acuerdos ya no se puede seguir confiando en los ilusionistas y ahora, dejando atrás el mundo de las fantasías, plantea que la Consejería tendrá que garantizar que “la tasa de retorno” sea rentable. “Esto es una cuestión práctica, se es o no rentable”.

Las cosas así, para que la ingeniosa e imaginativa Cooperación público-privada pueda llevarse a término solo existen dos posibilidades. Una. Que, en el horizonte de esos 27 años, alguien esté pensando en la privatización completa de los Centros Educativos. Todos sabemos que el negocio de la Enseñanza (como los de la Sanidad, Pensiones, etc.) está en el punto de mira del capital financiero sobrante. La otra es que la Consejería, después de una “ardua” negociación, acuerde pagar una prima adicional a lo que las empresas obtengan de la explotación de los servicios acordados. Seguro que ya alguien lo está pensando. Pero la prestidigitación no llega a tanto. Porque esta opción es imposible, estas cantidades tendrían que considerarse como pago de algo que se debe. Y si se debe es porque se incurrió de algún modo en una deuda. Por eso incrementaría el endeudamiento público, cosa como vimos prohibida. En último caso si se permitiera incurrir en deuda con empresas constructoras, también se tendría que permitir que la Consejería pidiera créditos a la banca para construir ella misma los Centros.

Por último, subrayar que esta fórmula de Cooperación público-privada es una vieja conocida. En nuestro país el ejemplo que primero me viene a la mente es el de las autopistas de peaje. Y (al margen de las dificultades insuperables que están teniendo en la actualidad, por ejemplo las radiales de Madrid), es necesario subrayar que esas concesiones tienen por objeto la actividad principal del servicio. Y las autopistas se financian con el peaje que cobran a los vehículos que las usan. Obsérvese que en nuestro caso, la concesión no se hace sobre la actividad principal, la educación, sino sobre las actividades subordinadas que son del todo incapaces de generar los recursos necesarios para financiar la operación.

Como es obvio, todos los actores de esta historia lo saben. La cuestión entonces es ¿hacer fracasar esta cooperación en concreto, pero dejando en el ambiente que es un invento genial y que hay que facilitar su masiva utilización? Afortunadamente en la Ley de Carreteras de Canarias está prohibido el sistema de peaje.

¿Alguien estará pensando que lo razonable es que, una vez que se ha empobrecido al sector público y se le impide planear por ejemplo infraestructuras básicas, es la hora para que la Cooperación público-privada permita por ejemplo a la AECPLP, sustituir al Ministerio de Fomento y a la Consejería de Obras Públicas o como se llame ahora?

¿Me copias?

Como todos sabemos una de las tesis defendida con más ardor por parte del pensamiento económico convencional es aquella que reza que, en cualquier actividad humana (los más fanáticos insisten que sin distinción alguna), la iniciativa privada es la que funciona mejor. Y si hablamos de la actividad económica, se afirma que es la que lo hace de la forma más eficiente y más barata. De manera que ya ni se pierde el tiempo en analizar, discutir y rechazar la alternativa de la iniciativa pública, simplemente se la pretende desechar con un gesto de soberano y educado hastío. ¡Por favor?.!

En el límite este “Liberalismo sin complejos” acaba arrimándose más de lo imaginable a las tesis del viejo Bakunin, porque si todo lo que hace el Estado es tan perjudicial e ineficiente, lo más sensato sería hacerlo desaparecer. Pero que no cunda el pánico, los segmentos reaccionarios de la sociedad pueden estar tranquilos. Nunca se llegará a tales extremos. ¡Todavía hay clases!