Espacio de opinión de Canarias Ahora
Desde el amor infinito por mi isla
Lo anterior, es decir el compromiso con mi tierra, junto a la influencia y amistad con algunas dignas y admirables personas, que nunca me han defraudado (después de más de veinte años), que me iniciaron y con las que he compartido mi actividad y mi experiencia política... explica mi faceta como activista en esas lides..., y ¡desde siempre!, bajo las posiciones del Centrismo Político. Un sueño, del que he pensado y ¡sigo pensando!, que es de los que se pueden convertir en realidad, porque sobra decir que su concurso, ayudó desde los tiempos de la UCD, a cambiar este país con la transición democrática; que con el CDS, se colaboró decisivamente a iniciar una nueva singladura para Canarias, que a pesar de los pesares, nos ha hecho progresar, aunque la actual clase dirigente la haya convertido en un sindicato de personalismos e intereses, y lleven el timón, no precisamente de la forma más deseable... En torno a las últimas elecciones de mayo, alguien levantó con aparente brío, nuevamente la bandera de este sueño del centrismo en nuestra tierra, remozando, vivificando y relanzando una organización, el Centro Canario Nacionalista -CCN- que se oxidaba sin recursos ni personas que lo mantuvieran adecuadamente. Yo, como muchos otros, acudí a la llamada de este nuevo proyecto, porque aunque, como ya “perro viejo”, mantenía algunas reservas ante el “pasado” del promotor, atinaba señales alentadoras: el nuevo líder, Ignacio González Santiago, era un abogado, perteneciente a una familia de exitosos empresarios, que transmitía en sus mensajes y en sus intervenciones mediáticas un indudable mensaje de regeneracionismo de la política Canaria, con posiciones centradas, amén del “trigo”(recursos financieros), que aportaba desde una parte de la clase empresarial (a la que se suponía su concurso), algo imprescindible para materializar el proyecto...La premura de la cita de mayo, provocó un vértigo organizativo sin precedentes, uniendo dos factores importantes: el concurso de los viejos-nuevos rockeros del centrismo (entregados sin reservas y a tiempo completo) a vertebrar una organización capacitada para afrontar unas elecciones, y por otra la incorporación a raudales de una heterogénea colección de personas de distinta procedencia partidiaria e ideológica, que se suponía, habían madurado, para encontrar bajo el “proyecto”, un acomodo adecuado a sus aspiraciones, las confesables y las otras...Un aparato instalado en la provisionalidad, justificado por la premura, activó la maquinaria que necesariamente debe ser dispuesta. El asunto no podía ser muy horizontal. Las agrupaciones locales, eran gestoras alrededor de una “lista”, la discusión y el debate, apresurado, ¡ya saben! lo de la urgencia. Los mensajes locales (ayuntamientos), no estaban convenientemente sintonizados con los insulares (cabildos), y desde luego, “la personalidad”, el acaparamiento de protagonismo mediático, del líder, parece que se centraba prioritaria y desproporcionadamente en el Parlamento de Canarias, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, el de San Cristóbal de La Laguna, y el Cabildo de Tenerife, con consignas y mensajes cada vez más extravagantes y efectistas, que desde luego no le acercaban en absoluto a un electorado, que acabó no correspondiéndole con su voto, a los medios utilizados para conseguirlo.La desproporción de lo invertido en ambos objetivos (lo local, lo insular y lo autonómico), probablemente desconcertó a unos votantes, viejos, sabios, que prefiere experimentos con gaseosa, lo malo conocido o simplemente la abstención...Para muchos centristas, el resultado cosechado en el Archipiélago a nivel de ayuntamientos es muy satisfactorio y alentador, dados los escasos medios con los que contamos. A nivel insular, me honro y me congratulo de que uno de nuestros candidatos al Cabildo de la Gomera, sea el único consejero de cabildos que obtuvo la formación ¡en todo el Archipiélago!; sin embargo para el presidente autonómico fue un fracaso, porque no había conseguido instalar sus “posaderas” en un escaño del Parlamento de Canarias. A partir de aquí, no hay debate interno, ni análisis de porque no o de porqué sí, ni evaluación alguna del trabajo de unos y de otros... ¡no!, lo que hay es una inaceptable aplicación de un verticalismo injusto, imponiendo personas en los cargos orgánicos del partido y en las gestoras de muchos comités locales, a la par que se abjuraba del regeneracionismo prometido, apreciándose preocupantes acercamientos al “nacionalismo nepotista y apesebrado de siempre”. Sin más comentarios... Algunos centristas de toda la vida, como Juan Manuel Fernández del Torco, que desempeñó una labor ingente en la puesta en funcionamiento del partido en Tenerife, desde su condición de presidente insular. Personaje que, en mi opinión, en las islas occidentales es el auténtico depositario de las brasas del centrismo progresista y democrático canario, junto a otros/as muchos/as militantes de La Gomera, Tenerife y Lanzarote, principalmente, unidos bajo la frustración y la incomprensión de las arbitrariedades que se percibían, no nos resignamos, y bajo (de momento) la autodenominación de “Centristas Progresistas”, estamos intentando que nuestros sueños vuelvan a tener la oportunidad de ser hechos realidad, buscando para ello, la posibilidad de que otros “compañeros de viaje” coincidan en el mismo camino de progreso para, nuestros llenos de vida, pedacitos de Atlántico. Por lo tanto, hemos hecho efectiva nuestra baja voluntaria del CCN, sin acritud, sin despecho, sin “portazos”...Yo no me he movido de mi sitio. A mis compañeros y compañeras, que decidan aceptar ese estado de cosas en dicha organización, o que simplemente no lo perciban como yo, nada que reprocharles, porque si todos somos demócratas, las reglas del juego así nos lo permite a cada uno/a. Del Torco, publicó, no hace mucho, por medio de un artículo, publicado en este “oasis” de libertad de expresión, Gomera Verde, que es un lujo para los/as gomeros/as el disponer de este soplo de aire fresco “ciberespacial”, su propia explicación sobre su abandono, a la que tituló Desde mi coherencia y mi consecuencia. Pues yo lo mismo, añadiendo ¡desde el amor infinito que este gomero le tiene a su isla y a sus paisanos y paisanas! José Ramón Medina Marichal
Lo anterior, es decir el compromiso con mi tierra, junto a la influencia y amistad con algunas dignas y admirables personas, que nunca me han defraudado (después de más de veinte años), que me iniciaron y con las que he compartido mi actividad y mi experiencia política... explica mi faceta como activista en esas lides..., y ¡desde siempre!, bajo las posiciones del Centrismo Político. Un sueño, del que he pensado y ¡sigo pensando!, que es de los que se pueden convertir en realidad, porque sobra decir que su concurso, ayudó desde los tiempos de la UCD, a cambiar este país con la transición democrática; que con el CDS, se colaboró decisivamente a iniciar una nueva singladura para Canarias, que a pesar de los pesares, nos ha hecho progresar, aunque la actual clase dirigente la haya convertido en un sindicato de personalismos e intereses, y lleven el timón, no precisamente de la forma más deseable... En torno a las últimas elecciones de mayo, alguien levantó con aparente brío, nuevamente la bandera de este sueño del centrismo en nuestra tierra, remozando, vivificando y relanzando una organización, el Centro Canario Nacionalista -CCN- que se oxidaba sin recursos ni personas que lo mantuvieran adecuadamente. Yo, como muchos otros, acudí a la llamada de este nuevo proyecto, porque aunque, como ya “perro viejo”, mantenía algunas reservas ante el “pasado” del promotor, atinaba señales alentadoras: el nuevo líder, Ignacio González Santiago, era un abogado, perteneciente a una familia de exitosos empresarios, que transmitía en sus mensajes y en sus intervenciones mediáticas un indudable mensaje de regeneracionismo de la política Canaria, con posiciones centradas, amén del “trigo”(recursos financieros), que aportaba desde una parte de la clase empresarial (a la que se suponía su concurso), algo imprescindible para materializar el proyecto...La premura de la cita de mayo, provocó un vértigo organizativo sin precedentes, uniendo dos factores importantes: el concurso de los viejos-nuevos rockeros del centrismo (entregados sin reservas y a tiempo completo) a vertebrar una organización capacitada para afrontar unas elecciones, y por otra la incorporación a raudales de una heterogénea colección de personas de distinta procedencia partidiaria e ideológica, que se suponía, habían madurado, para encontrar bajo el “proyecto”, un acomodo adecuado a sus aspiraciones, las confesables y las otras...Un aparato instalado en la provisionalidad, justificado por la premura, activó la maquinaria que necesariamente debe ser dispuesta. El asunto no podía ser muy horizontal. Las agrupaciones locales, eran gestoras alrededor de una “lista”, la discusión y el debate, apresurado, ¡ya saben! lo de la urgencia. Los mensajes locales (ayuntamientos), no estaban convenientemente sintonizados con los insulares (cabildos), y desde luego, “la personalidad”, el acaparamiento de protagonismo mediático, del líder, parece que se centraba prioritaria y desproporcionadamente en el Parlamento de Canarias, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, el de San Cristóbal de La Laguna, y el Cabildo de Tenerife, con consignas y mensajes cada vez más extravagantes y efectistas, que desde luego no le acercaban en absoluto a un electorado, que acabó no correspondiéndole con su voto, a los medios utilizados para conseguirlo.La desproporción de lo invertido en ambos objetivos (lo local, lo insular y lo autonómico), probablemente desconcertó a unos votantes, viejos, sabios, que prefiere experimentos con gaseosa, lo malo conocido o simplemente la abstención...Para muchos centristas, el resultado cosechado en el Archipiélago a nivel de ayuntamientos es muy satisfactorio y alentador, dados los escasos medios con los que contamos. A nivel insular, me honro y me congratulo de que uno de nuestros candidatos al Cabildo de la Gomera, sea el único consejero de cabildos que obtuvo la formación ¡en todo el Archipiélago!; sin embargo para el presidente autonómico fue un fracaso, porque no había conseguido instalar sus “posaderas” en un escaño del Parlamento de Canarias. A partir de aquí, no hay debate interno, ni análisis de porque no o de porqué sí, ni evaluación alguna del trabajo de unos y de otros... ¡no!, lo que hay es una inaceptable aplicación de un verticalismo injusto, imponiendo personas en los cargos orgánicos del partido y en las gestoras de muchos comités locales, a la par que se abjuraba del regeneracionismo prometido, apreciándose preocupantes acercamientos al “nacionalismo nepotista y apesebrado de siempre”. Sin más comentarios... Algunos centristas de toda la vida, como Juan Manuel Fernández del Torco, que desempeñó una labor ingente en la puesta en funcionamiento del partido en Tenerife, desde su condición de presidente insular. Personaje que, en mi opinión, en las islas occidentales es el auténtico depositario de las brasas del centrismo progresista y democrático canario, junto a otros/as muchos/as militantes de La Gomera, Tenerife y Lanzarote, principalmente, unidos bajo la frustración y la incomprensión de las arbitrariedades que se percibían, no nos resignamos, y bajo (de momento) la autodenominación de “Centristas Progresistas”, estamos intentando que nuestros sueños vuelvan a tener la oportunidad de ser hechos realidad, buscando para ello, la posibilidad de que otros “compañeros de viaje” coincidan en el mismo camino de progreso para, nuestros llenos de vida, pedacitos de Atlántico. Por lo tanto, hemos hecho efectiva nuestra baja voluntaria del CCN, sin acritud, sin despecho, sin “portazos”...Yo no me he movido de mi sitio. A mis compañeros y compañeras, que decidan aceptar ese estado de cosas en dicha organización, o que simplemente no lo perciban como yo, nada que reprocharles, porque si todos somos demócratas, las reglas del juego así nos lo permite a cada uno/a. Del Torco, publicó, no hace mucho, por medio de un artículo, publicado en este “oasis” de libertad de expresión, Gomera Verde, que es un lujo para los/as gomeros/as el disponer de este soplo de aire fresco “ciberespacial”, su propia explicación sobre su abandono, a la que tituló Desde mi coherencia y mi consecuencia. Pues yo lo mismo, añadiendo ¡desde el amor infinito que este gomero le tiene a su isla y a sus paisanos y paisanas! José Ramón Medina Marichal