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Del auxili al yo le acuso

No sé que es políticamente más preocupante; no sé por cuál de las siguientes realidades decantarme: ver a un diputado del Parlament de Catalunya pidiendo “auxili” el pasado jueves mientras era amenazado por una turba de violentos que se han aprovechado de la legitimidad ética del movimiento “Democracia Real Ya”; ver agredido por la misma turba a un diputado invidente del mismo Parlament; o escuchar al Presidente del Gobierno Zapatero en el Congreso de San Jerónimo, sede de la soberanía popular, decir que no le preocupaba la deriva del movimiento 15M “Democracia Real Ya” prácticamente de forma simultánea a los violentos altercados que estaban aconteciendo en Barcelona. Altercados totalmente reprobables.

Desde la legitimidad ética “ab initio”, vuelvo a repetir, de lo que se reclamaba por el movimiento 15M en su manifiesto ideológico (-un movimiento sin cúpula visible, sin aparente organización estructurada e infiltrado actual y parcialmente por grupúsculos violentos antisistema-) podemos decir sin temor a equivocarnos y respecto al caso que nos ocupa que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

¿Es normal que el Presidente Zapatero diga no a una preocupante realidad mientras destacados miembros de su gobierno se entretengan para desviar balones fuera en sacar al dictador totalitario Francisco Franco de su tumba, como si no hubiera otros problemas que arreglar en este tramo final de legislatura? ¿Ya nadie habla del diferencial de deuda español, que roza máximos históricos por el problema griego? ¿Ya nadie habla del hundimiento del Estado del Bienestar, del necesario cambio de modelo productivo, y de la pérdida de efectividad de los servicios públicos que sufrimos?

El “auxili” del diputado catalán bien pudiera ser por ello igualmente un grito de “auxili” del sistema democrático, que pide ser reformado a fondo y desde dentro en este fin de ciclo del dominio mundial de Occidente en el que nos encontramos inmersos desde el final de la Guerra Fría. Democracia real no debe entenderse como sinónimo de democracia popular, y finiquito de la democracia representativa, el mejor sistema de todos los políticamente posibles desde que naciera hace ya milenios en la Grecia clásica.

Pero no parece que la clase política occidental, estatal y canaria aprenda? Sobre todo la canaria?

Porque una muestra de la entropía sistémica padecida debe ser la evolución igualmente del “Yo acuso” de Zola, al presunto “Yo le acuso” de la fallecida Vicenta Díaz, dirigida al Presidente del Cabildo de Tenerife a manera de testamento político, Consejera electa del Cabildo de Tenerife en las pasadas elecciones de 2011:

“?Yo le acuso, señor presidente, de maltratar psicológicamente a personas honorables, a consejeros, funcionarios absolutamente honestos que se dejan su pellejo en la corporación?Me encuentro con una deuda por obras de emergencia que no me deja margen de actuación? Obras ejecutadas de dudosa legalidad, sin expedientes. Conservaciones integrales de carreteras que son cuatro empresas, tampoco habían cobrado ese año con el agravante del vencimiento de sus contratos con la corporación? Yo le acuso, señor presidente, de presionarme para hacer un trabajo que jamás había realizado?Yo le acuso, señor Melchior, de haber aprovechado que yo no estaba presente para sacar a concurso el Plan Especial de Carreteras, por un monto de 27 millones en 51 actuaciones, según la prensa del 8 de mayo. Esperando que sea época preelectoral para sacar a concurso los asfaltos de toda la isla. Estos son los métodos de? Coalición Canaria... Y, como usted se lleva mal con casi todos los alcaldes, nombra a una directora insular de su cuerda para que hable con ellos y les cuente lo buenos que son ustedes? Yo le acuso?, no es leal con nadie. Va a lo suyo, es políticamente egoísta y? cruel en el trato personal? Yo le acuso de creerse un dios, pero sólo es un diosecillo de barro, con las patas quebradas, precisamente quebradas por la falta de lealtad... Con usted yo he aprendido a ver la cara negra de la política, la podredumbre de la gestión...”.

Hemos pasado de la carta de Olarte en 1998 designando a Román a la presunta carta de Vicenta Díaz en 2011 criticando al Presidente Ricardo Melchior? Se podría hacer del análisis en profundidad de estas cartas una nueva Tesis doctoral en Ciencia Política archipelágica.

¿Qué más se puede decir? Los silencios de los aludidos sobre el fondo de lo expuesto ya dicen bastante.

Puede que ya hoy, cuando se lea este artículo, María del Mar Julios o José Miguel González, de Coalición Canaria, sea Presidente del Parlamento de Canarias. Puede que no? Pero ya tocará hablar de ello. Y del resto de pactos en una cascada que no es cascada; es más bien cauce seco, al que nadie da gracias por su pasado, como decía Tagore.

Pensando siempre, eso sí, que todo puede cambiar de aquí a marzo. O a noviembre, si los puntos básicos de la deuda soberana -o el PNV- así lo fuerzan. Tocará entonces hablar también de las censuras cabildicias que acontezcan, en nada descartables?

Por cierto, ya hablaremos de los pactos? Y quizás y también “presuntamente” de México?

José Carlos Gil Marín

No sé que es políticamente más preocupante; no sé por cuál de las siguientes realidades decantarme: ver a un diputado del Parlament de Catalunya pidiendo “auxili” el pasado jueves mientras era amenazado por una turba de violentos que se han aprovechado de la legitimidad ética del movimiento “Democracia Real Ya”; ver agredido por la misma turba a un diputado invidente del mismo Parlament; o escuchar al Presidente del Gobierno Zapatero en el Congreso de San Jerónimo, sede de la soberanía popular, decir que no le preocupaba la deriva del movimiento 15M “Democracia Real Ya” prácticamente de forma simultánea a los violentos altercados que estaban aconteciendo en Barcelona. Altercados totalmente reprobables.

Desde la legitimidad ética “ab initio”, vuelvo a repetir, de lo que se reclamaba por el movimiento 15M en su manifiesto ideológico (-un movimiento sin cúpula visible, sin aparente organización estructurada e infiltrado actual y parcialmente por grupúsculos violentos antisistema-) podemos decir sin temor a equivocarnos y respecto al caso que nos ocupa que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.