Espacio de opinión de Canarias Ahora
Aznar y Pedro Jota
Después entra en escena Pedro Jota. Desea Pedro Jota que Aznar escriba algún día sus memorias y que “me corresponda alguna pequeña nota a pie de página en ella”. Baja Modesto que sube Pedro Jota. El periodista convertido en protagonista desde el minuto uno. No aclara Pedro Jota en qué capítulo de las memorias de Aznar deben ir esas merecidas notas a pie de página con su nombre. Tal vez podrían ir en el prólogo, cuando se hable de aquel grupo de periodistas que participaron en la conspiración que confesó Luis María Ansón años después. Aquellos salvapatrias que después de haber escrito a favor del terrorismo de Estado durante años, comenzaron a publicar los huesos de cadáveres del Gal en las portadas para pedir a los ciudadanos que no votasen más al malvado Felipe González. También podría ir Pedro Jota en el capítulo dedicado a la primera legislatura de Aznar, cuando el presidente hablaba catalán en la intimidad y consideraba a Arzallus un hombre de Estado. En esa época no había problemas linguísticos en Cataluña ni España se rompía, porque los votos de CiU y PNV lo mantenían en la Moncloa.
El primer capítulo de esta autoentrevista de Aznar fue dedicado a la economía. El entrevistador intenta hacer creer al telespectador que a mediados de los noventa en España hubo una crisis de las mismas dimensiones que la actual. Al carajo los analistas de El Mundo mundial que comparan esta crisis con el crack del 29, que sitúan su origen en Estados Unidos. Da igual que entonces hubo 1 millón y medio de parados y ahora hablamos de 4 millones. Da igual que en aquella época no hubo que rescatar a ningún país europeo, que no se especulaba con la deuda pública a niveles pornográficos y que no se hablaba de crisis sistémica ni de reformular el capitalismo, y que la burbuja inmobiliaria crecía y crecía y no se estallaba. También da igual que la venta de empresas públicas del estado a los amigos de pupitre de Aznar permitiera unos suculentos ingresos al Estado. Todo esos detallitos no importan, lo sustancial era repetir que la crisis de hoy es del mismo tamaño que la que afrontó Aznar. Con esto no quiere justificar a Rodríguez Zapatero y su política económica, pero poner en el mismo nivel dos crisis que no son iguales es hacer trampas.
Llegó la parte de ETA, que no podía faltar. Ahí estaba Aznar dando lecciones de estrategia antiterrorista. La máxima es sencilla: nosotros ganamos y ellos pierden. Afortunadamente no aclaró quiénes somos nosotros y quiénes son ellos. Si miramos los hechos son contundentes: con Aznar en la Moncloa no se negoció con una banda de criminales (como los definió ayer) sino con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional. Otros datos los 14 meses de tregua de ETA el Gobierno de Aznar excarceló a 180 etarras, 135 presos más fueron acercados a Euskadi, y se gestionó el regreso de más de 300 prófugos. Con Zapatero en la Moncloa hubo unas negociaciones a cara de perro cuyo contenido está publicándose estos días, y no se realizó ningún acercamiento de presos al País Vasco.
Otro momento emocionante de la autoentrevista a Aznar fue la parte dedicada a Libia e Irak. Dice Aznar que Mr Bush, Mr Blair y él querían lo mismo: librar a los iraquíes de un dictador. Dice que los habitantes de Basora tenían los mismos derechos a ser apoyados que los de Bengasi. En los minutos dedicados a Irak no hubo tiempo de nombrar las armas de destrucción masiva que siguen sin aparecer, no las nombró, logicamente, el invitado, pero tampoco el periodista, no vaya a ser que se juegue aparecer en el pie de página de las memorias.
Para rematar el encuentro entre amigos Pedro Jota habló del 11-M, de esa verdad que El Mundo y la Cope llevan buscando hace años y que no encuentran en sentencias firmes ni en investigaciones policiales que iniciaron los mandos antiterroristas que había nombrado Aznar. Nombró el periodista la manifestación que está convocada para el mes de abril por la Asociación de Víctimas del Terrorismo para pedir que se sepa la verdad del 11-M. Según Pedro Jota la manifestación está convocada por la asociación más representativa de las víctimas del terrorismo. Da igual que la AVT sea muy representativa de la las víctimas de ETA, pero nada de las víctimas del 11-M, cuyos familiares no dudan de todas las investigaciones judiciales y policiales que en forma de sentencia firme nos dicen que fueron los islamistas los que realizaron los atentados. Pero esos son detalles sin importancia. La verdad es una accidente prescindible cuando se trata de entrevistar a un héroe de nuestro tiempo. José María Aznar, nieto e hijo de periodistas, nadó muy bien en la pescera de Pedro Jota que anoche ganó un merecido puesto en el pie de página de las futuras desmemorias del presidente de la FAES.
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Juan GarcÃa Luján
Después entra en escena Pedro Jota. Desea Pedro Jota que Aznar escriba algún día sus memorias y que “me corresponda alguna pequeña nota a pie de página en ella”. Baja Modesto que sube Pedro Jota. El periodista convertido en protagonista desde el minuto uno. No aclara Pedro Jota en qué capítulo de las memorias de Aznar deben ir esas merecidas notas a pie de página con su nombre. Tal vez podrían ir en el prólogo, cuando se hable de aquel grupo de periodistas que participaron en la conspiración que confesó Luis María Ansón años después. Aquellos salvapatrias que después de haber escrito a favor del terrorismo de Estado durante años, comenzaron a publicar los huesos de cadáveres del Gal en las portadas para pedir a los ciudadanos que no votasen más al malvado Felipe González. También podría ir Pedro Jota en el capítulo dedicado a la primera legislatura de Aznar, cuando el presidente hablaba catalán en la intimidad y consideraba a Arzallus un hombre de Estado. En esa época no había problemas linguísticos en Cataluña ni España se rompía, porque los votos de CiU y PNV lo mantenían en la Moncloa.
El primer capítulo de esta autoentrevista de Aznar fue dedicado a la economía. El entrevistador intenta hacer creer al telespectador que a mediados de los noventa en España hubo una crisis de las mismas dimensiones que la actual. Al carajo los analistas de El Mundo mundial que comparan esta crisis con el crack del 29, que sitúan su origen en Estados Unidos. Da igual que entonces hubo 1 millón y medio de parados y ahora hablamos de 4 millones. Da igual que en aquella época no hubo que rescatar a ningún país europeo, que no se especulaba con la deuda pública a niveles pornográficos y que no se hablaba de crisis sistémica ni de reformular el capitalismo, y que la burbuja inmobiliaria crecía y crecía y no se estallaba. También da igual que la venta de empresas públicas del estado a los amigos de pupitre de Aznar permitiera unos suculentos ingresos al Estado. Todo esos detallitos no importan, lo sustancial era repetir que la crisis de hoy es del mismo tamaño que la que afrontó Aznar. Con esto no quiere justificar a Rodríguez Zapatero y su política económica, pero poner en el mismo nivel dos crisis que no son iguales es hacer trampas.