Espacio de opinión de Canarias Ahora
Contra el bloqueo a Canarias
Acostumbramos a que los políticos apelemos entre nosotros a la responsabilidad, a la altura política, al sentido de Estado y demás costumbres de la jerga de estos tiempos en las que nos sobran las palabras y nos falta diálogo. Diálogo del que construye democracias, normaliza relaciones y sí, estabiliza países y regiones.
No seré yo quien recurra al mantra de la responsabilidad, pero sí haré una llamada al diálogo que abra caminos y oportunidades, pero no para un momento concreto en unas circunstancias concretas de nuestra historia, sino diálogo para saber convivir en un marco político exigente que no puede llevarnos a la frustración.
Diálogo que supere los extremos irracionales, que aísle conductas impropias de una democracia avanzada, moderna y consolidada. Afrontar los errores y en cierta manera, cambiar las costumbres de esta nueva etapa en nuestro país, es una obligación. La política, en estos tiempos, nos lleva a superar cada día la diferencia para encontrarnos en el diálogo posibilista de la convivencia.
La convivencia de los ejes izquierda-derecha; la convivencia público-privada; la convivencia, también, del centro-periferia; y por supuesto que el eje territorial, ahí donde están los regionalistas y nacionalistas también para apuntalar el sistema.
Canarias, como región, con todas sus singularidades y hechos diferenciales, ha sabido aunar durante años todos los ejes anteriores entorno a la defensa los intereses de Canarias. Algo que se reflejó hace escasamente un año con la aprobación de nuestro REF y nuestro Estatuto de Autonomía de Canarias, propiedad de nadie, propiedad de todas y de todos.
Su cumplimiento no es sólo una obligación, es una exigencia de todo aquel que pretenda gobernar este país y gobernar Canarias. Por lo tanto, entendiendo esta máxima, encontramos el primer punto de diálogo con formaciones nacionalistas de cara a lograr una mayoría que permita a este país avanzar. Lo que es ley, y además con un amplio consenso, es indiscutible.
Dejando claro este punto de partida, el PSOE está dispuesto a desbloquear la investidura y dar pasos hacia una legislatura completa, donde exista diálogo y mucho, para los equilibrios parlamentarios, para los Presupuestos Generales del Estado, para los propios intereses de los territorios. No sólo cumplirá con lo que es obligatorio, también tejerá las relaciones necesarias para construir un país vertebrado, social y territorialmente, y de esto, también tendrán que ser parte aquellos a quienes les han votado aún sin una mayoría suficiente para gobernar, pero sí para hacer bandera de la convivencia.
Canarias y sus 15 diputados en el Congreso, deberán, en esta legislatura que acaba de iniciarse, saber tejer el presente y futuro de diálogo para Canarias y para España, con un alto nivel de exigencia, entre el hartazgo generalizado y la superación de la rigidez actual.
Desbloquear este país no es una cuestión del PSOE. Contribuimos todos en el camino de la convivencia para recuperar la política, la buena política, y por fin, poder proyectar un país y por supuesto, una Canarias con garantías y certezas de futuro.
Cada día que pasa con un Gobierno de España bloqueado, supone, también, un bloqueo al progreso de Canarias.
Acostumbramos a que los políticos apelemos entre nosotros a la responsabilidad, a la altura política, al sentido de Estado y demás costumbres de la jerga de estos tiempos en las que nos sobran las palabras y nos falta diálogo. Diálogo del que construye democracias, normaliza relaciones y sí, estabiliza países y regiones.
No seré yo quien recurra al mantra de la responsabilidad, pero sí haré una llamada al diálogo que abra caminos y oportunidades, pero no para un momento concreto en unas circunstancias concretas de nuestra historia, sino diálogo para saber convivir en un marco político exigente que no puede llevarnos a la frustración.