Espacio de opinión de Canarias Ahora
Por la boca muere el pez
Por supuesto que son los jueces quienes tienen la palabra. La primera y la última. Es tan obvio como decir que en el partido de la UD y el Tenerife ganará, seguro, quien marque más goles. Ignoraran que el Mediterráneo ya fue descubierto. Pero políticamente el alcalde de Mogán debería estar en su casa. Y Soria, como presidente del PP, debió sacarlo de la lista electoral en lugar de imponerlo porque no había robado ni matado a nadie, según dijo. Sólo puede alegar en su descargo que aún no había proclamado el Papa esos nuevos pecados cometidos aquí por docenas; en Mogán y en otros sitios.
Soria no fue coherente con lo que dijera acerca de cómo actuaría de trincar a alguien en semejantes renuncios. Sé que es inútil decírselo porque tiene cara para eso y para más, así que no insistiré sino para dejar clara su responsabilidad política demostrando, como mínimo, que no cumple sus compromisos. Sus razones tendrá. Tantas veces le ha pedido a sus rivales que pidan perdón públicamente por mucho menos que muy bien podría predicar con el ejemplo. Por la boca muere el pez, ya saben.
En otro orden de cosas, CC votó a José Bono para presidente del Congreso de los Diputados. Trata de ablandar el corazón de los psocialistas para que retuerzan de nuevo el reglamento de la Cámara y les permitan formar grupo propio. Hay muchas perras de diferencia entre tener grupo y morirse de asco en el Mixto. No sé si lo conseguirá, pero, aparte de que sus socios peperos tampoco están demasiado por la labor, parece propósito de Zapatero no empantanarse en concesiones discutibles a los nacionalistas. Al punto de estar incluso dispuesto a no ser investido presidente a la primera (como ya ocurriera, si mal no recuerdo, con Calvo Sotelo) con tal de evitar contraer más compromisos de la cuenta. Necesita comenzar con buen pie esta legislatura, que será complicada y con Rajoy decidido por fin a cambiar de estilo quitándose, para empezar, el lastre del aznarismo.
Por supuesto que son los jueces quienes tienen la palabra. La primera y la última. Es tan obvio como decir que en el partido de la UD y el Tenerife ganará, seguro, quien marque más goles. Ignoraran que el Mediterráneo ya fue descubierto. Pero políticamente el alcalde de Mogán debería estar en su casa. Y Soria, como presidente del PP, debió sacarlo de la lista electoral en lugar de imponerlo porque no había robado ni matado a nadie, según dijo. Sólo puede alegar en su descargo que aún no había proclamado el Papa esos nuevos pecados cometidos aquí por docenas; en Mogán y en otros sitios.
Soria no fue coherente con lo que dijera acerca de cómo actuaría de trincar a alguien en semejantes renuncios. Sé que es inútil decírselo porque tiene cara para eso y para más, así que no insistiré sino para dejar clara su responsabilidad política demostrando, como mínimo, que no cumple sus compromisos. Sus razones tendrá. Tantas veces le ha pedido a sus rivales que pidan perdón públicamente por mucho menos que muy bien podría predicar con el ejemplo. Por la boca muere el pez, ya saben.