Espacio de opinión de Canarias Ahora
El que tiene boca
La derechona es a veces tan ridícula que se mofa de Pedro Sánchez por confundir Kenia con Senegal en su viaje oficial por África. En cambio, cuando Mario Draghi confundió el nombre del presidente del Gobierno de España y lo llamó Antonio, la misma derechona no se burló del italiano por su lapsus línguae y sí en cambio lo hizo del primer ministro español, que en esa ocasión no tuvo ni arte ni parte en la equivocación.
O sea, que si te equivocas como cualquier ser humano se meten contigo pero si los que yerran son los otros se vuelven a meter contigo. Es la lógica surrealista de algunos retrógrados. Cuando se equivoca el líder de la oposición diciendo que George Orwell escribió su libro 1984 en el 84 no solo no se ríen sino que tratan de disculparlo.
A Núñez Feijóo le basta cualquier subterfugio para cambiar de tema o suspender las negociaciones con el PSOE para renovar de una puñetera vez el Consejo General del Poder Judicial, que lleva en la prórroga cuatro años.
Al PP no le interesa cambiar este Consejo porque la mayoría de los magistrados son de su cuerda. Lo mismo ocurre con el Tribunal Constitucional. No es plan renovarlo por mucho que lo diga la Constitución ya que se avecinan tiempos de juicios importantes contra altos dirigentes del partido conservador.
La excusa que ahora pone el PP para suspender las negociaciones es que no está de acuerdo en que se rebaje la pena por el delito de sedición, un delito que en toda Europa se castiga con penas bastante más bajas que en España.
Los populares seguirán poniendo piedras en el camino para justificar su pasividad en un asunto que contradice nuestra sacrosanta Constitución. Núñez Feijóo es igual que Pablo Casado pero con gafas, sin barba y acento gallego. Puede parecer más moderado que el anterior presidente del PP pero a la larga se puede comprobar que están hechos del mismo material y con el mismo patrón.
Siempre buscando triquiñuelas y trampas para parecer que son gente seria y de orden cuando en realidad forman una oposición gamberra y golfa que pretende tener poder e influencia en la sombra como si fueran un gobierno paralelo.
Es triste que el líder de la oposición no sepa discernir entre la renovación del Poder Judicial y la reforma de la sedición. Feijóo tiene a tanto reaccionario detrás que le cuesta llegar a un acuerdo con el principal partido gubernamental. Se crece tanto que se cree con el poder de veto a Victoria Rosell, la magistrada que apoya Podemos para vocal del Consejo General del Poder Judicial y que fue víctima de un complot entre el juez corrupto Salvador Alba y el ex ministro José Manuel Soria para apartarla de la política.
Núñez Feijóo tiene la desvergüenza de vetar a una magistrada impoluta siendo él correligionario de Soria, Rato, Zaplana y Matas. Igual que se han buscado el subterfugio de las sedición y de Rosell para paralizar la negociación del Poder Judicial, no me extrañaría que mañana pusiera la condición de que Alberto Rodríguez se rape al cero con la excusa de que no le gustan las rastas ni la forma de mear que tiene la perrita.
La derechona es a veces tan ridícula que se mofa de Pedro Sánchez por confundir Kenia con Senegal en su viaje oficial por África. En cambio, cuando Mario Draghi confundió el nombre del presidente del Gobierno de España y lo llamó Antonio, la misma derechona no se burló del italiano por su lapsus línguae y sí en cambio lo hizo del primer ministro español, que en esa ocasión no tuvo ni arte ni parte en la equivocación.
O sea, que si te equivocas como cualquier ser humano se meten contigo pero si los que yerran son los otros se vuelven a meter contigo. Es la lógica surrealista de algunos retrógrados. Cuando se equivoca el líder de la oposición diciendo que George Orwell escribió su libro 1984 en el 84 no solo no se ríen sino que tratan de disculparlo.