Espacio de opinión de Canarias Ahora
Café, café
Le pasó hace meses a Rodríguez Zapatero en un programa televisivo donde le preguntaron por el precio de un cortado y, después, le criticaron mucho al haber respondido que ochenta céntimos. A mi me parecía un precio razonable, ya que en el barito donde me desayuno cada día me lo cobran a sesenta céntimos y me regalan el agua sin gas. Pero, aquella intervención televisiva demostró las desigualdades existentes en las distintas comunidades del Estado. Y, por una vez, le pareció a uno, las Islas no quedaban mal en la comparancia. Los ochenta céntimos se nos antojaban, desde aquí, un precio medio más que razonable. Pero, ganó la mayoría y se demostró que ZP estaba en las nubes en lo referido al coste medio de la vida en España si es que el coste de la vida se puede medir por lo que cuesta un barraco.
Ahora, Solbes ha pretendido ilustrar a la ciudadanía sobre algunos de los factores que influyen en la inflación con un ejemplo cafetero también y el gentío se le ha revirado igualmente. El ministro de la cosa económica ha reprochado a los españolitos que dejen un euro de propina cada vez que se toman un par de cafelitos. Y los contribuyentes han respondido en los medios, en la calle y en las encuestas que una propina de un euro por un par de cafeses la dejarán, si acaso, los ministros que están forrados, pero que los currantes de a pie, ni de coña. El gremio de camareros ha aclarado que, salvo algún cliente absolutamente borracho, nadie en su sano juicio, deja un bote de semejantes proporciones. O sea, que Solbes sabrá mucho de macroeconomía, pero que de la microeconomía diaria y de cada cual, no tiene ni puñetera idea. Solbes piensa repetir en el cargo y eso ¿será malo de cara al futuro?... Pues, no lo sé. Un alcalde de la Victoria se presentó a las elecciones con un eslogan particular al margen de su partido: “Más vale ruin conocido?”. Y lo cierto es que ganó en aquellos comicios.
Si venciese Rajoy en los que se avecinan, en las generales digo, no se sabe aún a quien pondría al frente de la Economía española, pero yo no me fiaría mucho de alguien que denigra al humilde conejo, para ensalzar el pavo, una carne seca y fibrosa donde las haya. Si Rajoy prometiese pavo para todos por Navidad, no me encandilaría y mantendría mi intención de no votarle ni de coña.
José H. Chela
Le pasó hace meses a Rodríguez Zapatero en un programa televisivo donde le preguntaron por el precio de un cortado y, después, le criticaron mucho al haber respondido que ochenta céntimos. A mi me parecía un precio razonable, ya que en el barito donde me desayuno cada día me lo cobran a sesenta céntimos y me regalan el agua sin gas. Pero, aquella intervención televisiva demostró las desigualdades existentes en las distintas comunidades del Estado. Y, por una vez, le pareció a uno, las Islas no quedaban mal en la comparancia. Los ochenta céntimos se nos antojaban, desde aquí, un precio medio más que razonable. Pero, ganó la mayoría y se demostró que ZP estaba en las nubes en lo referido al coste medio de la vida en España si es que el coste de la vida se puede medir por lo que cuesta un barraco.
Ahora, Solbes ha pretendido ilustrar a la ciudadanía sobre algunos de los factores que influyen en la inflación con un ejemplo cafetero también y el gentío se le ha revirado igualmente. El ministro de la cosa económica ha reprochado a los españolitos que dejen un euro de propina cada vez que se toman un par de cafelitos. Y los contribuyentes han respondido en los medios, en la calle y en las encuestas que una propina de un euro por un par de cafeses la dejarán, si acaso, los ministros que están forrados, pero que los currantes de a pie, ni de coña. El gremio de camareros ha aclarado que, salvo algún cliente absolutamente borracho, nadie en su sano juicio, deja un bote de semejantes proporciones. O sea, que Solbes sabrá mucho de macroeconomía, pero que de la microeconomía diaria y de cada cual, no tiene ni puñetera idea. Solbes piensa repetir en el cargo y eso ¿será malo de cara al futuro?... Pues, no lo sé. Un alcalde de la Victoria se presentó a las elecciones con un eslogan particular al margen de su partido: “Más vale ruin conocido?”. Y lo cierto es que ganó en aquellos comicios.