Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Calentamiento global

Fayna Brito / Fayna Brito

0

Además, ¿quién nos dice a nosotros que esas previsiones catastrofistas vayan a cumplirse? Si ya lo aclaraba hace unos días el señor Rajoy, quien, citando a su primo- catedrático él en cosas de la Física-, nos ponía un brillante ejemplo que venía a decir que, si no sabemos el tiempo que hará, un suponer, en Santa Brígida la próxima semana, ¿cómo vamos a atinar con lo que ocurra dentro de tres siglos?

Aunque claro, también a este respecto se podría objetar que hay momentos del año en el que no cabe duda sobre la temperatura que se alcanzará en ciertos municipios, ya que hasta una profana como yo en temas meteorológicos se atrevería a profetizar, con los aires que corren, que el ambiente en la localidad antes citada va a ser lo más parecido a un “calentamiento global”.

Pero sí que es verdad que del calor al frío se pasa en nuestra tierra en cuestión de segundos. Sobre todo si se piensa en cómo se nos queda el cuerpo cuando nos enteramos de ciertas cosas. Pongamos por caso lo que pasó esta semana en una casona del siglo XIX sita en el casco histórico de Las Palmas, en la que parte del interior terminó desfigurado tras realizar una supuesta “obra menor”. Como aquí casi todo queda en familia, lo más probable es que algún pariente de criterio autorizado haya estado asesorando a los propietarios de la casa, y que el susodicho primo, cuñado o tío político - casualmente también prestigioso arquitecto- habrá considerado que la distribución del habitáculo tampoco es que fuera ninguna maravilla, y que lo del título de edificio de interés histórico es un poco exagerado, por lo que tampoco había que andarse con remilgos. Así que manos a la obra, y fuera todo lo que sobre, que por quitar una pared aquí y una escalera allá no se va a acabar el mundo. Tal cataclismo ocurriría, en todo caso, si se cumplen las funestas profecías del cambio climático y, como si eso llega a pasar, lo mismo va a dar que quede algo en pie del patrimonio histórico, pues a tirar muros y tabiques, que aquí nos quedan dos días.

Fayna Brito

Además, ¿quién nos dice a nosotros que esas previsiones catastrofistas vayan a cumplirse? Si ya lo aclaraba hace unos días el señor Rajoy, quien, citando a su primo- catedrático él en cosas de la Física-, nos ponía un brillante ejemplo que venía a decir que, si no sabemos el tiempo que hará, un suponer, en Santa Brígida la próxima semana, ¿cómo vamos a atinar con lo que ocurra dentro de tres siglos?

Aunque claro, también a este respecto se podría objetar que hay momentos del año en el que no cabe duda sobre la temperatura que se alcanzará en ciertos municipios, ya que hasta una profana como yo en temas meteorológicos se atrevería a profetizar, con los aires que corren, que el ambiente en la localidad antes citada va a ser lo más parecido a un “calentamiento global”.