Espacio de opinión de Canarias Ahora
Canarias y la geopolítica
La geopolítica es un método de estudio de la política exterior de los territorios, en este caso del territorio de Canarias en su totalidad, de la nacionalidad canaria constituida en Comunidad Autónoma en el marco del Estado español, de su situación en el Atlántico medio y de su relación con las geografías vecinas.
Nacida al mundo occidental víctima del imperialismo español del siglo XV, Canarias ha pasado a depender del Estado al que pertenece tras distintos ropajes políticos y administrativos, hasta llegar a este siglo XXI con su último Estatuto de 2018, donde además se contempla la condición excepcional de Canarias como una de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea.
Concebida escalonadamente desde 2018 como archipiélago atlántico que ejerce su autogobierno como nacionalidad, como comunidad autónoma en el citado marco estatal y como región ultraperiférica en el seno de la UE, lo cierto es que a lo largo de los últimos años y debido a fenómenos geopolíticos como la anexión del Sahara por parte de Marruecos, con el beneplácito personal del presidente actual del Gobierno español, lo que conllevó la pérdida del hinterland sahariano (tierra neutra y amistosa) para los canarios; con el aumento exponencial de la inmigración africana, de los descendientes canarios de Cuba y Venezuela debido a las dificultades políticas y sociales que atraviesan esos dos países americanos tan vinculados a una historia común, con la elevada, y en alza constante, residencia fija de ciudadanos europeos en nuestras islas y con las cifras de un turismo que tras la pandemia empezó a desbordarse, los perfiles geopolíticos y poblacionales (que son al fin y al cabo relaciones con geografías vecinas) de Canarias han ido alterándose y lo siguen haciendo en una proyección que empieza a ser muy, pero que muy preocupante.
¿Qué es Canarias hoy desde el punto de vista de los perfiles enumerados? ¿Tiene el Gobierno de Canarias algún plan para redefinir a esta nacionalidad en vista de los últimos acontecimientos geopolíticos y poblacionales experimentados?
Marruecos con las dos leyes aprobadas en su Parlamento en el año 2020, que delimitaban ilegalmente las aguas saharianas, lo que hizo fue recordarnos a los canarios y a la comunidad internacional que esta era su segunda pirueta contra todas las resoluciones de Naciones Unidas y contra todos los tribunales del mundo que se han pronunciado sobre su marcha ilegal sobre el Sahara. Un paso más hacia la consabida prepotencia que podría convertirse en un paso en falso si no fuera porque el reino alauí cuenta con el padrinazgo evidente de potencias como Estados Unidos, Israel y Francia que avalan irresponsablemente su neocolonialismo en pleno siglo XXI. Y con Pedro Sánchez dándoles la razón sin ambages. Con esas dos leyes Marruecos se incauta definitivamente del histórico banco pesquero canario-sahariano burlando impunemente sucesivas sentencias de tribunales europeos a lo largo de los últimos años.
Durante 2024 se sucederán dos maniobras de las fuerzas armadas marroquíes en aguas del anexionado litoral sahariano que delimitan con Canarias, los primeros ejercicios militares se celebraron en marzo y los próximos están anunciados para septiembre, contestados ambos con decisión por la presidenta del Cabildo majorero por los posibles daños medioambientales que podrían ocasionar a multitud de especies únicas que habitan y transitan por esa zona.
Por otra parte, se sabe, según estadísticas del propio Gobierno de España, que el 70% de los inmigrantes menores de edad llegado a las costas peninsulares e insulares son de procedencia marroquí.
Dos anotaciones que dejamos ahí para que sean reflexionadas como se merecen. Porque ninguna autoridad estatal o canaria parece interesada en analizar las cosas que nos pasan y por qué nos pasan. Hay un silencio cómplice al respecto que no llegamos a entender.
A la vista del aumento poblacional en nuestro Archipiélago, más que nunca debemos tener en cuenta lo planteado en el Informe Sudre de 2008 de la Unión Europea donde se pedía que las estrategias para las Regiones Ultraperiféricas tuvieran muy en cuenta el impacto de la inmigración, del tipo que fuera, y la demografía desbordada en esas regiones, y en especial en Canarias que cuenta con la mayor población de los nueve territorios de la ultraperiferia de Europa. Informe al que no le hemos hecho caso alguno a lo largo de los años transcurridos y de los aumentos imparables tanto de la inmigración como de la demografía en nuestro archipiélago, con el añadido de una especial preocupación por un turismo al que nadie pone freno. ¡Según las agencias internacionales y nacionales del mercado de visitantes se estima que Canarias llegará a los 17’8 millones de turistas este mismo 2024! Esperemos que las estadísticas fallen y no lleguemos a ese disparate.
Como ya hemos dicho, los perfiles geopolíticos y poblacionales de Canarias llevan mucho tiempo con la luz roja encendida, pero, que sepamos, ni una sola medida se ha tomado al respecto. Ni una sola.
Otro apartado debiera ocupar un proceso de internacionalización de nuestra economía que no acaba de despegar, tímidos impulsos de la ZEC y de las zonas francas; un desembarco de negocios en África que no llega a alcanzar lo que ya conseguíamos en los años setenta del siglo anterior, cuando teníamos abiertas las puertas del Sáhara vecino como un hinterland oxigenante; un documento Mindelo de 2010 de coordinación de las regiones macaronésicas que no acaba de convertirse en consecuciones potentes, aunque ha habido algunos gestos apreciables como el programa europeo M(adeira)A(zores)C(anarias) que nos ha hermanado a través de proyectos económicos transfronterizos… Y poco más.
Los asuntos geopolíticos que atañen a Canarias tienen al Estado español como árbitro superior para analizarlos y enfrentarlos en colaboración con nuestra Comunidad Autónoma, dotada de ciertas competencias al respecto, competencias fortalecidas dentro del último Estatuto de 2018 ya aludido, pero ni el Gobierno de España ni los partidos mayoritarios del arco parlamentario estatal y autónomo parecen interesados en abordar esos asuntos con la urgencia que requieren.
Quizá el último fracaso de la reacomodación de los seis mil inmigrantes menores, de los que hoy se hace responsable exclusivo el Gobierno de Canarias, sea el ejemplo menos alentador y también más diáfano para sopesar el olvido y la desidia que los grandes problemas de Canarias despiertan hoy en las autoridades competentes en nuestras instituciones estatales y autonómicas. Salvando algunas excepciones, como ha sido el interés mostrado por el ministro de Política Territorial, el paisano Ángel Víctor Torres, y la colaboración mantenida con el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo Batlle. Un entendimiento que abre algunas esperanzas aunque sea en un ámbito muy concreto de nuestros problemas estructurales.
La geopolítica es un método de estudio de la política exterior de los territorios, en este caso del territorio de Canarias en su totalidad, de la nacionalidad canaria constituida en Comunidad Autónoma en el marco del Estado español, de su situación en el Atlántico medio y de su relación con las geografías vecinas.
Nacida al mundo occidental víctima del imperialismo español del siglo XV, Canarias ha pasado a depender del Estado al que pertenece tras distintos ropajes políticos y administrativos, hasta llegar a este siglo XXI con su último Estatuto de 2018, donde además se contempla la condición excepcional de Canarias como una de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea.