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Canarias: ¿una reforma electoral para su gente?

Todas, a ganar 2019

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Con la publicación del Estatuto de Autonomía, se ha modificado el sistema electoral para elegir a los diputados en el Parlamento de Canarias. Pero ¿realmente ha cambiado algo?

El voto de las canarias y canarios sigue valiendo más o menos según la isla en la que vivan. La mayoría de los diputados de la cámara son elegidos por menos de la mitad de la población. Eso sí, vamos a tener diez diputados más.

En nuestros cabildos y ayuntamientos se cumple la máxima democrática de una persona, un voto. Es decir, su voto al Cabildo de Gran Canaria, viva en el municipio que viva, vale igual que el de cualquier otro ciudadano. Y lo mismo sucede a nivel municipal. Entonces ¿por qué cuando votamos al Parlamento Canarias no se cumple esta misma regla independientemente de dónde residamos? ¿Por qué tiene que primar el territorio sobre las personas? ¿Por qué en lugar de cohesionarnos, el sistema enfrenta a las y los canarios?

Lo cierto es que nuestro sistema electoral fue ideado para mantener el poder de la oligarquía en las islas. Esto ha convertido al Archipiélago en un reino de Taifas, en un puzle pensado para impedir a toda costa su unidad. Y esta situación se ha traducido en que las organizaciones políticas mantienen estructuras insularistas, más que insulares, donde nadie quiere perder poder. De ahí que éste fuera aparentemente el único acuerdo posible, aumentar el número de parlamentarios, porque ningún partido estaba dispuesto a perder escaños.

Es importante saber que la reforma aprobada se basa en una bajada de los porcentajes que rigen el reparto de escaños en nuestra tierra. Pero que ni siquiera alcanza los porcentajes que originalmente fueron definidos por nuestro Estatuto de Autonomía en el año 82, que catorce años después fueron duplicados por el PP y Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados.

Como lo leen, los nacionalistas modificaron nuestro Estatuto en Madrid para elevar sus topes al 6% autonómico y 30% insular que tenemos en la actualidad. Además nos dicen que se avanza en el modelo de doble circunscripción, dado que tenemos una circunscripción archipiélagica, (9 diputados), y se otorga un escaño más a la isla de Fuerteventura, porque hay más población, hasta llegar a los 70. Pero una circunscripción es insuficiente para elevar la calidad democrática del Parlamento.

Eso si la rebaja de los topes va a conseguir que la cámara sea más plural, éste es quizá el único verdadero avance.

Pero si valoramos el incremento de diputados ¿cuál va a ser su efecto?. La realidad es que al aplicar esta propuesta, con los resultados de las elecciones de 2015, los tres partidos que han gobernado Canarias durante décadas mantendrían las mismas proporciones que con el sistema actual. Diez diputados más que se reparten para que todo al final siga casi igual.

¿Y cuánto nos va a costar? Por lo pronto el programa de actuación legislativa y de control, (911A anteproyecto de la ley de presupuestos para 2019) se ha incrementado en 4 millones de euros para 2019, que es la partida para sufragar todos los gastos de la cámara, incluidos sueldos, dietas y otros gastos.

¿Esta es la reforma que pide la ciudadanía? ¿Los canarios y canarias realmente piensan que la solución para corregir nuestro injusto sistema electoral pasa por ampliar a diez diputados más? ¿Este es el debate? ¿Más diputados?

Creemos que no. Este acuerdo, sencillamente, no va a suponer una mejora real de nuestro sistema electoral, y encima, estamos convencidos, no nos va a salir gratis.

No es una propuesta de cambio, por eso nos sorprende el triunfalismo que algunos han manifestando valorándolo como un gran avance para la democracia en canarias.

Tenemos tres años para hacer una ley electoral que realmente sea capaz de representar el sentir político de nuestro pueblo. La ciudadanía sabe perfectamente lo que nos estamos jugando. Y cualquier cosa que no sea cambiar la realidad política del Archipiélago, será un auténtico fraude. Necesitamos un sistema que refleje nuestra realidad, y que sea participado, para poder plantar cara desde las instituciones a problemas tan graves como el paro, la corrupción, la pobreza y el insularismo.

Necesitamos erradicar la vieja política. La pregunta es si los partidos están dispuestos a debatir sobre el reparto de escaños en cada una de las islas. Si están dispuestos a llevar la democracia real al Parlamento de Canarias.

Podemos nació gritando aquello de “lo llaman democracia y no lo es”. Lo que significa que nuestra misión es impugnar el sistema, rescatar el Archipiélago de las manos de quienes lo han contaminado, empobrecido. No podemos permitir que se cierre en falso un debate crucial.

Habitamos en un territorio donde las leyes parecen hechas a medida de unos pocos, con la mayoría de su población devastada económicamente y que esperan de Podemos otra forma de hacer política que sirva para acabar de una vez por todas con esta situación.

La reforma que necesitamos es la que acabe con esos reinos de taifas, con el divide y vencerás que nos ha impedido la cohesión social, política, cultural y económica que anhelamos, que necesitamos. Y ante esa histórica tarea, no hay sitio para los atajos: apostar el cambio en nuestra tierra es defender una reforma electoral para su gente.

Con la publicación del Estatuto de Autonomía, se ha modificado el sistema electoral para elegir a los diputados en el Parlamento de Canarias. Pero ¿realmente ha cambiado algo?

El voto de las canarias y canarios sigue valiendo más o menos según la isla en la que vivan. La mayoría de los diputados de la cámara son elegidos por menos de la mitad de la población. Eso sí, vamos a tener diez diputados más.