Espacio de opinión de Canarias Ahora
Canarios entre famosos en Madrid
Por ello, años atrás, mi amigo Francisco Casimiro, abogado laboralista y palmero de pura casta, junto con otro amigo suyo, Sergio Rodríguez, ex futbolista e industrial, tuvieron la oportunidad y el privilegio de cenar en Casa de Lucio; tras hacerlo una semana antes Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I y el que fuera presidente de los Estados Unidos de América, Bill Clinton. Por lo contado y visto por algunos testigos de aquél encuentros entre ambos mandatarios, el menú fue sustancioso y sabroso: cuatro fuentes de “huevos estrellados”, dos cochinillos, sendas botellas de Rivera del Duero, diversos postres, café y coñac de marca. Al finalizar el apetitoso banquete, ambas personalidades felicitaron al afamado dueño del restaurante, Lucio. Un mes más tarde, el expresidentes de los Estados Unidos de América, Bill Clinton volvió, pero en esa ocasión con su esposa, Hillary Rodham Clinton. Ni que decir tiene, que esta bonita y amena historia contada en una noche de frío invierno en el Ateneo de La Laguna por mi amigo Francisco Casimiro, junto con el maestro de la guitarra de cola, Domingo Corujo; el emocionado abogado se vio invadido por los recuerdos de un pasado que durante unas horas se convirtió en presente de un evento social que coincidió con la curiosidad y la anécdota. Allí, en la Casa de Lucio, por primera vez, Francisco Casimiro y Sergio Rodríguez se sentaron en el Rincón de Severo Ochoa, pudiendo comprobar que la recomendación no fue desacertada y que también los canarios sabemos comer y compartir en los lugares de los famosos. Los “huevos estrellados” son el plato popular en la Casa de Lucio y para los dos amigos canarios la experiencia fue positiva. Cuando se despidieron y felicitaron al amigo Lucio, Francisco Casimiro le dijo: “todo estuvo excelente, pero le falto algo fundamental”. ¡“La papa canaria y el mojo picón”!.
Rafael Lutzardo
Por ello, años atrás, mi amigo Francisco Casimiro, abogado laboralista y palmero de pura casta, junto con otro amigo suyo, Sergio Rodríguez, ex futbolista e industrial, tuvieron la oportunidad y el privilegio de cenar en Casa de Lucio; tras hacerlo una semana antes Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I y el que fuera presidente de los Estados Unidos de América, Bill Clinton. Por lo contado y visto por algunos testigos de aquél encuentros entre ambos mandatarios, el menú fue sustancioso y sabroso: cuatro fuentes de “huevos estrellados”, dos cochinillos, sendas botellas de Rivera del Duero, diversos postres, café y coñac de marca. Al finalizar el apetitoso banquete, ambas personalidades felicitaron al afamado dueño del restaurante, Lucio. Un mes más tarde, el expresidentes de los Estados Unidos de América, Bill Clinton volvió, pero en esa ocasión con su esposa, Hillary Rodham Clinton. Ni que decir tiene, que esta bonita y amena historia contada en una noche de frío invierno en el Ateneo de La Laguna por mi amigo Francisco Casimiro, junto con el maestro de la guitarra de cola, Domingo Corujo; el emocionado abogado se vio invadido por los recuerdos de un pasado que durante unas horas se convirtió en presente de un evento social que coincidió con la curiosidad y la anécdota. Allí, en la Casa de Lucio, por primera vez, Francisco Casimiro y Sergio Rodríguez se sentaron en el Rincón de Severo Ochoa, pudiendo comprobar que la recomendación no fue desacertada y que también los canarios sabemos comer y compartir en los lugares de los famosos. Los “huevos estrellados” son el plato popular en la Casa de Lucio y para los dos amigos canarios la experiencia fue positiva. Cuando se despidieron y felicitaron al amigo Lucio, Francisco Casimiro le dijo: “todo estuvo excelente, pero le falto algo fundamental”. ¡“La papa canaria y el mojo picón”!.
Rafael Lutzardo