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El capítulo de Arona

Sin opacar el sobreseimiento del caso Grúas y sin prestar, de momento, mucha atención al ventilador del Ayuntamiento de Santa Cruz, debemos poner el foco en lo que nos ha contado esta semana Canarias Ahora sobre Arona. La construcción de un centro comercial que incumple la Ley de Costas, el planeamiento municipal y que ha sido camuflado como proyecto turístico.

El centro comercial Artslife & Shopping cerca de la playa El Camisón es otra prueba de cómo partidos políticos e instituciones se saltan las normas o miran para otro lado cuando se trata del desarrollo urbanístico y de intereses económicos. Por eso, de vez en cuando hay que recordar que tienen la misma responsabilidad moral el que ejecuta a sabiendas de que puede estar cometiendo una ilegalidad, como aquel que mira para otro lado para no tener que enfrentarse a un posible problema.

Hay quien compara Arona con Marbella, por eso de los casos de corrupción, la playa o el protector solar, pero lo cierto es que durante los años más duros de la crisis económica el municipio se mantuvo como una de las zonas más empobrecidas de Canarias. Una realidad que ha convivido durante mucho tiempo con la ostentación y el ansia de construir edificios y celebrar actos en ellos sin que estuvieran finalizados. El ansia y la ostentación ha sido de tal calibre que muchos se han despreocupado de que un medio de comunicación o un periodista pudiese darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, algo así como atracar un banco a plena luz del día sin testigos.

Resulta fundamental para la ciudadanía que estás informaciones no queden en el olvido y se proporcione una respuesta concisa y transparente sobre la situación del centro comercial. Debe haber respuesta por parte de la corporación local, pero, también por parte de la Viceconsejería de Política Territorial del Gobierno de Canarias.

Ya lo decía hace unos días el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez: “El principal motor de nuestra tierra es el turismo”. Ramírez soltaba está frase para argumentar su postura sobre la importancia de ofrecer una imagen del archipiélago adecuada y que los estadios cuenten con público. El empresario expresaba, perfectamente, la filosofía económica en la que se ha basado Canarias en los últimos 20 años y, por supuesto, cuáles son las prioridades para determinados sectores económicos. Y es que, para mostrar una buena imagen de Canarias primero se debe tener afecto y respeto por el archipiélago, por su territorio y por su paisaje. Cuando seamos capaces de asumir esa premisa podremos dedicar el resto del tiempo a debatir el tipo de turismo que queremos para Canarias.

Sin opacar el sobreseimiento del caso Grúas y sin prestar, de momento, mucha atención al ventilador del Ayuntamiento de Santa Cruz, debemos poner el foco en lo que nos ha contado esta semana Canarias Ahora sobre Arona. La construcción de un centro comercial que incumple la Ley de Costas, el planeamiento municipal y que ha sido camuflado como proyecto turístico.

El centro comercial Artslife & Shopping cerca de la playa El Camisón es otra prueba de cómo partidos políticos e instituciones se saltan las normas o miran para otro lado cuando se trata del desarrollo urbanístico y de intereses económicos. Por eso, de vez en cuando hay que recordar que tienen la misma responsabilidad moral el que ejecuta a sabiendas de que puede estar cometiendo una ilegalidad, como aquel que mira para otro lado para no tener que enfrentarse a un posible problema.