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Cien años del PCE: años de soledad, años silenciados y mi memoria

29 de noviembre de 2021 16:59 h

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El argumento de Cien años de soledad, obra maestra con Premio Nobel de Gabriel García Márquez, es complejo, tanto por la cantidad de personajes como por la escasez de nombres de los mismos. Esa misma escasez de nombres regía el panorama de oposición a la dictadura franquista durante muchos años; prácticamente cuando se hablaba del Partido se entendía al único partido que luchaba clandestino y en solitario: el PCE.

En la novela de García Márquez, el último Aureliano Buendía encuentra unos pergaminos que hablan proféticamente de que el primero de “la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo comerán los gusanos”. En el final de la novela, Aureliano por fin entiende que en los pergaminos Melquíades había presentido el destino de la familia que terminaría con él porque “las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra”. Con estas palabras Gabriel García Márquez pone fin a su novela.

Afortunadamente la Soledad del Partido y de la familia comunista no ha padecido ese destino, afortunadamente para los del Partido y para la Democracia en España, de ahí la larga trayectoria que pasa por tantos claroscuros externos e internos, que pasan desde la lucha armada de guerrillas que en Canarias no logró establecer Germán Pírez y que en el Norte y resto de España tuvieron que abandonarse y pasar a una lucha pacífica, no violenta para derribar la Dictadura.

Yo soy uno de los testigos sobrevivientes de la etapa de Lucha Pacífica y, como todavía no me han comido los gusanos, escribo haciendo uso de mi memoria..

Algunos me conocerán, suponiendo que mi nombre no haya caído el pozo del olvido, por haber formado parte del equipo canario de natación campeón de España y haber participado en dos Olimpiadas con el equipo nacional: la Universidad de Turín, primero, y la Olimpiada de Roma en 1960.

Lo que muchos no sabían ni saben es que fuí activo combatiente contra la dictadura clericalf-ascista de Franco. Por esa actividad, fui arrestado varias veces, torturado en Comisaría, tres veces en la cárcel con pérdida de empleo e imposibilidad de ejercer mi profesión: Maestro Nacional, ahora con otra denominación.

Desde un cierto punto de vista, una vida agitada llena de peligros, tribulaciones y aventuras. Era el resultado de mis convicciones éticas y políticas en un tiempo y una situación dominados por el régimen franquista. Y también por ser miembro del entonces clandestino y perseguido Partido Comunista de España.

Empecé muy joven, en el año 1956, y el haber pasado aquellos años en la clandestinidad y en la lucha por alcanzar la democracia me da cierto derecho a hablar sobre la Historia del PCE, ya que esa historia no es sólo la de sus secretarios generales o personajes más conocidos, sino también de los centenares y miles de hombres y mujeres que luchaban por los derechos democráticos más elementales. Cada uno en el marco de sus posibilidades.

LA historia del PCE es sin duda un cúmulo de heroicidades, pero como toda organización, sea política, religiosa o deportiva, tiene sus altos y bajos. E igual que la vida de las personas tiene sus zonas de luz y otras de sombra.

El impulso a escribir estas líneas no viene de celebrar el centenario del PCE, sino que está motivado por dos valoraciones escritas del centenario que me han llenado de indignación. Una totalmente contraria al PCE, en la que se le acusa de traición continua a los trabajadores y otra desde un deseado homenaje a su historia, siendo en realidad de una burda mutilación de esa historia.

No voy a pasar lista de los distintos momentos que me tocó vivir, pero quiero recordar algunos sin profundizar en ellos: mis contactos con la llamada iglesia cubana (que no era ni iglesia ni cubana, sino un grupo contracultural frente al clericalismo reinante), con Germán Pírez, con Fernando Sagaseta, con Agustin Millares Sall, con Tony Gallardo, con José Carlos Mauricio y muchos otros, mi participación en la organización del movimiento obrero en Comisiones Obreras, mi escapatoria del cerco de guardias civiles y Brigada Social de Sardina del Norte en 1968, donde resultaron dos heridos de bala y luego largas e injustas condenas por una inexistente “rebelión militar”. Más tarde mi necesaria escapatoria a la Península con documentación falsa por barco. Tras el Indulto Matesa me presenté al juzgado en Madrid y entré a la cárcel de Carabanchel. Y mi estancia en Madrid después de salir de la cárcel fue igual de intensa, especialmente en los días del atentado terrorista de ETA que dinamitó a Carrero Blanco.

Quienes me conocen saben que dejo muchos nombres y eventos en el tintero, y los antes mencionados son sólo por tener un escalón de entrada a esto que escribo.

El primer motivo que impulsa ha sido la lectura de un artículo de alguien que se autotitula trotskista (aunque yo dudo que haya estudiado a fondo al gran revolucionario León Trotski, asesinado en México por orden de Stalin). El artículo hay que leerlo con lupa, que es casi el apellido del Santiago Lupe que escribe, desde una supuesta izquierda, que “la historia del PCE es un serial de traiciones a la lucha de la clase trabajadora. Desde el aplastamiento sangriento de la revolución social en 1937 o el desvío del ascenso obrero de los 70 para imponer la Transición pactada, a su integración en el gobierno ”progresista“ en 2020 para apuntalar el Régimen del 78. ” O sea, Lupe condena al PCE y no a Franco y la Dictadura como responsable de aplastamientos del movimiento obrero y de la democracia.

Gnade der späten Geburt-la Suerte de un nacimiento tardío

El señor Santiago Lupe nació en 1983 y se autotitula historiador por haber escrito un libro sobre que en la pasada guerra civil española La victoria era posible. Escritos sobre la revolución española [1930-1940], los escritos de León Trotsky. Con todos mis posibles respetos a Trotsky desde una posición contraria, pues el exilado ruso al escribir sobre la Guerra Civl española hacía caso omiso tanto de la intervención militar italo-germana de Mussolini y Hitler, como del régimen autoritario de Salazar en Portugal y la actitud del Imperio británico y la Francia colonialista de aquellos años del 36 al 39. 

El super-revolucionario Lupe, que nació en 1983, no participó lógicamente en la lucha antifranquista, como sí harían otros trotskistas como Rafael Morales, periodista canario, que estuvo conmigo en la cárcel de Barranco Seco en Las Palmas ni otro, catalán, en Carabanchel.

Y supongo que en su osadía habría enfrentado al golpe de Tejero, no escondiéndose como hicieron muchos, con razón y miedo, sino sacando armas y enfrentándose. Pero, claro, no había nacido. En Alemania se habla de la “gracia del nacimiento tardío” (Gnade der späten Geburt) para referirse a los que nacieron después de 1930, el concepto lo utilizó Helmut Kohl siendo Canciller durante su visita a Israel, queriendo así relativizar la “culpabilidad” decretada por las potencias vencedoras de la Segunda guerra Mundial sobre el pueblo alemán. El señor Lupe ha tenido la divina Gracia de haber nacido en democracia y no haber tenido que probar que era revolucionario y no parte del “serial de traiciones”.

El segundo motivo indignante que me motiva es otro artículo de la misma trinchera de valientes francotiradres que hablan del “carrillismo monárquico-democratico” y despotrican de que en el acto de celebración participarán, “aparte del secretario general PCE y diputado de UP, Enrique Santiago, los líderes de CC.OO y UGT, Sordo y Álvarez, dos centrales, de entreguismo, traiciones, y firma de convenios deplorables, así como la ministra Yolanda Díaz, que no para de elogiar a la socialdemocracia.”

Los que así escriben son de la misma suerte que los que hace poco interrumpieron con gritos insultantes a Pablo Iglesias en uno de los actos de de celebración previos al homenaje central. Los insultos se adornaban con “palabras anti-represivas” de tipo antifascista, gritando que los del Gobierno progresista actual “amplían las leyes represivas”. Cabe preguntarse: ¿Si son tan rrevolucionarrios (con muchas erres) por qué no van a los mítines de VOX o del PP? ¿O si tan antifascistas son por qué no aparecieron en los actos claramente fascistas que se celebraron en el Ccmenterio madrileño en homenaje a la División Azul que Franco mandó contra la Unión Soviética al lado de las tropas de Hitler? ¿O es que tienen miedo?

Hic Rhodus, hic salta.

Se puede ser muy revolucionario de boquilla con un coñac delante. Pero habría que repetirles lo que Marx escribió en El 18 de Brumario de Luis BonaparteHegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.” Y criticando Marx a los que alardeaban con “engreídos ladridos de triunfo” les recordaba la exigencia: Aquí y ahora. Hic Rhodus, hic salta.

Esta frase proviene de la fábula de Esopo en la que un “farolero” se autoglorificaba de haber dado en Rodas un tremendo salto y decía tener testigos de su hazaña. Ante tanto presumir, uno de los presente le contestó con la exigencia: Hic Rhodus, hic salta¡ (¡Aquí está Rodas, salta aquí!).

La democracia que hay en nuestro país no cayó del cielo, sino fue traída a trancas y barrancas por los que anhelaban un régimen distinto al sufrido bajo la dictadura. Y una parte importante la desempeñaron los comunistas del PCE con Santiago Carrillo a la cabeza, así como otras fuerzas que provenían del franquismo pero ansiaban incorporarse al conjunto de la democracias y especialmente al entonces Mercado Común Europeo, entre ellos Adolfo Suárez. Había muerto Franco, pero no el franquismo... que, por cierto, todavía colea.

Durante los años de la dictadura franquista con sus medidas primero de terrorismo anti-republicano y luego de represión continua se puede hablar de la Soledad del PCE en su lucha por la democracia, de tal manera que cuando se hablaba entonces de oposición y se decía “el Partido” todos entendían que se trataba del PCE porque los otros partidos estaban en el exilio o esperando a mejores tiempos. 

Pero, aparte de esos dos motivos anteriores citados, tengo un tercer motivo, un espina que me molesta y me apena e indigna porque lo considero una mutilación desde dentro del propio PCE. Y es el silencio sistemático o el olvido del que fue Secretario del Partido desde 1960 hasta su voluntaria abdicación: Santiago Carrillo Solares.

Recordemos, por ejemplo, como en marzo de 1977, tres meses antes de las primeras elecciones generales españolas tras la muerte de Franco, comenzó la cumbre eurocomunista entre Enrico Berlinguer del PCI, el dirigente del Partido Comunista Español, Santiago Carrillo y Georges Marchais por el Partido Comunista Francés. Tres partidos comunistas europeos que condenaban públicamente la invasión de un país socialista, Checoslovaquia, por la tropas del Pacto de Varsovia encabezadas e impulsadas por la Unión Soviética en 1968.

Recordemos también a los que hoy silencian el papel jugado por Santiago Carrillo en el PCE, si bien no coinciden con los que hablan de un “carrillismo monarquico-democrático” evitan o relativizan el papel jugado desde el año 1960 como Secretario General y aún antes cuando el joven Carrillo dirigente máximo de las Juventudes Socialistas Unificadas se pasa con la plano mayor juvenil a las filas del PCE que dirigían José Díaz y Dolores Ibárruri (Pasionaria).

Y esto en graves momentos estatales se plantean unas consignas con las que yo,  personal y políticamente, no estoy de acuerdo, como cuando se critica con generalidades demagógicas al “régimen del 78”.

El llamado “régimen del 78”, ¿cuándo empieza? ¿Empieza cuando se aprueba la Constitución actual o cuándo Tejero irrumpe pistola en mano en el Parlamento y todos se tiran al suelo menos tres diputados, uno de ellos Carrillo?

Ese “carrillismo”, ¿es idéntico al que combatían los maoístas primero y luego los disidentes prosoviéticos que aprobaban la invasión por la URSS y el Pacto de Varsovia de la República socialista de Checoslovaquia?

¿Quiere decir que quien defienda al actual Gobierno de coalición de España es un “carrillista” y que se debe no asistir al Parlamento, abandonarlo por ajustarse a la Constitución del 78 y dejar el sitio a los del PP y VOX porque todavía tenemos “régimen del 78”, es decir, la democracia que ha permitido el actual Gobierno progresista con ministros comunistas, cosa no vista desde los años del Frente Popular? Claro que hay mucho que hacer y mejorar en nuestra democracia, en las leyes e instituciones, en la elección de Tribunales de justicia y jueces, etc. Hic Rhodus, hic salta! Esa es la tarea.

Y si lamentable era la política estalinista que borraba la foto de Trotski cuando aparecía junto a Lenin, y lamentable fueron las condenas de los antiguos bolcheviques Bujarin, Kamenev, Zinoviev, y tantos otros que lideraron durante años a los bolcheviques y luego la Revolución soviética junto con Lenin, también es a mis ojos,  sin llegar a la brutalidad estalinista, lamentable la constante omisión del nombre del que es, guste o no guste, uno de los “padres de nuestra Democracia” (Carrillo).

Ahora se entonan constantes loas a Anguita, cosa que me parece bien dados sus méritos, pero no en exclusiva si se habla de “Cien Años del PCE” y ni siquiera si se hablase de la Transición de la Dictadura a la Democracia, ni de la vida parlamentaria, incluyendo el intento de golpe de Estado del teniente coronel Tejero. Porque esos episodios, como también los hechos de Sardina del Norte en Gran Canaria de 1968 después de haber condenado la intervención militar soviética en Checoslovaquia, y otros muchos, como el asesinato de los abogados de Atocha, supusieron jalones que hicieron posible la legalización del PCE, las elecciones democráticas y la aprobación con Referéndum de la Constitución.

NO SE PUEDEN SILENCIAR ESOS AÑOS NI SUS PROTAGONISTAS SI SE HABLA DE “CIEN AÑOS DE HISTORIA DEL PCE”. La historia objetiva no puede escribirse con “años silenciados”.

Los Cien Años del PCE tienen su origen en la Revolución Soviética en 1917 dirigida por Lenin y luego de la fundación de la Internacional Comunista. Aquellos momentos cambiaron el orden mundial y originaron tanto a la Unión Soviética como a los procesos emancipadores y anticolonialistas que acabarían por derrumbar el poder omnímodo de las elites aristocráticas de las monarquías y las finanzas. Luego vendrían la subida del fascismo y del nazismo, la Segunda Guerra Mundial, el stalinismo, la Guerra Fría, los procesos descolonizadores, la Revolución China, las guerras de Corea y Vietnam, la Revolución Cubana, el Glassnot y también el derrumbe del llamado “campo socialista” culminando finalmente, con el desmoronamiento de la Unión Soviética.

Las cosas están ahora como están con nuevos poderes mundiales y complicadas situaciones políticas y económicas que se ensombrecen por efecto de la pandemia mundial. Pero, sea como sea, tanto la Revolución soviética y su fundación es sin duda una fecha digna de conmemorarse, unos con lágrimas en los ojos, otros son sonrisas escépticas, pero todos con la atención que reclaman los hechos de trascendencia histórica universal.

En el ámbito europeo y concretamente en el español es estimulante ver cómo una mujer como Yolanda Díaz, actual 2a vicepresidenta del Gobierno, habla audazmente del concepto MATRIA en vez de Patria, entendiendo un concepto de madre cuidadosa de la convivencia, del diálogo, de ir sumando y llegar a puntos de encuentro en vez de imponer. Una Matria que acoja todas las identidades y diferencias y cuide de las potencialidades que hay en todas las regiones de España.

El concepto Patria por concepto Matria, convivencia-diálogo-sumando y llegando a puntos de encuentro – Y la Matria que acoja a toda las identidades, cuidando sus enormes potencialidades.

Mientras los más rabioso dentro del PP-VOX prosigue con la acusación de gobierno “ilegítimo”, tradición golpista. Un gobierno que en las voces derechistas pasó de ser ilegítimo a ser ilegal e incluso anticonstitucional. Y desde la banda derechista mediática contraria a la paz civil y la reconciliación se sigue preconizando un llamamiento a levantarse contra el Gobierno. Precisamente en momentos de crisis de pandemia universal y de difícil economía con carestía e inflación que es cuando más se necesita solidaridad.

No se trata de eliminar a la derecha, se trata de alcanzar un clima y unas conductas que permitan una convivencia plural y pacífica aunque antagónica en doctrinas y opiniones

Ya en la recta final, a modo de conclusión, retomo las palabras de Enric Juliana (excelente periodista que no es comunista, del periódico La Vanguardia) cuando animaba a los asistentes a una conferencia suya a recuperar el legado de fraternidad del comunismo español: “Hay que recordar que el PCE (siendo Secretario S.Carrillo) fue quien hizo las primeras llamadas a la reconciliación nacional después de nuestra guerra civil, en fecha tan temprana como 1956, con las brasas de la contienda todavía quemando. La iglesia no empezó a hacer lo mismo hasta después del Concilio Vaticano II”, destaca, en contraste con la polarización actual.

Una reconciliación nacional que, sin olvidar la memoria histórica, evite las crispaciones y los llamamientos a la violencia. No sé si tendrá razón Yolanda Díaz ni si se hará realidad el deseo de fraternidad de Enric Juliana, pero me emociona y creo que merece el esfuerzo y tengo la esperanza de que sea así.. aunque yo no lo vea.

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