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El círculo

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“Nuestra percepción de la realidad y las propias instituciones están pensadas para resolver problemas aislados y bien definidos, pero se ven superadas cuando un problema está entreverado con otros y requiere la colaboración de diversos actores, lógicas e instituciones. El verdadero problema consiste en que es la propia sociedad la que está en crisis porque la gestión de estas crisis se tiene que llevar a cabo en un mundo que es interdependiente, descentralizado, postcolonial, de inteligencia distribuida, radicalmente plural. Las crisis actuales revelan un estado crítico de la sociedad; son unas crisis que no pueden resolverse a través de decisiones políticas porque también esas decisiones están marcadas por la crisis”.

La sociedad de la crisis, Daniel Innerarity (El País).

 

Un campo de concentración o campo de internamiento es un centro de detención o confinamiento donde se encierra a personas por su pertenencia a un colectivo genérico en lugar de por sus actos individuales, sin juicio previo y sin garantías judiciales, aunque puede existir una cobertura legal integrada en un sistema de represión o persecución.

Transparencia Internacional ha hecho público en la web FragDenStaat un informe elaborado por un diplomático alemán que denuncia las condiciones similares a las de los campos de concentración en los centros de detención libios. La propia Angela Merkel presentó de forma oficial informes en los que el gobierno alemán afirma que en los campos de refugiados de Libia, financiados con dinero europeo, se comenten actos de violencia indiscriminada hacia los extranjeros retenidos. El documento se titula Agadez. Vuelta al infierno. El País publicó el pasado 2 de julio de 2017 A las puertas del infierno. Agadez, en Níger, es la puerta de entrada al desierto del Sahara y enclave en la ruta migratoria a Libia. El 1 de agosto de 2017 se publicó en el mismo periódico un artículo de opinión titulado Nuestros campos de exterminio, firmado por Lucila Rodriguez Alarcón.

El Papa afirmó en febrero de 2022 que “hay campos de concentración” para migrantes en Libia señalando especialmente que Italia y España, países donde se produce el mayor descenso demográfico de Europa, deben acoger, acompañar e integrar a un mayor número de refugiados.

Un mercado de esclavos es un lugar donde se compran y se venden seres humanos esclavizados.

La Organización Internacional para las Migraciones, agencia de las Naciones Unidas, constata la existencia de mercados de esclavos con migrantes subsaharianos en Libia. Se pagan entre 500 y 300 euros por persona. Oscar Camps, director de la ONG Proactiva Open Arms, constata que los hombres fuertes se venden si son aptos para el trabajo de la construcción o el trabajo duro, mientras que las mujeres y los niños son esclavas sexuales.

Un informe de Unicef asegura que el 77% de los migrantes menores de 25 años sufren abusos en la ruta hacia las fronteras europeas. Los menores y las mujeres corren más riesgo por su evidente vulnerabilidad.

Erdogan exigió libertad de movimientos y liberalización de visas, actualización de los acuerdos comerciales y una mejor asistencia financiera para Turquía. A cambio, la Policía y el ejército turco, financiados con el dinero europeo, aseguran el control de las fronteras con Europa e impiden el paso de los migrantes. Ankara llama a sus campos de concentración, financiados con dinero europeo “centros de protección temporal”. Turquía da una cifra: cuatro millones de refugiados en sus ciudades contenedores. Europa también pone su cifra: seis mil millones de euros para retener a los refugiados en las fronteras turcas.

Nuestras fronteras están cerradas a los seres humanos a costa de financiar campos de concentración en países limítrofes. Obviamos la vulneración flagrante y masiva de los Derechos Humanos en los campamentos que financiamos. Nuestras fronteras sí están abiertas a las materias primas. Europa importa del continente africano cacao, café, té, frutas tropicales, especias, cereales, licores, productos lácteos, petróleo, gas, coltán, litio....La región del Magreb (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) es especialmente importante en los intercambios comerciales con España. Europa obtiene materias primas del continente africano, África compra los productos manufacturados a Europa.

Las mafias son grupos organizados dedicados al crimen. La mafia rusa se encuentra entre las cinco organizaciones criminales más peligrosas del mundo. El gobierno de Mariano Rajoy aprobó en 2015 el visado de residencia por adquisición de bienes inmuebles en España. Los rusos y los chinos acapararon los visados por compra de casas en España. Por una inversión mínima de 500.000 euros, se adquiere el derecho de residencia y de trabajo por cinco años en España. Transcurridos esos cinco años se abren las puertas para adquirir la nacionalidad española. De esta prerrogativa se beneficiaron en primer lugar los chinos (37% de las transacciones), después los rusos (26,6%) y en tercer lugar los ucranianos (3,9%).

La medida se vendió como un incentivo para atraer el talento de profesionales altamente cualificados y fomentar proyectos de inversión, es decir, el ladrillo. También se mercadeó con la deuda pública. En la década de 2010 a 2020, unos 87.000 trabajadores españoles muy cualificados, formados en las escuelas y universidades públicas, dejaron España en busca de trabajo en otros países. Es la llamada fuga de cerebros encabezada por España e Italia.

La Operación Testudo contra la mafia del Este de Europa constató que los cabecillas del crimen organizado ruso invierten ingentes cantidades de su botín en las costas turísticas del Mediterráneo. El dinero blanqueado de los oligarcas rusos beneficia la economía de una zona castigada por la crisis turística y de la construcción. La policía y varios representantes políticos de la costa valenciana se presentan en la instrucción como aliados y socios de la red del hampa. Estos patriotas pertenecen al Partido Popular. El presidente Putin ha escogido la zona de Altea para disfrutar de sus vacaciones en varias ocasiones.

La Hipocresía es el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.

El Gobierno español coordina con las comunidades un plan de contingencia para recibir refugiados de la guerra de Ucrania. Los refugiados ucranianos pasarán por encima de los campamentos de migrantes de las guerras de Libia, Siria, Yemen, Irak, Afganistán... que llevan años pasando hambre y frío en las fronteras europeas. El mismo día que se debatió la propuesta de otorgar la protección temporal de los refugiados ucranianos, en base a una Directiva europea de 2001 que nunca se había activado, unas 2.500 personas intentaron saltar la valla de Melilla. Es el mayor salto de su historia. Los migrantes de Melilla han sido devueltos a la Policía de Marruecos, sin asistencia letrada, sin atención humanitaria. Las heridas de las concertinas instaladas en nuestras fronteras seguían abiertas en su piel negra. 

Según el último informe del Panel Internacional de Cambio Climático, la costa del Mediterráneo y Canarias son dos de los lugares de Europa donde más se va a notar el cambio climático[6] La desertización, la pérdida de biodiversidad, la subida de las mareas, de las temperaturas y la dependencia energética del exterior van a provocar daños directos en las comunidades donde la antropización ha sido más evidente e incontrolada. La industria turística y el urbanismo criminal agravan las emisiones de CO2, empeoran la vulnerabilidad climática y la dependencia de estas regiones con el exterior.

El capitalismo es el sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de recursos a través del mercado. El capitalismo rige la economía mundial, dirige las políticas públicas, gobierna y se alimenta del fenómeno de la globalización. El uso indiscriminado de los recursos y materias primas del planeta en favor de un sistema económico basado en el consumismo y en el derroche de una parte muy escasa de la población mundial (los mal llamados países desarrollados) ha provocado que los límites planetarios hayan sido superados poniendo en grave peligro la habitabilidad de la tierra. Esta forma de entender el “desarrollo económico en el primer mundo ha generado pérdida de la biodiversidad, contaminación del agua, deforestación y abusos del suelo, agujero de ozono, acidificación de los océanos, crisis climática, contaminación química y de la atmósfera. En algunos casos superando todos los límites de certidumbre.

Las consecuencias del desarrollo capitalista sin límite ni control ya las sufrimos todos los seres que habitamos el planeta[7]. La actividad económica y el modo de vida del 10% de la población más rica del planeta contribuye con el 50% de los gases de efecto invernadero. El 50% de la población del planeta contribuye con el 10% de la emisión de CO2. Sin embargo, aunque los países más contaminantes sean los más desarrollados, las consecuencias más dramáticas se están viviendo ya en los países más pobres. La sequía, contaminación, desertización, deforestación, acidificación y el hambre provoca movimientos migratorios masivos, son los llamados migrantes del clima. Los desplazados por los efectos del cambio climático en los países más vulnerables podrían alcanzar cifras de cientos de millones en 2050.

 Las guerras por el control de la energía han provocado en los últimos años el mayor número de migraciones. Es el neocolonialismo energético. La escasez de minerales y materias primas necesarias para sostener nuestro “modo de vida privilegiado” mueven la maquinaria bélica al control de países donde quedan las mayores reservas de petróleo, gas, litio, coltán... El mayor número de desplazados por el hambre, la sed, la pobreza extrema y la violencia proceden de Irak, Libia, Afganistán, Siria, Etiopía, Yemen...y ahora Ucrania.

Los refugiados de nuestras guerras energéticas y climáticas se trasladan masivamente, en un movimiento desesperado por salvar sus vidas y la de sus hijos, a las fronteras europeas. Sufren un calvario de agresiones y abusos sexuales en el trayecto. Son víctimas de mafias de tráfico de seres humanos en las fronteras y de violencia institucional en Europa. El abuso, la ignorancia y la irracionalidad alimentan la xenofobia y el racismo. El miedo se usa como arma política. Los sátrapas alimentan la extrema derecha europea.

Las Organizaciones No Gubernamentales y el Defensor del Pueblo han denunciado abusos, violencia y condiciones infrahumanas de supervivencia en los campos de refugiados financiados con tu dinero. Hay campos de internamiento en Canarias donde se confina a personas por su condición de migrantes. Se les retiene en las islas, se les retira su documentación y se impide que viajen a reunirse con su familia en los países europeos donde residen primos, tíos, hermanos, padres.... Se niega a los padres la posibilidad de enterrar a su hija muerta en la ruta Canaria sin correr el riesgo de ser deportados. Enterramos cientos de cuerpos sin identificar.

El círculo es la superficie de un plano encerrada por una circunferencia, y ésta a su vez es el conjunto de todos los puntos del plano equidistantes a un punto llamado centro, siendo esa distancia constante el radio. El círculo es la forma geométrica más perfecta, no tiene principio ni fin. 

“Nuestra percepción de la realidad y las propias instituciones están pensadas para resolver problemas aislados y bien definidos, pero se ven superadas cuando un problema está entreverado con otros y requiere la colaboración de diversos actores, lógicas e instituciones. El verdadero problema consiste en que es la propia sociedad la que está en crisis porque la gestión de estas crisis se tiene que llevar a cabo en un mundo que es interdependiente, descentralizado, postcolonial, de inteligencia distribuida, radicalmente plural. Las crisis actuales revelan un estado crítico de la sociedad; son unas crisis que no pueden resolverse a través de decisiones políticas porque también esas decisiones están marcadas por la crisis”.

La sociedad de la crisis, Daniel Innerarity (El País).