Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un consejo para Pilar Parejo
En este caso, me mueve un interés pedagógico hacia la nueva presidenta de la audiencia provincial Pilar Parejo y por lo tanto, representante del independiente Poder Judicial que en un medio de comunicación canario intentó, esfuerzo baldío , vender una imagen de la justicia que en mi opinión, basada en experiencias propias y ajenas, no se ajusta a la realidad. Dice que la mayoría de los jueces son independientes y que dejan la ideología en casa , que las influencias políticas no influyen en el trabajo de éstos , que el ciudadano confía en la justicia plenamente ,ya que acude a ella, aunque el número de procedimientos haya bajado(¿?) y que nunca ha oído-que no es lo mismo que sabido- a ningún juez decir sentirse presionado ante un caso de corrupción?que va a decir, es como ser concejal de urbanismo y decir que no ha oído cantos de sirena de contratistas y promotores o ser obispo y negar la evidencia de pederastas dentro de su diócesis, la razón es defender al gremio ante una sociedad que cree más en Peter Pan que en la racionalidad de muchas decisiones judiciales, y que un buen programa informático actuaría con más tino . No dudo de las buenas intenciones de Parejo, es posible incluso que se crea lo que dice, pero sólo hay que tirar de hemeroteca y comprobar que la justicia tiene mucho que mejorar, no sólo en recursos materiales y humanos, sino también en formación y deontología profesional. En cuanto a que los jueces son asépticos ideológicamente, habría que matizar lo que se entiende por ideología.
Vemos casos diariamente en los juzgados, que pueden explicar la confusión entre ideología desde una perspectiva sociopolítica y los moldes cognitivos, producto de multitud de factores culturales y socioafectivos que influyen poderosamente en nuestra conducta a la hora de tomar decisiones. Es algo universal y transcultural, nadie escapa a su influjo, incluido los jueces y juezas por muy independientes que quieran ser. Ahora parece, que se actúa con más celeridad en los casos de corrupción política ,incluso se ha sancionado , expulsado de la carrera judicial y detenido a jueces con más mierda encima que el palo de un gallinero o simplemente ser unos ineptos como los hay en cualquier profesión con la pequeña diferencia que ésta no es una profesión cualquiera. Son pocos ,ciertamente ,pero el daño que se ha hecho a la credibilidad social de la justicia es difícil de recuperar, porque el ciudadano que ha quedado indefenso ante la lentitud de las sentencias o la desidia institucional amparada por el mismo sistema que no actúa de oficio, perjudicando a la misma base de la estructura social, hace que precisamente la sociedad en su conjunto no acuda a la justicia como una garantía de que ésta va a salvaguardar sus derechos, sino como un acto del azar y la predisposición de las partes que al contrario que en el deporte, no gana el que es mejor sino el que más trampa hace. Así Sra. Parejo o el que la/le sustituya, dependiendo de la política (y eso seguro que lo tiene claro), debe dejar ciertos discursos para la clase de educación para la ciudadanía aprovechando justamente que son menores de edad la que la va a recibir y que la ley, jueces y fiscales les permiten mandar al maestro al carajo o prenderle fuego al coche si a bien lo estiman.
Pero la sociedad adulta sabe que lo que ha dicho no es más que un ejercicio de corrección política o una mirada al horizonte , y desde mi posición jurídica de pendejo le quiero dar un consejo antes de que decidan otros desde sus cátedras tan lejos, es preferible la autocrítica que un discurso tan añejo.
Kiko GarcÃa
En este caso, me mueve un interés pedagógico hacia la nueva presidenta de la audiencia provincial Pilar Parejo y por lo tanto, representante del independiente Poder Judicial que en un medio de comunicación canario intentó, esfuerzo baldío , vender una imagen de la justicia que en mi opinión, basada en experiencias propias y ajenas, no se ajusta a la realidad. Dice que la mayoría de los jueces son independientes y que dejan la ideología en casa , que las influencias políticas no influyen en el trabajo de éstos , que el ciudadano confía en la justicia plenamente ,ya que acude a ella, aunque el número de procedimientos haya bajado(¿?) y que nunca ha oído-que no es lo mismo que sabido- a ningún juez decir sentirse presionado ante un caso de corrupción?que va a decir, es como ser concejal de urbanismo y decir que no ha oído cantos de sirena de contratistas y promotores o ser obispo y negar la evidencia de pederastas dentro de su diócesis, la razón es defender al gremio ante una sociedad que cree más en Peter Pan que en la racionalidad de muchas decisiones judiciales, y que un buen programa informático actuaría con más tino . No dudo de las buenas intenciones de Parejo, es posible incluso que se crea lo que dice, pero sólo hay que tirar de hemeroteca y comprobar que la justicia tiene mucho que mejorar, no sólo en recursos materiales y humanos, sino también en formación y deontología profesional. En cuanto a que los jueces son asépticos ideológicamente, habría que matizar lo que se entiende por ideología.
Vemos casos diariamente en los juzgados, que pueden explicar la confusión entre ideología desde una perspectiva sociopolítica y los moldes cognitivos, producto de multitud de factores culturales y socioafectivos que influyen poderosamente en nuestra conducta a la hora de tomar decisiones. Es algo universal y transcultural, nadie escapa a su influjo, incluido los jueces y juezas por muy independientes que quieran ser. Ahora parece, que se actúa con más celeridad en los casos de corrupción política ,incluso se ha sancionado , expulsado de la carrera judicial y detenido a jueces con más mierda encima que el palo de un gallinero o simplemente ser unos ineptos como los hay en cualquier profesión con la pequeña diferencia que ésta no es una profesión cualquiera. Son pocos ,ciertamente ,pero el daño que se ha hecho a la credibilidad social de la justicia es difícil de recuperar, porque el ciudadano que ha quedado indefenso ante la lentitud de las sentencias o la desidia institucional amparada por el mismo sistema que no actúa de oficio, perjudicando a la misma base de la estructura social, hace que precisamente la sociedad en su conjunto no acuda a la justicia como una garantía de que ésta va a salvaguardar sus derechos, sino como un acto del azar y la predisposición de las partes que al contrario que en el deporte, no gana el que es mejor sino el que más trampa hace. Así Sra. Parejo o el que la/le sustituya, dependiendo de la política (y eso seguro que lo tiene claro), debe dejar ciertos discursos para la clase de educación para la ciudadanía aprovechando justamente que son menores de edad la que la va a recibir y que la ley, jueces y fiscales les permiten mandar al maestro al carajo o prenderle fuego al coche si a bien lo estiman.