Converger: ¿quiénes?, ¿cómo?

Podemos y debemos hablar de estos temas, pero siempre desde unas bases históricas, objetivas y ? sobre todo ? sinceras, creyendo en un proyecto real y no como salvaguarda de lo último que podemos hacer para seguir en una poltrona durante 30 años, manteniendo un sistema de clientelismo político y una política pedigüeña, que lo único que ha conseguido es incrementar nuestro déficit comercial y con en ello también la dependencia con el exterior.

¿Converger? Sí, por supuesto. ¿Quiénes? Todos los que tengan a Canarias como parte de sí mismos y crean en un proyecto de unidad; quienes sepan ver a las islas como identidades propias e incuestionables, dentro de un proyecto federal, aglutinador y de progreso.

¿Cómo? No es tarea fácil, pero nadie ha dicho que sea así. Se trata de cambiar a los interlocutores o que éstos cambien su forma de ver y vivir la vida en cuanto a lo que es y sentir Canarias. Es necesario caminar pasos previos y cortos, lo que pasa primero por reformular algunas cuestiones de manera profunda? lo que pasa por reconocer los errores propios y de firmar al menos una paz momentánea que nos dé tiempo a la reflexión y volver a resituarnos en los marcos políticos de las islas.

¿Cuándo? Hay que empezarlo sobre la marcha, pues poco tiempo queda. La situación de las islas en estos momentos es dura. En el comienzo de una crisis económica como la que ya vivimos, las necesidades inmediatas de los canarios y canarias son problemas que tenemos atender y convertirse en el principal objetivo de nuestros políticos en las administraciones donde estemos representados los nacionalistas. Pero también es nuestro deber pensar en futuro y actuar de inmediato para que esto no se convierta ? ahora y por mucho tiempo ? en insustanciales cantos de sirenas a la unidad.

Un pueblo que compra, manda.

Un pueblo que se vende, sirve.

Pero un pueblo que con su pan se basta, es libre.

Paco Tarajano (Bco. Arriba, Bco. Abajo)

* Matías Campos es secretario federal del Centro Canario Nacionalista (CCN)

Matías Campos*