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Corrupción: hasta el final por EDITORIAL

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Y lo denunciábamos porque lo sabíamos, aunque no pudiéramos probarlo en todos sus extremos. Y porque esa manera de conducirse en la vida pública abisma a los corruptos, y cerca o dentro del abismo se pierden referencias morales. Y porque es empíricamente demostrable que no puede haber sociedades modernas, de hombres y mujeres libres, si anida en ellas la corrupción, no como conducta aislada, sino como práctica consustancial al sistema, ubicada en castellanías que -presumimos- no sólo nosotros conocíamos. Porque lo conocían numerosos empresarios. Unos eran simplemente cómplices, otros huían de la escena del pretendido crimen, eso sí, en silencio, y los peores entendían el delito como parte del sistema, aceptaban los casos baratos y se quejaban de la carestía de otros casos y de otros personajes. Eran ,y acaso aún lo sean, una parte muy reducida del colectivo empresarial. Y ahora ¿qué hacer ante el huevo podrido? Pues lo conveniente para que no acontezca lo del chascarrillo que dice que una gallina es aquello de lo que se sirve un huevo para poner otro huevo. ¿Es que era leyenda en Tenerife aquello que se contaba de negocios de perfumerías, de venta de empresas municipales, del asunto de Las Teresitas? Ahora nos preguntamos cómo va a ser el proceso, esos acontecimientos que tienen que impedir que nazca la gallina. Si va a servir de escarmiento o si, en la terminología criminal, van a ser castigados todos los delitos porque se presume que no existe el crimen perfecto. Dicen que Marbella surgió a partir de una permuta de terrenos y lo de Tenerife de una compraventa. Ambas estridentes. ¿Y La Favorita? ¿Por qué no se investigó esa operación que consistió en una compra de inmueble por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a un precio tres veces superior al precio de mercado, al precio al que el inmueble fue ofrecido a múltiples empresarios un año antes? Porque de La Favorita nosotros no hemos dicho otra cosa que se trató de un pelotazo. No señalamos delito, pues como en el caso de Zerolo, asumimos gustosos, e incluso esperanzados, su presunción de inocencia. La vicepresidenta Julios acusaba este fin de semana al ministro de Justicia de filtración del caso Las Teresitas. Nosotros no profundizaremos en las razones de unos y otros porque no entraremos en ese tipo de querellas políticas. Pero acaso lo mejor para el interés general sea el silencio y el trabajo en sus respectivos departamentos. Y que jueces y fiscales cumplan con su cometido. Otra cosa es el señor Soria. Gran Canaria ya tiene descontada su derrota. Tampoco tiene la continencia por norma. Pero los aleteos torpes del líder del Partido Popular (“Valido es mi candidato en Telde”), o su cobardía, (“no conozco a Alfredo Briganty”), nos hacen sugerirle mesura y templanza. Que este periódico no se va a presentar a las elecciones y por ello no seremos nosotros quienes le apartemos del poder.

Y lo denunciábamos porque lo sabíamos, aunque no pudiéramos probarlo en todos sus extremos. Y porque esa manera de conducirse en la vida pública abisma a los corruptos, y cerca o dentro del abismo se pierden referencias morales. Y porque es empíricamente demostrable que no puede haber sociedades modernas, de hombres y mujeres libres, si anida en ellas la corrupción, no como conducta aislada, sino como práctica consustancial al sistema, ubicada en castellanías que -presumimos- no sólo nosotros conocíamos. Porque lo conocían numerosos empresarios. Unos eran simplemente cómplices, otros huían de la escena del pretendido crimen, eso sí, en silencio, y los peores entendían el delito como parte del sistema, aceptaban los casos baratos y se quejaban de la carestía de otros casos y de otros personajes. Eran ,y acaso aún lo sean, una parte muy reducida del colectivo empresarial. Y ahora ¿qué hacer ante el huevo podrido? Pues lo conveniente para que no acontezca lo del chascarrillo que dice que una gallina es aquello de lo que se sirve un huevo para poner otro huevo. ¿Es que era leyenda en Tenerife aquello que se contaba de negocios de perfumerías, de venta de empresas municipales, del asunto de Las Teresitas? Ahora nos preguntamos cómo va a ser el proceso, esos acontecimientos que tienen que impedir que nazca la gallina. Si va a servir de escarmiento o si, en la terminología criminal, van a ser castigados todos los delitos porque se presume que no existe el crimen perfecto. Dicen que Marbella surgió a partir de una permuta de terrenos y lo de Tenerife de una compraventa. Ambas estridentes. ¿Y La Favorita? ¿Por qué no se investigó esa operación que consistió en una compra de inmueble por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a un precio tres veces superior al precio de mercado, al precio al que el inmueble fue ofrecido a múltiples empresarios un año antes? Porque de La Favorita nosotros no hemos dicho otra cosa que se trató de un pelotazo. No señalamos delito, pues como en el caso de Zerolo, asumimos gustosos, e incluso esperanzados, su presunción de inocencia. La vicepresidenta Julios acusaba este fin de semana al ministro de Justicia de filtración del caso Las Teresitas. Nosotros no profundizaremos en las razones de unos y otros porque no entraremos en ese tipo de querellas políticas. Pero acaso lo mejor para el interés general sea el silencio y el trabajo en sus respectivos departamentos. Y que jueces y fiscales cumplan con su cometido. Otra cosa es el señor Soria. Gran Canaria ya tiene descontada su derrota. Tampoco tiene la continencia por norma. Pero los aleteos torpes del líder del Partido Popular (“Valido es mi candidato en Telde”), o su cobardía, (“no conozco a Alfredo Briganty”), nos hacen sugerirle mesura y templanza. Que este periódico no se va a presentar a las elecciones y por ello no seremos nosotros quienes le apartemos del poder.