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Cosas veredes Mío Cid de los Sres. Camps y Curbelo

Carlos Juma / Carlos Juma

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Lo que menos importa es que sea o no un cómplice de la desvergüenza el miembro, dicho sin segundas, del partido en cuestión. Y digo de uno o de todos los partidos porque si bien es cierto que al Sr. Curbelo le han pedido su acta de senador,-dígame usted a qué actos asistía-, y puesto el grito ético en el cielo por boca del señor Blanco y la señora Valenciano,-el nombre le viene que ni pintado-, nadie, sin embargo, le retira su carnet de militante ni su cargo de presidente del gobierno de la isla colombina; porque una cosa es una cosa y dos son dos, no nos equivoquemos. Y los votos son votos como su propio nombre indica. O fútbol es fútbol como decía Radomir Antic.

Y el señor de los pájaros, alias Camps, ha dimitido en una acto de patriotismo sin igual, sacrificando sus yugulares y carótidas en el altar de la dignidad, por Dios, por España, por el sumsum corda y el habemus ad dominum pero de dejar la militancia, “res de res”.

Él, el Cisco que ha armado Camps, ya no será un obstáculo para que don Marianín siga de ascensorista,-¿sube o baja?-, y luche por salvar a España de las garras socialistas en compañía del señor Pons-Pontis, -Dios nos libre de su maledicencia-, y con especial participación en esta película de la señora De Cospedal, antes simplemente Lola Cospedal que no moja pero empapa.

No hablemos del suicidio político del señor “Menudo Cisco Camps”, un acto compatible con los desarrollados por los épicos Viriatos y Guzmán el Chachi. Que no me venda el señor de los salmones este acto como heroico porque aquí no hay más héroe que el señor de los zapatos. Eso si que es aguantar y lo demás es bobería.

Dejémonos de bromas aunque el que no se ríe vive menos, según dicen mis sabios colegas.

El Sr. Curbelo y el Sr. Camps deben salir a escape si tuvieran lo que no tienen, por eso están en el machito. Me voy pero no me voy, me buscas pero no me encuentras, y como dijo Judas Iscariote “¿Maestro sabes por qué te queremos tanto? Por lo bien que te explicas?.”

Veamos, nos quedamos con don Casi te miro porque recauda votos gomeros a manta y todos socialistas. Y don Cisco el Campeador se va de presidente pero se nos queda como recaudador de votos populares con su ínclita amiga Ritita Bar-verá tan invicta como la aguerrida de los madriles, doña Espe ,- que tiempos aquellos en CQC-, con el Gran Wyoming.

Cortemos cabezas pero los votos ni tocarlos; ya nos daremos un baño de popularidad en la plaza de Oriente.

A don “casi te miro” lo estarán ennoviando por todos los lados: al fin y al cabo Dímas no fue sólo el buen ladrón sino que, crucificado, sacó un puñado de votos que están a lomos del trenecito.

A don Cisco,- nombre que le viene a la calva como anillo al dedo-, le rendirán homenajes, veremos plañideras, abrazos y cabezazos pueblerinos de los que se dan en los de “cuerpo presente”. Don Marianín de los bosques le buscará acomodo junto a Ánsar de la pradera en la FAES o con Murdoch, y volverán como el Mío Cid para ganar batallas después de muertos

Y el político cuyo apellido primero es de una ciudad y el segundo neutro de pez haciendo economía Inter y dando lecciones de ética,-mira tú quién vino a cenar-, con el soplapotes de la ética al que, al menos, le queda de nobleza sólo el apellido.

Con estos espectáculos, ¿quién quiere entrar en política?

Todos los días son 15 de mayo. Y aquí, de momento, no pasa nada.

“Cosas veredes, Mío Cid”.Ni moros ni cristianos, todos, como en las elecciones, hemos ganado.

Carlos Juma

Lo que menos importa es que sea o no un cómplice de la desvergüenza el miembro, dicho sin segundas, del partido en cuestión. Y digo de uno o de todos los partidos porque si bien es cierto que al Sr. Curbelo le han pedido su acta de senador,-dígame usted a qué actos asistía-, y puesto el grito ético en el cielo por boca del señor Blanco y la señora Valenciano,-el nombre le viene que ni pintado-, nadie, sin embargo, le retira su carnet de militante ni su cargo de presidente del gobierno de la isla colombina; porque una cosa es una cosa y dos son dos, no nos equivoquemos. Y los votos son votos como su propio nombre indica. O fútbol es fútbol como decía Radomir Antic.

Y el señor de los pájaros, alias Camps, ha dimitido en una acto de patriotismo sin igual, sacrificando sus yugulares y carótidas en el altar de la dignidad, por Dios, por España, por el sumsum corda y el habemus ad dominum pero de dejar la militancia, “res de res”.