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Más cosas de Paulino
Desde luego, le viene bien al PP que Rajoy no se mande a mudar, que siga al frente del partido y proclame su intención de postularse por tercera vez a la presidencia del Gobierno, con lo que eso ahorra en cartelería. A la tercera, es fama, va la vencida: tanto Felipe como Aznar lograron el poder tras dos ocasiones fallidas y no va él a ser menos.
En ese espejo se mira y algo debió ver cuando anuncia que creará un equipo nuevo; lo que equivale a prescindir de Acebes y Zaplana y alejarse del resentimiento aznárico que le ha marcado el paso durante cuatro años. Su problema es que los mentados no se dejarán desplazar, que esta gente del extremo ultracentro es dura de pelar y cuenta, además, con los medios informativos comprometidos en la línea del garrotazo y cierra España; los que le han pedido ya que coja puerta.
La traducción isleña de la movida es que Soria proclamó de inmediato su adhesión inquebrantable a Rajoy. Podía haber añadido que a título personal, pero no se le ocurrió por la misma falta de costumbre de contar con los órganos del partido, pues para él no hay otros órganos que sus pinjantes.
También Paulino está dispuesto a seguir. Incluso habló de tenderle la mano a Zapatero. Sin servilismos ni entreguismos, lo que tranquiliza pues deja claro que no es hombre de dos patronos y si se entregó a Soria no va a cambiar de buenas a primeras aunque se lo esté comiendo por las patas. Sarna con gusto no pica.
En realidad, no sé qué pensar de este hombre. Si es un iluso o si trata de jugar a varias bandas en el filo de la navaja , como Mauricio; sin plantearse que, gracias a Dios, Mauricio sólo hay uno. Dicen que es astuto, pero deben referirse a cuando juega al envite.
Paulino condujo a CC a la ruptura con Román, la que celebró como un triunfo; y fue quien pactó con el PP para ponerse de presidente. Es decir, él solito se colocó en la tesitura de quitarse de en medio, supuesto que no contempla, o de apurar las consecuencias de sus errores; para lo que carece de margen de maniobra y de credibilidad suficiente. Lo único seguro es que podrá seguir de presidente, con lo que ya me contarán la ganancia.
Desde luego, le viene bien al PP que Rajoy no se mande a mudar, que siga al frente del partido y proclame su intención de postularse por tercera vez a la presidencia del Gobierno, con lo que eso ahorra en cartelería. A la tercera, es fama, va la vencida: tanto Felipe como Aznar lograron el poder tras dos ocasiones fallidas y no va él a ser menos.
En ese espejo se mira y algo debió ver cuando anuncia que creará un equipo nuevo; lo que equivale a prescindir de Acebes y Zaplana y alejarse del resentimiento aznárico que le ha marcado el paso durante cuatro años. Su problema es que los mentados no se dejarán desplazar, que esta gente del extremo ultracentro es dura de pelar y cuenta, además, con los medios informativos comprometidos en la línea del garrotazo y cierra España; los que le han pedido ya que coja puerta.