Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Cuentas y gestos

Andaba la cosa de guiños y amores sobrevenidos cuando el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Canario, Iñaki Lavandera, hizo un ejercicio memorístico, de esos en los que basta rescatar unas cuantas cifras demostrables, para advertir que quienes ahora se muestran tan generosos y tan proclives a entenderse -el fin justifica los medios, está claro- llevan un tiempo (toda una legislatura) incumpliendo y restando, por lo que cabe dudar de las intenciones que saltan a la vista de la proximidad electoral.

Recuerda Lavandera que, tan solo en convenios, el Gobierno que ha presidido Mariano Rajoy y del que forma parte José Manuel Soria, adeuda a la Comunidad Autónoma casi mil millones de euros. Es llamativa la capacidad de supervivencia del ministro canario: cuando parecía tocado, cuando hasta en su propio partido empezó a ser cuestionado, cuando su crédito político menguaba, sacó el cuello y dio una brazada para intentar dejar claro que el malo era otro y todos felices, que vuelven los días de vino y rosas. Que aquí estoy yo…

Pero, en fin, saca cuentas Lavandera y se encuentra con que, en materia de carreteras, por ejemplo, había 869 millones de euros comprometidos por Ley hasta el presente año, con una cuantía anual de entre 205 y 237 millones, pero no se han invertido 638 millones. En obras hidráulicas, había una previsión para este período de 154 millones de euros: como consecuencia de una reducción unilateral, el Gobierno de la nación suprime 63 millones para financiar actuaciones en el archipiélago. En un tercer concepto de cooperación territorial, las reducciones son evidentes: de 67 millones de euros consignados en 2011, se bajó a los 8 de 2012 y a poco más de 170.000 euros en 2013. En los dos ejercicios siguientes, cero al cociente.

En materia de empleo, la cosa se pone de color hormiga. Según la versión del portavoz socialista, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) consignaron, para los años 2011 y 2012, la cantidad de 42 millones de euros. La cifra enflaqueció el año siguiente hasta quedarse en 10 millones de euros. Y se quedó en cero, como lo leen, en los ejercicios 2014 y 2015. Otros capítulos, como el de infraestructuras turísticas o el complementario del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (POSEI), también han visto recortadas sus dotaciones, en unos 130 millones de euros en números redondos. La guinda de este amargo pastel de restricciones presupuestarias para Canarias es la ayuda a la desalación de aguas que pasaron de 10 millones de euros en 2011 a 3,5 del presente ejercicio.

La oportuna puntualización de Lavandera no solo ha servido para sustanciar la argumentación esgrimida por el anterior ejecutivo autonómico en su tirante relación con Madrid sino para señalar que, a estas alturas, en asuntos de financiación, prioridades y recursos presupuestarios, hay que apoyarse en hechos y pruebas para acreditar que los guiños, las carantoñas y las intenciones en vísperas electorales son apenas gestos para un personal cada vez más incrédulo.

Andaba la cosa de guiños y amores sobrevenidos cuando el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Canario, Iñaki Lavandera, hizo un ejercicio memorístico, de esos en los que basta rescatar unas cuantas cifras demostrables, para advertir que quienes ahora se muestran tan generosos y tan proclives a entenderse -el fin justifica los medios, está claro- llevan un tiempo (toda una legislatura) incumpliendo y restando, por lo que cabe dudar de las intenciones que saltan a la vista de la proximidad electoral.

Recuerda Lavandera que, tan solo en convenios, el Gobierno que ha presidido Mariano Rajoy y del que forma parte José Manuel Soria, adeuda a la Comunidad Autónoma casi mil millones de euros. Es llamativa la capacidad de supervivencia del ministro canario: cuando parecía tocado, cuando hasta en su propio partido empezó a ser cuestionado, cuando su crédito político menguaba, sacó el cuello y dio una brazada para intentar dejar claro que el malo era otro y todos felices, que vuelven los días de vino y rosas. Que aquí estoy yo…