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No es mi culpa

No es mi culpa que, si descubro mis pechos, tu marido me mire de manera lasciva.

No es mi culpa que, a ti, mujer, te moleste observar unos pechos que no son los tuyos.

No es mi culpa que consideres que haciendo top less me exhibo, porque es incierto.

No es mi culpa que vomites tu puritanismo en mis tetas.

No es mi culpa que tú sexualices el cuerpo femenino, pero no el masculino.

No es mi culpa que decidas educar a tus hijos y a tus hijas con una moralina retrasada, y que consideres una obscenidad la visión de los pechos femeninos.

No es mi culpa que tú iguales el top less con la lujuria, con la mirada sucia de los hombres y mujeres, porque es un problema de ustedes.

No es mi culpa que tú consideres a mis pechos un objeto de diversión. Yo sólo quiero quitarme las marcas.

No es mi culpa que la adolescencia cargue con una instrucción retrógrada, y considere la visión de los pechos de una mujer como objeto de excitación.

Muchos siglos de lucha. Muchos años de disputa. Mucho tiempo para mujeres que se han pasado y se pasan luchando por la igualdad de hombres y mujeres, en una sociedad profundamente desigual, machista, androcéntrica y patriarcal.

Poco importa que esta porción del mundo intente vender el feminismo y sus posturas, como un movimiento antagonista al machismo. Esta corriente, en cualquier caso, se denominaría hembrismo, y yo la desconozco. Al feminismo se llega por un mero sentido de la justicia, por la necesidad de sentir libertad y autonomía personal. No estamos dispuestas a ocupar en la sociedad los papeles que ellos, fundamentalmente, y algunas ellas, de sumisión nos han asignado. Estamos para defender la igualdad de oportunidades de manera práctica. En el trabajo, en la educación, en la distribución de recursos, en la paridad, en las cuotas de poder. En la sociedad. En la vida. Porque la mitad nos pertenece.

Por tanto, aquellas manifestaciones procedentes de mujeres y hombres pertenecientes a un partido que no han hecho más que poner cortapisas a todo lo que signifique avanzar en igualdad de derechos y oportunidades , dígase recursos de inconstitucionalidad a toda la normativa aprobada en este sentido, me merece escasa credibilidad. Y, menos aún, las expresiones de mentes ancladas en el rígido y severo puritanismo, más propio del siglo XV que de la sociedad actual.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi santa culpa.

(*) Leonor Jerez González es vicesecretaria y secretaria de Igualdad de la Agrupación Socialista Juan Negrín de Telde.

Leonor Jerez González*

No es mi culpa que, si descubro mis pechos, tu marido me mire de manera lasciva.

No es mi culpa que, a ti, mujer, te moleste observar unos pechos que no son los tuyos.