Espacio de opinión de Canarias Ahora
La hora de avanzar en Democracia por Edgar Alejandro Freivalds Trujillo
La realidad con la que nos encontramos hoy en día es que gozamos de más derechos como consumidores de los que nos otorga nuestro status como ciudadanos. Así, si nos vemos timados en la compra de cualquier bien o servicio podemos poner una reclamación, acudir a una mediación y/o arbitraje y por último: a juicio. Pero, ¿qué podemos hacer si nos vemos engañados por el político de turno? La respuesta es, nada. Si bien, es verdad que, al acabar su mandato de cuatro años, en caso de que se presente a su reelección, podremos castigarle a nivel de votos, pero en ningún caso se nos brinda la oportunidad de pedirle responsabilidades directamente.
A esto hay que añadir que vivimos en una sociedad cada día más preparada y que estamos rodeados de una tecnología cada vez más avanzada que permite abrir nuevos horizontes a la participación ciudadana en política.
Por lo tanto, nada justifica que sigamos anclados en una democracia representativa que constriña el desarrollo pleno de los conceptos de ciudadano y ciudadanía, entendidos éstos, como miembros de una comunidad política, con una serie de deberes y una serie de derechos, de los cuales, los más importantes son los derechos de participación política.
Viendo la constante perdida de legitimidad del actual sistema representativo, agudizada en la actualidad por un sistema electoral que fomenta un bipartidismo y deja sin representación a millones de ciudadanos, se hace indispensable comenzar a plantear la profundización democrática de las instituciones a través de mecanismos que permitan una mayor participación y un mayor control de los ciudadanos sobre los asuntos públicos.
Algunos de esos mecanismos (para conocer algo más a fondo sobre cómo funcionan estos mecanismos recomiendo la página de la organización Más Democracia (www.masdemocracia.org), miembro de la plataforma europea Democracy Internacional) que están funcionando en países tan diversos como Suiza, EEUU y Uruguay son:
El derecho de los ciudadanos a la presentación de una Iniciativa Legislativa y que, tras su deliberación por parte del parlamento, será sometida a referéndum vinculante. (Implantado en Suiza y en 24 estados de EEUU).
El derecho de los ciudadanos a la presentación de una Iniciativa a la Reforma Constitucional, mecanismo semejante al anterior. (Implantado en Suiza y Uruguay)
La revocación de cargos electos a través de la recogida de un determinado número de firmas de electores en un tiempo determinado y el posterior sometimiento a referéndum de la cuestión de recusación. Mecanismo que hace absurdo que un político traicione las expectativas de sus votantes. (Implantado en Suiza y algunos estados de EEUU).
El referéndum obligatorio para la aprobación de decisiones legislativas de magma importancia como puede ser la reforma de la constitución o la adhesión a tratados internacionales. (Implantado en Suiza y Australia).
La elección directa de Alcaldes, Presidentes, Jueces, Fiscales, etc.
Por lo tanto, en esos momentos nos encontramos en un momento importante para abrir el debate en torno a estas cuestiones y comenzar a plantear mecanismos de participación, de este tipo, en nuestras propias organizaciones. Hay varios casos de organizaciones tanto políticas como no políticas en España que están utilizando Internet (foros, grupos de discusión, votaciones electrónicas) para facilitar la participación de sus militantes y simpatizantes en los debates y decisiones internas de la organización.
*Edgar Alejandro Freivalds Trujillo es coordinador general de Iniciativa Ciudadana por Fuerteventura
Edgar Alejandro Freivalds Trujillo*
La realidad con la que nos encontramos hoy en día es que gozamos de más derechos como consumidores de los que nos otorga nuestro status como ciudadanos. Así, si nos vemos timados en la compra de cualquier bien o servicio podemos poner una reclamación, acudir a una mediación y/o arbitraje y por último: a juicio. Pero, ¿qué podemos hacer si nos vemos engañados por el político de turno? La respuesta es, nada. Si bien, es verdad que, al acabar su mandato de cuatro años, en caso de que se presente a su reelección, podremos castigarle a nivel de votos, pero en ningún caso se nos brinda la oportunidad de pedirle responsabilidades directamente.
A esto hay que añadir que vivimos en una sociedad cada día más preparada y que estamos rodeados de una tecnología cada vez más avanzada que permite abrir nuevos horizontes a la participación ciudadana en política.