Espacio de opinión de Canarias Ahora
Si le digo, le engaño (Bush)
Abu Dhabi fue el escenario que usó Bush para repetirse hasta el hastío. “Las acciones de Irán -advirtió el presidente- amenazan la seguridad de las naciones en todas partes. Por lo tanto, Estados Unidos está fortaleciendo sus compromisos de seguridad con nuestros amigos en el golfo Pérsico y convocando a sus amigos en todo el mundo para afrontar este peligro antes de que sea demasiado tarde.” ¿Es que no pueden inventarse algo mejor? ¿En qué consiste la amenaza a “la seguridad de las naciones en todas partes”? ¿Qué naciones? La acusación de que los ayatolas intentan dotarse de armas nucleares quedó desmentida tanto por los servicios de espionaje gringos como por la Asociación Internacional de la Energía Atómica. De ahí que, entre otras razones, muchos amigos le hayan dado hasta ahora la espalda a los neoconservadores estadounidenses en el proyecto de iniciar una aventura militar contra Irán.
Las palabras gruesas no modifican los hechos. “Irán -insistió Bush- es el principal patrocinador mundial del terrorismo de Estado. Teherán gasta cientos de millones de dólares para financiar grupos terroristas como Hamas, Yihad Islámica, y dan armas a los talibanes y a las milicias chiíes en Irak”. Condoleezza Rice intentó demostrar en su día que Irán era el banco que financiaba el terrorismo mundial. Las risas dieron la vuelta al mundo, aunque los medios de comunicación no las recogieron. La secretaria de Estado aportó tantas pruebas para reforzar su afirmación como acaba de hacer Bush en los Emiratos: ninguna. Hay dos niveles de respuesta. Irán tiene el derecho de buscarse amigos en la región tanto como Bush.
El otro nivel provoca malestar a la inteligencia de cualquiera. Karzai, el presidente cipayo de Afganistán, destacó en varias ocasiones que Irán ayuda a Kabul en la lucha contra los talibanes. Hamas es la fuerza política más votada por los palestinos y domina Gaza. Sin esta formación, el estado palestino prometido por Washington los días de fiesta es sencillamente imposible. El ejército estadounidense no encuentra las armas supuestamente enviadas por los ayatolas a sus colegas chiíes iraquíes. Desconozco si se trata de un olvido, pero Bush no se refirió a Hezbolá como otro grupo terrorista alimentado por la maldad iraní. En realidad se trata de una fuerza política de gran implantación en Líbano y verdugo del ejército israelí.
Señaló avances de la democracia en la región entre sus aliados del Golfo, aunque se abstuvo de señalar un solo caso. Ese mismo día surgió un informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la pena de muerte en Arabia Saudí, país aliado que aumentó más que ningún otro las ejecuciones durante el año pasado. Decapitar es la forma de aplicar la pena capital pues para algo está la sharia. Dicen que la coincidencia entre la aplicación de la habitual horca iraní y la decapitación saudí consiste en que en los dos casos son públicas, pero que los jefes saudíes impiden la publicidad y las imágenes. Me parece que la diferencia de fondo estriba en otro aspecto. Critican a los iraníes y pasan por alto las barbaridades en Arabia Saudí porque los primeros no se someten a la política de Washington y los otros sí, y tan a gusto. La democracia puede esperar, la venta de armas no. Rafael Morales
Abu Dhabi fue el escenario que usó Bush para repetirse hasta el hastío. “Las acciones de Irán -advirtió el presidente- amenazan la seguridad de las naciones en todas partes. Por lo tanto, Estados Unidos está fortaleciendo sus compromisos de seguridad con nuestros amigos en el golfo Pérsico y convocando a sus amigos en todo el mundo para afrontar este peligro antes de que sea demasiado tarde.” ¿Es que no pueden inventarse algo mejor? ¿En qué consiste la amenaza a “la seguridad de las naciones en todas partes”? ¿Qué naciones? La acusación de que los ayatolas intentan dotarse de armas nucleares quedó desmentida tanto por los servicios de espionaje gringos como por la Asociación Internacional de la Energía Atómica. De ahí que, entre otras razones, muchos amigos le hayan dado hasta ahora la espalda a los neoconservadores estadounidenses en el proyecto de iniciar una aventura militar contra Irán.
Las palabras gruesas no modifican los hechos. “Irán -insistió Bush- es el principal patrocinador mundial del terrorismo de Estado. Teherán gasta cientos de millones de dólares para financiar grupos terroristas como Hamas, Yihad Islámica, y dan armas a los talibanes y a las milicias chiíes en Irak”. Condoleezza Rice intentó demostrar en su día que Irán era el banco que financiaba el terrorismo mundial. Las risas dieron la vuelta al mundo, aunque los medios de comunicación no las recogieron. La secretaria de Estado aportó tantas pruebas para reforzar su afirmación como acaba de hacer Bush en los Emiratos: ninguna. Hay dos niveles de respuesta. Irán tiene el derecho de buscarse amigos en la región tanto como Bush.