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Elecciones europeas: Perdimos todos por José Carlos Martín

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Todos han dormido esta noche pensando que han ganado algo o al menos que hoy se sacarán fotografías en donde deberán sonreír. Imagínense lo bien que habrán dormido los 50 eurodiputados para los que ayer acabó la crisis económica, lo digo sin acritud ni irresponsables demagogias, pero también a sabiendas de que a partir del mes que viene se llevarán a sus casas 7500 euros al mes por los deberes que supuestamente deberán cumplir.

No obstante, desde mi punto de vista al menos, ayer perdimos todos. Perdió el sistema democrático que vio como sólo 4 de cada 10 personas acudió a votar; perdió la concepción representativa que le otorgamos a esta democracia porque incluso de esos 4 que fueron a votar, el que más votos sacó ni siquiera representa a la mitad; perdió el que pensó que con su voto castigaba al PSOE por la crisis o el que con el suyo evitaría que Papito Berlusconi o el Le Pen Sarkosy siguieran haciendo de las suyas; perdieron los que con cualquiera de las opciones votadas pensaron que con su voto iban a ponerle freno a una crisis económica que tiene rostro de caducidad del capitalismo y no de reformas de andar por casa.

Ayer perdimos todos porque a la gente hace tiempo que no le entusiasma votar. Perdimos todos porque ese partido que se jugaba en Europa, esas soluciones para ahora ya, esas voces con acento propio en un Parlamento que apenas tiene capacidad para legislar en un Proyecto europeísta tocado de muerte y que ni siquiera ha refrendado aún su constitución, todo eso digo, ya queda en nada desde hoy. Hoy y mañana veremos casi por última vez las caras de esos eurodiputados, salvo honrosas excepciones; pasado mañana si te he visto no me acuerdo y si prometí algo concreto no recuerdo.

No crean que me instalo en el lenguaje facilón y populista o en un análisis contracorriente porque sí. Lo primero vamos a dejárselo a sus más explícitos voceros que desde luego se mueven en mis antípodas ideológicas, en la derechona que poco sabe y menos aporta. Pero sí hay que hacer un análisis de derrota, porque no es de recibo que hoy no sea sujeto de reflexión seria, preocupante, digna de espíritu de enmienda el que cada vez sean muchos miles más los que se quedan fuera del sistema, no por rebeldía ojalá, sino por hartazgo, desidia, frustración y ganas de vomitar ante tanta falsa y farsa política.

Soy de los que pienso que, salvo que alguien lo haga con convicción clara de reivindicar, el no voto va dando más poder a los que no creen en la democracia, a los que entienden que esto de la política debe quedar acotado a unos cuantos, a una vez cada cuatro o cinco años; a los que encuentran en este sistema un perfecto instrumento para que todo siga igual, para que nada cambie, para que la sociedad siga amordazada, para que los que poco o nada tienen ni siquiera puedan rechistar.

Ayer perdimos todos, de una u otra forma, aunque la foto fija de hoy hable de que ganaron todos?los partidos. Ayer perdimos los que teníamos que ganar y ganaron los que menos tenían que perder. Curioso, ganaron los padres ideológicos de esta crisis y perdieron los que contra ella quieren luchar de verdad y no hablo de partidos. Este partido se jugaba en Europa, dentro de dos años acá y de tres más allá, pero, ¿para cuando una victoria de los que están hartos ser meros espectadores?.

José Carlos Martín es sociólogo José Carlos Martín*

Todos han dormido esta noche pensando que han ganado algo o al menos que hoy se sacarán fotografías en donde deberán sonreír. Imagínense lo bien que habrán dormido los 50 eurodiputados para los que ayer acabó la crisis económica, lo digo sin acritud ni irresponsables demagogias, pero también a sabiendas de que a partir del mes que viene se llevarán a sus casas 7500 euros al mes por los deberes que supuestamente deberán cumplir.

No obstante, desde mi punto de vista al menos, ayer perdimos todos. Perdió el sistema democrático que vio como sólo 4 de cada 10 personas acudió a votar; perdió la concepción representativa que le otorgamos a esta democracia porque incluso de esos 4 que fueron a votar, el que más votos sacó ni siquiera representa a la mitad; perdió el que pensó que con su voto castigaba al PSOE por la crisis o el que con el suyo evitaría que Papito Berlusconi o el Le Pen Sarkosy siguieran haciendo de las suyas; perdieron los que con cualquiera de las opciones votadas pensaron que con su voto iban a ponerle freno a una crisis económica que tiene rostro de caducidad del capitalismo y no de reformas de andar por casa.