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Electoralismo barato con el “Viera y Clavijo”

No debiera, el Excmo. Sr. Alcalde, recurrir al falso triunfalismo sobre conflicto tan vergonzoso como el Parque Cultural Viera y Clavijo y su penosa gestión, para captar votos fáciles de colectivos cuya buena fe e ingenuidad, por falta de conocimiento e información, hace de las personas buenas un potencial yacimiento de voluntades propicias para intentar perpetuarse en el cargo.

No es la primera vez que el Alcalde convoca capciosamente a la Asociación de ex Alumnas del Colegio de la Asunción –asentado hasta 1980 en dicho edificio neogótico (1902), bien de Interés Cultural, declarado Monumento–, para “venderles” la falsa excelencia de su gestión y la maravillosa expectativa de “estamos en ello” sobre el futuro inmediato de esta valiosa joya urbana. Tan ficticio como absurdo ha sido su pasado reciente de abandono institucional y deterioro progresivo, con aparente intención de abocarlo a un estado de ruina irreversible tras dos décadas de desidia y dejación oficial de responsabilidad.

Sin ambages ni medias tintas: si no hubiese aparecido nuestra Asociación en defensa de dicho patrimonio, año 2011, el “Parque Cultural” sería hoy un espacio desvencijado, en 30.000 m2. de suelo urbano, casi en el centro de la capital, apto y disponible para cualquier fechoría urbanística. Gracias, en especial, a las personas que ocupan los antiguos recintos, acondicionados a medias como habitáculos provisionales, que han servido para frenar el deterioro progresivo de los edificios y evitar los antiguos actos de vandalismo como auténticos guardianes del inmueble.

La actividad de la Asociación se volcó en reivindicar la urgente y adecuada rehabilitación de la capilla, del edificio del colegio y del antiguo teatro Pérez Minik, que configuran el conjunto arquitectónico BIC, así como del entorno ajardinado, elementos culturales y aspecto externo del entorno circundante.

Mediante la presión suficiente, logramos la restauración de las vandalizadas esculturas “la femme bouteille” (Joan Miró), “el devorador de pájaros” (Christian Silvain), el busto pintarrajeado del maestro Tarridas, o la estatua degollada del propio Viera y Clavijo. Se erradicaron las impresentables pintadas grafiteras en la tapia que da al Paseo de Asuncionistas; anuncios y propaganda electoral pegados en la fachada principal; los deteriorados grafitis que afeaban la Avda. San Sebastián; y tras una ardua batalla de 15 años, recientemente hemos logrado eliminar la ilegalidad de las vallas publicitarias que contaminaban el paisaje urbano en la fachada de la Pza. República Dominicana.

Conviene repasar el histórico reciente del Parque y su desgraciada evolución: En 2004 (addenda de 2006),el Ayuntamiento firmó con el Gobierno de Canarias un convenio de cesión mediante el cual, la Consejería de Cultura se hacía cargo del mantenimiento y conservación de los inmuebles (conjunto, no olvidemos, Bien de Interés Cultural), a cambio del usufructo para eventos culturales e instalación de estructuras educacionales y formativas, como correspondía a la entidad del entorno, su historia y calidad urbana.

Todo fue una burda mentira, pues al día siguiente de la presentación oficial de la cesión, con exhibición de un fastuoso proyecto y ostentosas promesas de costosísimas instalaciones, se procedió al cierre absoluto del recinto y a su abandono tapiado a cal y canto. Lo que no fue óbice para que paulatinamente fuera invadido por okupas de muy alto riesgo, que afortunadamente fueron desapareciendo gracias a la presencia de los actuales “guardianes”.

El descubrimiento casual y personal de la ruina que se estaba gestando con ocultismo en el recinto clausurado (año 2011), determinó que se movilizara esta iniciativa ciudadana, para estimular el ejercicio de responsabilidad en las autoridades desde una asociación desinteresada, sin ánimo de lucro, con el único interés de salvar este bien patrimonial de todos los santacruceros.

La pasividad del Ayuntamiento ante la aparente fechoría del Gobierno de

Canarias, fue desde un principio el mayor escollo operativo que encontramos en nombre de una “participación ciudadana” que solo existe en papel mojado. A pesar de nuestro espíritu de colaboración desinteresada, nos convertimos en algo incómodo y molesto por la perseverancia que redundó en rechazo institucional hacia nuestro activismo gratuito, sin otra motivación que el amor por nuestra ciudad y el respeto por su mal tratado patrimonio.

La deplorable actuación del Gobierno de Canarias sobre el “Viera y Clavijo”, está tipificada en el Código Penal como presunto delito de “Expolio de Patrimonio por las Instituciones”. Pero se impuso la disciplina de partido sobre los intereses de la ciudadanía, y en lugar de acceder a la vía penal, para exigir al Gobierno autonómico la reparación pertinente e inmediata, y una indemnización millonaria por los daños y perjuicios inferidos al pueblo santacrucero, el Sr. Alcalde, presionado por este activismo ciudadano, se vio forzado a auspiciar un simple, insuficiente y menos comprometido Contencioso Administrativo, que tardó una década en resolverse a favor, pero ignorando cuantías importantes para reparar el destrozo causado.

Solo añadir a mis queridas amigas, ex compañeras del Colegio, que no se dejen engañar por el discurso político de “lo bueno que soy, porque ahora voy a hacer lo que no he sido capaz en las dos legislaturas anteriores”. Pues lo del Viera y Clavijo es solo el símbolo de una realidad mucho más amplia que, por correlación, abarca un cúmulo de promesas electorales incumplidas, que vuelven a proponerse sin pudor, a sabiendas de que seguirán en el dique seco.

Con la satisfacción de no pertenecer a formación política alguna ni estar comprometida con ninguna ideología, puedo permitirme también estar en campaña… Con la diferencia de que mi único interés no tiene nada que ver con juegos de poltronas. Ni hay motivos de animadversión personal. Puedo asegurar que Bermúdez me cae muy bien como persona; pero me veo en la necesidad y obligación de, con todo respeto, criticar su gestión para evitar que reincida en los mismos errores por tercera vez.

No debiera, el Excmo. Sr. Alcalde, recurrir al falso triunfalismo sobre conflicto tan vergonzoso como el Parque Cultural Viera y Clavijo y su penosa gestión, para captar votos fáciles de colectivos cuya buena fe e ingenuidad, por falta de conocimiento e información, hace de las personas buenas un potencial yacimiento de voluntades propicias para intentar perpetuarse en el cargo.

No es la primera vez que el Alcalde convoca capciosamente a la Asociación de ex Alumnas del Colegio de la Asunción –asentado hasta 1980 en dicho edificio neogótico (1902), bien de Interés Cultural, declarado Monumento–, para “venderles” la falsa excelencia de su gestión y la maravillosa expectativa de “estamos en ello” sobre el futuro inmediato de esta valiosa joya urbana. Tan ficticio como absurdo ha sido su pasado reciente de abandono institucional y deterioro progresivo, con aparente intención de abocarlo a un estado de ruina irreversible tras dos décadas de desidia y dejación oficial de responsabilidad.