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La excomunión del Pare Manel
Precisamente esa postura del Pare Manel, estar más cerca de la tierra que del cielo, de la vida cotidiana que de los rituales, del rostro del pobre que de las moquetas de los palacios, de las luchas por el pan que de las estrellas militares, de las esquinas de los barrios que de las poltronas y los protocolos, estar más cerca de los hijos de dios que de la doctrina del padre, eso es lo que ha provocado el gran problema del pare Manel. El arzobispado de Barcelona acaba de iniciar un proceso para excomulgarlo.
El Pare Manel cuenta en el libro que se acaba de publicar sobre su vida que prestó dinero a dos adolescentes que querían abortar. En el texto deja claras las circunstancias del hecho: “Nunca recomendé a estas niñas que abortaran, les di la opción de dar sus bebés en adopción o de ayudarles hasta que cumplieran 18 años. Pero le juraron a Ana (la educadora) que abortarían igualmente y, en el último momento decidí pagar. Pedir una entrevistas a los servicios sociales era demasiado lento, nos pasaríamos de términos.” El cura catalán reconoce que no está a favor del aborto, pero cuando decidió ayudar a las chiquillas (de 15 y16 años) tenía en mente la muerte de otra adolescente de su barrio que murió desangrada en su casa por abortar sin ninguna asistencia.
Todos estos detalles los conoce el arzobispo de Barcelona, Lluís Martinez Sistach, que no ha dudado en ordenar que se inicie el proceso de excomunión. Personas cercanas a Manel Pousa reconocen que la decisión del arzobispado puede obedecer a presiones de grupos ultracatólicos como e-Cristians, que ven al cura catalán como un cura rojo que no debería formar parte de su iglesia. Pousa tiene otros antecedentes rebeldes, realizó una ceremonia religiosa para casar a dos presos varones. En el libro defiende su postura “Son parejas que se han casado previamente por lo civil y después quieren una ceremonia religiosa para darle gracias a Dios por su amor. Ahora no es ilegal canónicamente”.
La iglesia católica tiene todo el derecho del mundo a defender su doctrina sobre el aborto y aplicar el derecho canónico a sus miembros. Sobre los dogmas de fe no cabe discusión alguna, si crees en el padre, el hijo y el espíritu santo, si el hijo de dios apareció de una forma o de otra, si el verdadero profeta fue Jesús o Mahoma? son cuestiones que desde la razón no se pueden rebatir. Que cada católico aguante a su obispo.
Pero lo que me indigna del caso del Pare Manel es el doble rasero de la jerarquía católica. La misma jerarquía que llevó a la santidad a muchos sacerdotes que delataron a los comunistas durante la guerra civil y, por lo tanto, colaboraron con sus asesinos. La misma jerarquía que ha estado tapando a curas y obispos pederastas, que ha colaborado con muchísimas dictaduras que no han respetado el derecho a la vida de los disidentes, esa misma jerarquía es la que no duda en aplicar su doctrina con absoluta diligencia contra un sacerdote que confiesa que intentó que dos muchachitas no se murieran desangradas en la vivienda de un barrio barcelonés. Otro dato para reflexionar es que en Barcelona ya se conocía hace años la colaboración del cura Manel Pousa con esas dos chiquillas, pero el arzobispado decidió actuar porque el sacerdote ha permitido que se publique en un libro.
Al Pare Manel le quieren aplicar el Código de Derecho Canónico que recoge la posibilidad de excomulgar a cualquier católico que colabore con un aborto. Aplicando estrictamente esa norma habría que excomulgar a todos los políticos católicos que han gobernado con la actual legislación española que permite el aborto en una serie de supuestos. Habría que excomulgar a todos los padres y madres católicos de misa semanal que durante muchos años enviaron a sus hijas a Londres para que abortaran. Había que excomulgar a mucha gente si aplicamos estrictamente el Código de Derecho Canónico. Pero como hay que empezar por alguien. La jerarquía católica ha decidido empezar por el Pare Manel, que está más cerca de la tierra que del cielo.
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Juan GarcÃa Luján
Precisamente esa postura del Pare Manel, estar más cerca de la tierra que del cielo, de la vida cotidiana que de los rituales, del rostro del pobre que de las moquetas de los palacios, de las luchas por el pan que de las estrellas militares, de las esquinas de los barrios que de las poltronas y los protocolos, estar más cerca de los hijos de dios que de la doctrina del padre, eso es lo que ha provocado el gran problema del pare Manel. El arzobispado de Barcelona acaba de iniciar un proceso para excomulgarlo.
El Pare Manel cuenta en el libro que se acaba de publicar sobre su vida que prestó dinero a dos adolescentes que querían abortar. En el texto deja claras las circunstancias del hecho: “Nunca recomendé a estas niñas que abortaran, les di la opción de dar sus bebés en adopción o de ayudarles hasta que cumplieran 18 años. Pero le juraron a Ana (la educadora) que abortarían igualmente y, en el último momento decidí pagar. Pedir una entrevistas a los servicios sociales era demasiado lento, nos pasaríamos de términos.” El cura catalán reconoce que no está a favor del aborto, pero cuando decidió ayudar a las chiquillas (de 15 y16 años) tenía en mente la muerte de otra adolescente de su barrio que murió desangrada en su casa por abortar sin ninguna asistencia.