Familias normales

Hoy, en algún colegio de Canarias, en Educación Infantil o en Primaria, un docente estará hablándoles a los niños y niñas sobre el concepto de familia. Abrirán sus libros y verán ilustraciones que representan lo que es una familia pero, ¿la realidad cuál es? Estos niños y niñas abrirán sus libros y verán ilustraciones que representan lo que es uno de los modelos de familia que, sin duda, es el tradicional.

El material didáctico actual de los colegios públicos y concertados deja fuera del alcance de la comprensión de los niños y niñas a una gran parte de la sociedad. Los modelos de familia han cambiado: las familias monoparentales, sea por decisión propia o por circunstancias impuestas, o las familias compuestas por personas del mismo sexo no están representadas en los libros de texto que explican a los niños y niñas lo que es una familia. ¿Acaso alguien puede poner en duda que un papá o una mamá que vive solo con su hijo no es una familia? ¿Acaso no es una familia la de la niña que tiene dos mamás?

No me cabe duda de que los maestros y profesionales de la educación intentan paliar esta deficiencia explicando a sus alumnos que otros modelos existen, pero esto es un parche a la exclusión. Existen personas que han decidido establecer un vínculo familiar basado en el amor y no basado en estereotipos históricos o religiosos, y no se trata de que se estimule uno u otro modelo, sino de reconocer los existentes y trasladar a niños y niñas una visión más inclusiva de la sociedad actual.

Muchos de los problemas de los adultos en la sociedad del mañana podrían solucionarse desde las aulas de nuestros alumnos de hoy. A través de las escuelas disponemos de herramientas excepcionales para alcanzar una sociedad más inclusiva. Para ello, es necesario que el Gobierno se implique y que, respetando la autonomía de los centros, puedan reflejarse en el material didáctico los diferentes modelos de familia.

Debe ser un trabajo codo con codo con los centros educativos, con los consejos escolares, con las editoriales, con los docentes, pero también con las familias, con todas las familias, sean como sean.

En el último pleno del Parlamento de Canarias, anunciamos, desde el mayor ánimo constructivo, la presentación de una proposición no de ley encaminada a este objetivo. Es nuestro deseo que esta propuesta no se quede solo en Canarias y que sirva de ejemplo en otras comunidades autónomas.

Por otro lado, detengámonos en ese niño que no ve reconocida nunca, en ningún ejemplo o imagen de los que aparecen en ese material, a su familia. Hablamos del que tiene dos mamás, del que tiene un papá, del que vive con su abuela o con sus tíos por las circunstancias que sea y que se siente marginado, apartado, diferente a esa mayoría. No entiende por qué, si tanto hablamos de ‘normalizar’, su modelo de familia jamás aparece en los libros del colegio.

Es enriquecedora para nuestra sociedad esa variedad de modelos de familia. En el caso de parejas del mismo sexo, no existe extravagancia o exotismo alguno, sino tipos de familia que están reconocidos en nuestro marco legal y que han hecho de nuestro país un referente para toda Europa y un ejemplo mundial de respeto y tolerancia.

Respecto a las familias monoparentales, recordemos una vez más sus reivindicaciones en cuestiones tales como la consideración de numerosas y la lucha que llevan años y años manteniendo por visibilizar una realidad que existe: son casi dos millones en España, de las que más del 80 por ciento las encabezan mujeres. La cara más dura de este modelo la encontramos en aquellas personas que no decidieron formar una familia monoparental, sino que circunstancias impuestas las han llevado de manera forzada a esta situación.

No regresemos al debate retrógrado de qué es lo normal o lo anormal, sino continuemos avanzando hasta conseguir que ningún niño o niña tenga que plantearse en la escuela que su familia es rara porque no está formada por un papá y una mamá, que es la única imagen que aparece, hoy por hoy, en los libros del cole.