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Formentor en Canarias

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Me declaro fanático de la terraza del hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria. Hace cinco años, cuando se adjudicó una profunda reforma del hotel –cuyo propietario es el Ayuntamiento, paradojas- temí por ella. Sin embargo, gracias a los hados y a ser la mejor oferta, la responsabilidad de poner al día el Santa Catalina recayó en un grupo experto y serio, Barceló Hoteles, que además tienen en Canarias a la mejor de las ejecutivas del sector turístico que se puedan tener, Pilar Parejo.

Así las cosas, siempre recomiendo a mis amigas peninsulares, y a algunos amigos, a veces, la terraza del hotel Santa Catalina. La terraza de siempre, con los mimbres de toda la vida y los recovecos del silencio y la piedra de las columnas. Hasta se puede pedir un dry Martini decente. El parque y el mar, intuido, en el horizonte. Allí se reunirán el 23 de este mes, los miembros del jurado del premio literario Formentor, para entregárselo, en su edición 2022, a la escritora rusa Ludmila Uhitskaya, a la cual no tengo el gusto de haber leído.

El Formentor es uno de los premios literarios más estrambóticos e interesantes de nuestra cultura. Nacido en Mallorca, en el hotel del mismo nombre, en 1960, contó con el impulso, el ingenio y el espíritu libertario del escritor y editor Carlos Barral, y de Cela, Salinas hijo y otros de toda Europa, los mejores. Lo cuenta Barral en sus memorias en un capítulo, La encrucijada de Formentor, que se lee como una novela preciosa. Podría Barceló editarlo como un librito y regalarlo al segundo dry Martini en la terraza del Santa Catalina.

El premio Formentor es una buena noticia para la ciudad y para el hotel, ya repleto de remembranzas cinematográficas, poéticas, políticas y de otros ámbitos. Después de años deambulando, de carecer del hotel primigenio, de casi haber desaparecido hasta 2011, ¿por qué no se queda aquí para siempre?

Me declaro fanático de la terraza del hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria. Hace cinco años, cuando se adjudicó una profunda reforma del hotel –cuyo propietario es el Ayuntamiento, paradojas- temí por ella. Sin embargo, gracias a los hados y a ser la mejor oferta, la responsabilidad de poner al día el Santa Catalina recayó en un grupo experto y serio, Barceló Hoteles, que además tienen en Canarias a la mejor de las ejecutivas del sector turístico que se puedan tener, Pilar Parejo.

Así las cosas, siempre recomiendo a mis amigas peninsulares, y a algunos amigos, a veces, la terraza del hotel Santa Catalina. La terraza de siempre, con los mimbres de toda la vida y los recovecos del silencio y la piedra de las columnas. Hasta se puede pedir un dry Martini decente. El parque y el mar, intuido, en el horizonte. Allí se reunirán el 23 de este mes, los miembros del jurado del premio literario Formentor, para entregárselo, en su edición 2022, a la escritora rusa Ludmila Uhitskaya, a la cual no tengo el gusto de haber leído.