Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Funicular a La Isleta?
instalarse cuanto antes mejor, no cumple las exigencias de esa estrategia global y participada que muchos defendemos.
En resumen, creo que estas son las claves objetivas de la polémica. Y no conviene ni enredarlas ni manipularlas por nadie. En el debate hay dos posturas. A mi juicio la una, la del funicular, es una propuesta empresarial privada, que requiere disminución de la protección actual de La Isleta, que se proyecta a corto plazo, que responde a una sola dimensión como es la turística y que se desentiende de cómo pueda ser afectado el conjunto de la pequeña península y de la opinión de los habitantes del barrio a sobrevolar. La otra, la del rechazo al funicular y la reivindicación de toda La Isleta para convertirla en el mejor Parque de la ciudad, sería una propuesta de las instituciones públicas (donde por supuesto habría miles de actividades privadas), que se proyecta a largo plazo, urbanísticamente ideada y concebida como un todo. Y donde los primeros beneficiarios serían los ciudadanos de La Isleta.
Al existir dos opciones de esta magnitud y características a valorar, todo el mundo sabe que no hay respuestas matemáticas ni científicas que determinen la solución. En las sociedades civilizadas, estas cosas se resuelven democráticamente y votando.
Por eso, quienes defendemos que la participación ciudadana debe ser la base del nuevo Urbanismo, solo podemos reiterar lo que se decía al final de mi artículo anterior “¿Por qué no preguntamos a los ciudadanos de La Isleta qué piensan sobre el particular?”
Ahora, y como siempre debería ser, ellos tienen la palabra.
instalarse cuanto antes mejor, no cumple las exigencias de esa estrategia global y participada que muchos defendemos.
En resumen, creo que estas son las claves objetivas de la polémica. Y no conviene ni enredarlas ni manipularlas por nadie. En el debate hay dos posturas. A mi juicio la una, la del funicular, es una propuesta empresarial privada, que requiere disminución de la protección actual de La Isleta, que se proyecta a corto plazo, que responde a una sola dimensión como es la turística y que se desentiende de cómo pueda ser afectado el conjunto de la pequeña península y de la opinión de los habitantes del barrio a sobrevolar. La otra, la del rechazo al funicular y la reivindicación de toda La Isleta para convertirla en el mejor Parque de la ciudad, sería una propuesta de las instituciones públicas (donde por supuesto habría miles de actividades privadas), que se proyecta a largo plazo, urbanísticamente ideada y concebida como un todo. Y donde los primeros beneficiarios serían los ciudadanos de La Isleta.