Espacio de opinión de Canarias Ahora
El fútbol ya no es opio suficiente
Nuestra sociedad estaba aletargada, dormida en un sueño perpetuo del que le era imposible despertar. Así, todos permanecíamos inmóviles ante el derroche más absoluto destinado a sostener un sistema caduco sin paliativos. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que la gente ya no puede más. Cada día un nuevo caso de corrupción, un político que sale airoso del juzgado o un privilegiado que no tendrá que pagar por sus acciones porque ha sido indultado.
Hasta hace poco solíamos escuchar, de vez en cuando, a algún erudito que afirmaba que el fútbol actuaba como el opio del pueblo, manteniendo al país en modo silencio con alguna vibración ocasional. Hoy en día esta droga ya no es suficiente para muchos. Hay quien ha optado por pasarse a otras más duras como la telebasura, aunque una gran mayoría permanece fuertemente apegada al deporte rey. En esta época en la que el trabajo escasea, la pobreza ya no es solo cosa de pobres y estamos apunto de perder el derecho a la sanidad y a la educación, el fútbol es lo único que a muchos les queda. Si el equipo por el que unos cuantos sienten una gran pasión pierde un partido, no me extraña que los unos cuantos de un lado y los unos cuantos del otro acaben utilizando la violencia que, evidentemente, nunca está justificada.
En estos últimos días hemos asistido a un espectáculo terrible, y medieval si me lo permiten, en el que los ultras de un equipo se lanzaban a pelear con los de otro, obteniendo como único resultado lesiones e incluso una víctima mortal. Solo se me ocurre que estos hechos son un nítido reflejo de la sociedad en la que vivimos que empieza a despertar, y para la que el fútbol ya no supone opio suficiente.
Nuestra sociedad estaba aletargada, dormida en un sueño perpetuo del que le era imposible despertar. Así, todos permanecíamos inmóviles ante el derroche más absoluto destinado a sostener un sistema caduco sin paliativos. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que la gente ya no puede más. Cada día un nuevo caso de corrupción, un político que sale airoso del juzgado o un privilegiado que no tendrá que pagar por sus acciones porque ha sido indultado.
Hasta hace poco solíamos escuchar, de vez en cuando, a algún erudito que afirmaba que el fútbol actuaba como el opio del pueblo, manteniendo al país en modo silencio con alguna vibración ocasional. Hoy en día esta droga ya no es suficiente para muchos. Hay quien ha optado por pasarse a otras más duras como la telebasura, aunque una gran mayoría permanece fuertemente apegada al deporte rey. En esta época en la que el trabajo escasea, la pobreza ya no es solo cosa de pobres y estamos apunto de perder el derecho a la sanidad y a la educación, el fútbol es lo único que a muchos les queda. Si el equipo por el que unos cuantos sienten una gran pasión pierde un partido, no me extraña que los unos cuantos de un lado y los unos cuantos del otro acaben utilizando la violencia que, evidentemente, nunca está justificada.