Gran Canaria, cosmopolita y vaciada

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En menos de 60 km en línea recta, desde el faro de La Isleta hasta Tasartico, hay un territorio muy diverso que se muestra superpoblado en las zonas costeras, poblado en medianías, vaciado en las cumbres y vacío en la Isla Vieja, en Guguy. Así es Gran Canaria, el “continente en miniatura”, como dice acertadamente el lema acuñado por Domingo Doreste, 'Fray Lesco', hace un siglo. Y sigue siendo así esta isla, a la vez cosmopolita y deshabitada.

Pero esta realidad preocupa a su población y así lo reflejan los datos presentados en la V Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural 'Presura21', celebrada en Soria la primera semana de noviembre. La comunidad de nuestras cumbres es menguante aunque, afortunadamente, todavía hay ganaderos, agricultores o cocineros de máximo nivel que han apostado por seguir allí ayudando de esta forma a mantener viva la cumbre. No podemos olvidar algunos de sus hijos ilustres como Abraham Cárdenes, José Domingo Hernández Guerra, Pancho Guerra, Siona García o el timplista José Antonio Ramos, quien ha recibido uno de los mejores tributos, de manos de Germán López, que interpreta parte de su obra como solemne canto final de la película 'Aborixen', presentada el pasado 11 de noviembre y que se emitirá para el mundo en la serie 'Table Chef', en plataformas de televisión en streaming. En Aborixen, el chef de Tejeda Borja Marrero invita a reflexionar sobre la oportunidad y la necesidad de habitar y cuidar las zonas agrícolas y forestales de nuestras cumbres. Nuestra isla contiene una extraordinaria variedad de paisajes y Borja Marrero extrae de ellos los sabores de cada espacio, demostrando su creatividad culinaria con productos del lugar, la Texeda de sus orígenes. Así lo describe en este documental que lo situará entre los más famosos maestros de la cocina y al tiempo dará una proyección internacional de la imagen menos conocida de la isla, de sus espectaculares vistas, del respeto a la naturaleza y de unos productos que se recogen directamente del huerto para crear menús que van desde lo más sencillo, incluso silvestre, a lo más sofisticado. Con los productos de la finca, del barranco o del arroyo.

En las Montañas Sagradas de la isla vaciada, que ha vivido el éxodo del campo a la costa y la ciudad desde los años 50 del siglo pasado, el pueblo de la cumbre supo del espanto y del aislamiento absoluto en los grandes incendios. Pero ha renacido otra vez, como el pinar. Y Borja Marrero lo explica nítidamente, con sus palabras y a través de la felicidad y el dolor que cicatriza con sus aromas y sabores, reflejado de forma impactante en la película de Adolfo Peña y Noelia Ortiz ('Clayton').

La realidad de la Gran Canaria vaciada es un grito, un llamamiento para preservar el territorio frente los fenómenos climáticos extremos, mediante el apoyo a actuaciones para frenar la erosión, prevenir los incendios, fomentar el sector primario y procurar una vida digna en un entorno único, pero no aislado

La particularidad de este territorio quedó reflejada también en los datos expuestos por el concejal de Medianías del Ayuntamiento de Gáldar, Carlos Ruiz (ex consejero del Cabildo), cuando expuso en el espacio Ágora de Presura21 -ante la sorpresa de los asistentes- que el problema de la despoblación también afecta a la Canarias de interior, a sus zonas rurales. Por primera vez, un representante del Archipiélago Canario exponía en este foro nuestra realidad, presentada con datos alarmantes de la transformación social de los territorios de cumbres de un municipio, Gáldar, que contando con una población de 25.400 habitantes, tiene empadronados entre las medianías (300 metros sobre el nivel del mar) y las cumbres (1.800 metros), sólo 700 personas (el 3% de la población), con el agravante de que la mayoría de ellas sólo utiliza sus viviendas como segunda residencia para fines de semana o temporadas. En 1900, la población del municipio vivía repartida a medias, entre la costa y el interior, hasta que en los años 50, con el boom del turismo, se produjo un éxodo masivo hacia otras zonas del territorio insular en busca de trabajo en el sector servicios. De siete escuelas rurales sólo quedan tres, y todos los años vuelve el temor a que, por falta de un niño/a, se pueda cerrar alguna de ellas y las aulas se contagien del silencio que se extiende por medianías y cumbres. Igualmente sucede con la atención sanitaria: de tres consultorios solo queda uno, y con muchísimos problemas porque no se sustituyen las bajas médicas a pesar de que hablamos de un territorio mayoritariamente poblado por personas de la tercera edad.

Respecto a la actividad agrícola del interior, las industrias más conocidas en la zona son las queserías (en estos días las de Gáldar han obtenido dos medallas de plata, en la World Cheese Awards), pero ya sólo quedan siete y no tienen relevo generacional. En la actualidad hay casas rurales, antiguas escuelas reconvertidas en hotelitos, una tienda, una ferretería y acaban de retirar el único cajero automático, quedando el más próximo a 20 kilómetros de esta comarca.

La zona alta de Gáldar forma parte, junto a otros cuatro municipios, del Paisaje Cultural Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, Patrimonio Mundial de la Unesco. Pero la Gran Canaria vaciada es más extensa y se extiende por casi la totalidad de la Reserva de la Biosfera.

Ante esta realidad, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por ello, el Cabildo promueve diversas actuaciones para revertir la situación, incluidas en el plan 'La Cumbre Vive', que coordina y potencia las iniciativas de las instituciones ciudadanas y del sector privado para el desarrollo sostenible de medianías y cumbres de la isla, lo que también implica un re-equilibrio del modelo insular y un avance del conjunto de Gran Canaria. La isla necesita cuidar ese territorio. Y eso no es posible sin personas, sin las actividades que forman parte del paisaje. No cayendo en modelos ya superados sino promoviendo la innovación como han demostrado tantos hombres y mujeres que se han quedado, que han mantenido actividades tradicionales o se han arriesgado a innovar y a poner en marcha iniciativas ligadas a la restauración, el turismo rural, el comercio o la actividad agropecuaria.

Por eso, este plan de reactivación económica y medioambiental de la cumbre y medianías impulsa medidas e inversiones para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Están estructuradas en torno al medio natural para conservar y restaurar los espacios naturales y el equilibrio de los ecosistemas de la cumbre, recuperar la vitalidad y el protagonismo de la economía y la sociedad rural y fijar la población al territorio generando rentas y empleo. Conservar y difundir los bienes culturales materiales e inmateriales que atesora esta zona, en especial los comprendidos dentro del Patrimonio Mundial, es otra de las medidas fundamentales. Un territorio agreste al que las telecomunicaciones han marginado por lo costoso de su infraestructura pero que próximamente contará con la máxima conectividad por vía satélite.

El Cabildo de Gran Canaria trabaja en estos momentos de manera coordinada y transversal con todas las áreas del Gobierno de Canarias y con las demás instituciones, con inversiones productivas para 'La Cumbre Vive'. Acabamos de presentar el plan para distribuir agua a toda la cumbre, desde Soria hasta Acusa. Un agua que se suma a la que aporte la lluvia o las depuradoras naturales que se crearán. Asimismo, se potenciarán las energías renovables, la gestión del ciclo integral del agua, la mejora de las infraestructuras hidráulicas y la protección contra incendios, la gestión de residuos, la mejora de senderos, la promoción del comercio y del producto local… Es una apuesta firme por la cohesión social, por un modelo de crecimiento autocentrado, respetuoso con nuestro patrimonio y nuestro medio natural. En definitiva, combatir la despoblación es una apuesta por la construcción de la ecoisla.