Espacio de opinión de Canarias Ahora
Hermoso y José Gregorio Hernández
Según respondiera en un examen cierto alumno de la ESO, la fe es lo que nos da Dios para poder entender a los curas; en este caso, la fe sería lo que ha colocado la imagen de José Gregorio sobre las mesillas de noche de miles de hogares de aquí y de la otra orilla del charco.He visto la figurita en timbeques de fiestas populares y entre santos en tiendas de objetos religiosos. Pero nunca me paré en mayores consideraciones; hasta que ATI sacó a la calle al beato Hermoso, que vendría a ser para el enconado mal canarión lo que José Gregorio Hernández a los malejones de garganta.El Hermoso Manuel no es de El Sauzal ni lo ha atropellado el tranvía aún en construcción; pero no va a la zaga de José Gregorio, vista la fe de los fieles áticos en su eficacia como deténte de los demonios exteriores, mayormente canariones, que van a por Miguel Zerolo, querubín donde los haya. Y contra Suárez Trenor, del que no sé a qué categoría de arcángeles pertenece.Menos mal que Juan M. Pardellas nos demostró el otro día, con estadísticas electorales, que Tenerife no es ATI ni El Día, su profeta. Bien lo sabemos, pero fue oportuno recordatorio para evitar las generalizaciones a que conduce el que sean los áticos quienes manejan (a su antojo) los asuntos públicos y autorizan las bravatas de Paulino Rivero, afamado rompetechos.La salida en procesión del beato Hermoso, al que sacaron una vez a hombros del Juzgado como si fuera el ganador de Operación Triunfo, indica que los áticos han perdido los papeles y el oremus en defensa de sus intereses al equis por ciento. Y subraya la torpeza de Paulino al apresurarse: si al final resulta que lo de Zerolo no es nada, puede volvérsele la oración por pasiva porque su siembra de desconfianza respecto a la independencia de jueces y fiscales haría sospechar, sensu contrario, que esa misma falta de independencia los obligó a ceder ante las presiones áticas. Una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas; y todas tienen su contraria. La dialéctica, ya saben. Otrosí: dicen que la fiscal Farnés dará esta semana los resultados de su investigación de Las Teresitas. Caso de archivar, ¿no cabría también pensar que lo hizo intimidada por la ferocidad ática? Mejor hubiera atribuido Paulino los escándalos de Tenerife al deseo de acabar con la exclusiva grancanaria en la materia y establecer el exquisito equilibrio adánico.
Según respondiera en un examen cierto alumno de la ESO, la fe es lo que nos da Dios para poder entender a los curas; en este caso, la fe sería lo que ha colocado la imagen de José Gregorio sobre las mesillas de noche de miles de hogares de aquí y de la otra orilla del charco.He visto la figurita en timbeques de fiestas populares y entre santos en tiendas de objetos religiosos. Pero nunca me paré en mayores consideraciones; hasta que ATI sacó a la calle al beato Hermoso, que vendría a ser para el enconado mal canarión lo que José Gregorio Hernández a los malejones de garganta.El Hermoso Manuel no es de El Sauzal ni lo ha atropellado el tranvía aún en construcción; pero no va a la zaga de José Gregorio, vista la fe de los fieles áticos en su eficacia como deténte de los demonios exteriores, mayormente canariones, que van a por Miguel Zerolo, querubín donde los haya. Y contra Suárez Trenor, del que no sé a qué categoría de arcángeles pertenece.Menos mal que Juan M. Pardellas nos demostró el otro día, con estadísticas electorales, que Tenerife no es ATI ni El Día, su profeta. Bien lo sabemos, pero fue oportuno recordatorio para evitar las generalizaciones a que conduce el que sean los áticos quienes manejan (a su antojo) los asuntos públicos y autorizan las bravatas de Paulino Rivero, afamado rompetechos.La salida en procesión del beato Hermoso, al que sacaron una vez a hombros del Juzgado como si fuera el ganador de Operación Triunfo, indica que los áticos han perdido los papeles y el oremus en defensa de sus intereses al equis por ciento. Y subraya la torpeza de Paulino al apresurarse: si al final resulta que lo de Zerolo no es nada, puede volvérsele la oración por pasiva porque su siembra de desconfianza respecto a la independencia de jueces y fiscales haría sospechar, sensu contrario, que esa misma falta de independencia los obligó a ceder ante las presiones áticas. Una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas; y todas tienen su contraria. La dialéctica, ya saben. Otrosí: dicen que la fiscal Farnés dará esta semana los resultados de su investigación de Las Teresitas. Caso de archivar, ¿no cabría también pensar que lo hizo intimidada por la ferocidad ática? Mejor hubiera atribuido Paulino los escándalos de Tenerife al deseo de acabar con la exclusiva grancanaria en la materia y establecer el exquisito equilibrio adánico.