Espacio de opinión de Canarias Ahora
El Hierro, ¿una isla sostenible?
La isla del Garoé, la isla de impresionantes pinares y con espectaculares paisajes dominados por el monteverde, es una isla húmeda y seca a la vez. Su juventud geológica explica su elevada permeabilidad y que las aguas no hayan tenido tiempo de labrar los profundos tajos que caracterizan loos barrancos de las otras islas occidentales. El secano ha sido la única posibilidad para la agricultura insular. La escasez obligó históricamente a los herreños a almacenar el agua de lluvia e intentar captar las aguas subterráneas. En el siglo XVIII se hizo el primer pozo de la isla pero no tuvo mucho éxito. Será en los años treinta cuando se comenzaron a perforar pozos en Frontera cuyos caudales permitían la aparición de la agricultura de regadío. En la década de los sesenta la perforación de pozos en El Golfo se generalizó y permitió la expansión de los cultivos, pero la sobrexplotación en unos casos y la contaminación por gases volcánicos en otros, empeoró la calidad del agua y puso en peligro la supervivencia de este sector económico.
A finales del siglo pasado, solucionar el abastecimiento hidráulico era el objetivo a conseguir y, las opciones estaban claras: si no había agua subterránea, habría que recurrir a las desaladoras lo que implica la construcción de potentes centrales térmicas que utilizan hidrocarburos para abastecerse de energía. Los estudios llevados a cabo por los técnicos, cuyo resumen lo podemos encontrar en libro El agua en El Hierro editado por el cabildo y del que son autores Juan Manuel Navarro y Carlos Soler, demostraron que la isla contaba con agua subterránea suficiente para abastecer a la isla y en consecuencia consideraron que no era necesario construir desaladoras. Amparado en esos estudios técnicos, el gobierno insular decidió adquirir el pozo de Los Padrones, el de mayor caudal de la isla. Se reperforó el pozo y se excavó una galería horizontal que aumentó por cuatro el volumen de agua. Por esta razón fue reconocida esta obra con el premio Agustín de Bethencourt que concede el Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos. No era mal punto de partida para conseguir la sostenibilidad, pero la primera sorpresa que depara el proyecto herreño es que este hecho no cuenta, no existe, a pesar de las ventajas que aportaría a cualquier planteamiento que pretenda la sostenibilidad en aspectos tan importantes como el agua y la energía.
El Plan Hidrológico (aprobado en el año 2002) estimaba que en el año 2006 la demanda total superaría los 3 millones. La realidad demuestra que la estimación no fue correcta: la demanda actual, según el Consejo Insular de Aguas (CIA), es de unos, 2,4 millones de m3 procedentes mayoritariamente del subsuelo. El Plan calcula, en una estimación a la baja, que solo se aprovecha el 60% de los recursos subterráneos explotables. Es decir, el acuífero insular puede abastecer la demanda actual y futura de la isla con aguas de calidad, menor impacto ambiental y sin necesidad de aumentar el consumo eléctrico. Esa era también la opinión de los autores del Avance del Plan Hidrológico y así se dice el plan vigente: “Este avance era, en síntesis, un estudio que incidía especialmente en la hidrogeología insular ya que, tal como en él se exponía, la solución más segura, más barata y que más respetaba el débil medio insular, era el aumento de producción a partir del agua subterránea.”En el año 2008 el asesor de Recursos Hídricos de El Hierro, Cayo Francisco Armas hacía una declaraciones a la prensa en las que aseguraba “Podemos afirmar que garantizamos el 100% del consumo a la población y al sector primario en todas las zonas utilizadas para los cálculos de consumo que son aquellas en las que existen redes de riego y se trabaja para extender aún más estas redes por toda la isla”.
La lógica conclusión es que el Hierro no necesita otras fuentes de suministro pues, sería invertir en instalaciones industriales que demandan mucha energía para obtener algo que ya nos da la naturaleza. Sin embargo este asesor termina afirmando: “El Cabildo de El Hierro ha apostado por la utilización ”sostenible“ de los recursos hídricos. La isla cuenta en la actualidad con dos desaladoras en funcionamiento, en El Tamaduste y en La Restinga, y este año entrará en funcionamiento otra en el Valle del Golfo. A partir de 2010 se contará con una cuarta, ya que la Central Hidroeólica que se construirá en El Hierro tiene asociada una desaladora. Además, la producción de energía limpia gracias a esta central garantizará en el futuro la extracción de agua desde el acuífero insular sin tener que dependen de fuentes energéticas provenientes del exterior. Por eso, a este proyecto ya hay quien lo llame en El Hierro ”el nuevo Garoé“. Si las comillas que aparecen en la reseña periodística significan que el asesor pone en duda el concepto de sostenibilidad, entonces se entiende el resto, pues la sostenibilidad es incompatible con la construcción de tantas desaladoras. Este tipo de instalaciones industriales son los principales clientes de Unelco-Endesa en Canarias, cuantas más se hagan más ganan. Ellos tienen el monopolio del servicio y, a diferencia de otras islas, en El Hierro también son dueños de la red de distribución eléctrica.
La sostenibilidad no se consigue aumentando el consumo energético, aunque provenga de energías renovables, así solo se consigue aumentar la dependencia. Buscar el equilibrio entre población y recursos es aplicar la ciencia y la tecnología a reducir las necesidades energéticas sin mermar la calidad de vida de la población. Es absurdo dedicarla a producir un bien, el agua, del que ya dispone la isla de manera natural y en cantidad suficiente, tal y como reconoce el CIA del Hierro.
El proyecto de la central hidro-eólica incluye una desaladora para producir el agua necesaria para alimentar el circuito de la central y compensar las pérdidas que se producen en el proceso. Una instalación que lógicamente consumirá energías fósiles. ¿Por qué no se optó por concluir la red que una las distintas vertientes de la isla y abastecer con agua subterránea la central hidroeléctrica? Esta solución haría innecesaria las desaladoras, la energía eólica se emplearía producir electricidad para elevar el agua hasta las cotas altas y distribuirla por gravedad al resto de la isla. Así se resolverían dos problemas sin aumentar la dependencia energética.
Otra solución adicional, y técnicamente viable, es alimentar la central hidroeléctrica con agua salada, se ahorraría el embalse inferior, que tiene una capacidad muy limitada, y permitiría obtener agua desalada mediante una central de ósmosis inversa que utilice, en lugar de derivados del petróleo, la diferencia de presión entre el depósito superior y el nivel del mar. Esta planta desaladora (una idea propuesta desde hace tiempo por el novelista Vázquez Figueroa) podría paliar las posibles irregularidades en el suministro de agua potable de origen subterráneo sin necesidad de aumentar consumo de energía procedente de combustibles fósiles. Además, puede producir electricidad turbinando una parte del caudal acumulado en la balsa superior con la energía eólica sobrante.
Creo que ha sido un error del proyecto no tener en cuenta (paradójicamente) el binomio energía-agua. Al obviar la realidad de las aguas subterráneas de la isla, tienen que recurrir a un aumento exagerado del consumo eléctrico para desalar agua, cuando es la isla no hace falta aumentar la oferta, solo completar la distribución. Como dice el propio CIA de la Isla, las aguas subterráneas pueden asegurar el 100% de la demanda y hacer frente a su posible aumento en los próximos años. Por tanto ¿a quiénes benefician las desaladoras y el consiguiente aumento del consumo eléctrico en El Hierro?
* Geógrafo
Eustaquio Villalba Moreno
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