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Ideologías, amor y sexo

En política no se cumplen esas estadísticas de divorcios, sobre todo si el otoño viene con elecciones . Por eso este verano de prolongada panza burro está resultando romanticón para algunas siglas de izquierdas que quieren subirse en el mismo barco tras muchos años de darse la espalda. Y también el mes de septiembre comenzó romanticón para los líderes de Coalición Canaria y Nueva Canarias, que este sábado se vieron en un hotel en Gran Canaria y este lunes volverán a verse en otro hotel en Tenerife. Como buenos amantes, de hotel en hotel, Coalición Canaria y Nueva Canarias se cogen de las manos delante de los periodistas tras años de tirarse los trastos a la cara.

Después de ver la imagen de Barragán y Bañolas con Pedro Quevedo y Carmelo Ramírez decidí poner en mi dvd la película “El declive del Imperio americano”. El largometraje del canadiense Denys Arcand describe a unos personajes que vivieron las ansias de cambio de mayo del 68, aquello de la imaginación al poder. Unos más intelectuales que otros, los protagonistas reflejan las frustraciones de una generación que no sólo no cambió al poder, sino que el poder los cambió a ellos. Aunque en el guión de lo que más se habla es de sexo, adulterios, traiciones y orgías, muchos críticos hicieron una lectura muy política del largometraje.

A mí con estos encuentros en hoteles de CC y NC me ocurre lo contrario, sus protagonistas hacen una lectura muy política, yo la hago muy sexual. Ellos hablan del Régimen Económico y Fiscal, del PP centralista (¿cómo era aquello de con el PP ni de coña?), de la financiación autonómica. Y yo pienso en una orgía de mociones de censuras que elevarán a Román Rodríguez a la presidencia del cabildo de Gran Canaria, a Carmen Hernández (NC) a la alcaldía de Telde y otros apasionados encuentros donde antes hubo desencuentros.

“La mentira es la base de las relaciones amorosas y de la vida social”, dice uno de los personajes de Denys Arcand. Y más o menos eso intenté decir hace unos meses cuando escribí que por el andar de la perrita uno intuía que se estaba preparando una confluencia electoral de CC y NC. Dicen que es de necio citarse a sí mismo, pero hoy tengo ganas de hacer el tonto, porque todavía recuerdo los comentarios que hicieron algunos amigos y conocidos de NC cuando escribí aquel artículo. Me decían, y me escribieron en facebook: “Estás patinando”, “te están intoxicando”, “yo voy a las reuniones de la dirección de NC y no hay prevista ninguna confluencia con CC”.

Pues ya ven, los patinadores estaban dentro de NC. Y hoy asisten en silencio a estos amorosos encuentros que demuestran que la erótica del poder puede empujar a la misma cama a viejos amantes que hasta ayer sólo mostraban despecho y resentimiento Aunque ante los periodistas no hablan de erótica ni de poder. Para el carajo las ideologías. Dicen que lo hacen por amor a la patria canaria. ¿Amor a la patria?, vaya, como los guardias civiles. Otras parejas que tampoco se divorcian en verano.

PD: Volvemos a esta esquinita del periódico después del mes de vacaciones. Perdonen, no les saludé al principio porque cuando uno se pone a hablar de sexo se olvida de los buenos modales. Gracias por seguir aquí.

En twitter: @juanglujan

Juan García Luján

En política no se cumplen esas estadísticas de divorcios, sobre todo si el otoño viene con elecciones . Por eso este verano de prolongada panza burro está resultando romanticón para algunas siglas de izquierdas que quieren subirse en el mismo barco tras muchos años de darse la espalda. Y también el mes de septiembre comenzó romanticón para los líderes de Coalición Canaria y Nueva Canarias, que este sábado se vieron en un hotel en Gran Canaria y este lunes volverán a verse en otro hotel en Tenerife. Como buenos amantes, de hotel en hotel, Coalición Canaria y Nueva Canarias se cogen de las manos delante de los periodistas tras años de tirarse los trastos a la cara.

Después de ver la imagen de Barragán y Bañolas con Pedro Quevedo y Carmelo Ramírez decidí poner en mi dvd la película “El declive del Imperio americano”. El largometraje del canadiense Denys Arcand describe a unos personajes que vivieron las ansias de cambio de mayo del 68, aquello de la imaginación al poder. Unos más intelectuales que otros, los protagonistas reflejan las frustraciones de una generación que no sólo no cambió al poder, sino que el poder los cambió a ellos. Aunque en el guión de lo que más se habla es de sexo, adulterios, traiciones y orgías, muchos críticos hicieron una lectura muy política del largometraje.