Una indefinición improrrogable

Lo que sí tengo claro, más aún por lo vivido en estas últimas semanas por todos/as a colación de la situación generada con Aminatou Haidar, es que hay escenarios que han quedado muy clarificados, al descubierto, descarnados, por si a alguien le quedaba duda alguna aún.

En primer lugar que en el Sáhara Occidental la situación es tan opresiva que simplemente incluso por que alguien no se declare marroquí puede ser detenido, interrogado, encarcelado, torturado o simplemente secuestrado, expulsado del territorio y conducido a otro país y allí abandonado. ¿Con este estado de cosas, de verdad que alguien puede seguir manteniendo que es Marruecos un Estado de Derecho o un país democrático como alardea y algunos otros interesados preconizan?¿Quienes etiquetan a los países en función de eso, que esperan para situarlo en el “Eje del mal” o para condenarlo abiertamente por ello?.

En segundo lugar, queda manifiesto que las relaciones entre España y Marruecos se basan en pilares de no reciprocidad, en ocasiones incluso hasta de una esperpéntica debilidad de la política exterior española que para nada se corresponde con la racionalidad, buena vecindad y afán de complementariedad que alegre y gratuitamente sólo se pregona, se nos vende y grotescamente se nos escenifica por ambos. ¿De verdad España tiene una política exterior definida, responsable, sin complejos y acorde a una visión estratégica para el noroeste continental africano donde geográficamente también está enclavado nuestro archipiélago o por el contrario, gobierne quien gobierne, nos olvidamos que hay importantes temas por clarificar, por defender, por asumir, por gestionar sin más demora porqué nos va en ello mucho?. ¿Mostrará la política exterior del Estado español mañana y con los intereses estratégicos de Canarias en la zona en juego, el mismo rostro de indefinición, debilidad y dejación que ayer tuvo con el Sáhara y hoy con Aminatou?¿Es que hacen falta muchas más evidencias históricas, pasadas y recientes, para que alguien de una vez decida repensar el papel, la estrategia y los objetivos a defender en un escenario donde los canarios nos jugamos tanto pero donde España sólo piensa de Ceuta hacia arriba?.

A la vista de los acontecimientos, poco podemos esperar los canarios de España para que asuma su responsabilidad histórica de una vez por todas en el Sáhara, salvo que sigamos denunciando la contradicción y su vergonzosa indefinición; poco podemos esperar de que su actitud y marco de relaciones con Marruecos si lo próximo a estar en juego fuera la definitiva delimitación de nuestras aguas, la propiedad y explotación del petróleo que puede haber en su subsuelo o nuestros proyectos de complementariedad económica con los países de ese entorno, salvo que los canarios tengamos fuerza y determinación propias; poco podemos esperar de un país que dice tener peso en Europa pero que apenas demuestra poder de influencia sobre sus socios para la defensa de sus intereses frente a un país como Marruecos, considerado un tercero, salvo que forcemos otro escenario. Poco podemos esperar del papel de Naciones Unidas ya, aquí y en otros muchos rincones del mundo, testigo mudo donde se le precisa y malabarista de la demagogia donde nadie le llama, salvo que en la comunidad internacional adquieran mayor protagonismo los pueblos, su opinión pública y su movilización activa de denuncia.

Los saharahuis poco confían ya en que España asuma sus responsabilidades en el problema que les atañe. ¿Deberemos ir pensando desde ya eso mismo los canarios sobre aquellos otros temas que se proyectan en nuestro presente y futuro y que nos restarían derechos y oportunidades como pueblo en la zona?. Salgamos de esta indefinición que no admite más prórrogas.

*Alcalde de Telde y Presidente de la Ejecutiva local de Nueva Canarias

Aureliano Francisco Santiago Castellanos*