Espacio de opinión de Canarias Ahora
Injerencia bolivariana
Anda últimamente la patronal algo soliviantada y levantisca y no le faltan razones. Resulta que a la gente le ha dado ahora por cobrar sueldos dignos y no aceptar condiciones draconianas y así no hay manera, que ya sabemos que la riqueza la generan los empresarios y no está bien eso de boicotear sus esfuerzos ni agotar su espíritu emprendedor agobiándolos con exigencias mezquinas.
Para colmo, viene ahora un gobierno bolivariano y pretende imponer una reducción de jornada sin negociarla. Sí, sin negociarla, que la CEOE de Garamendi no ha mandado ninguna propuesta, ni ha dado el visto bueno a las recibidas, así que no ha habido negociación.
Ha sido tan grosera la actitud del Gobierno, que Ayuso ha tenido que romper el prudente silencio al que acostumbra y manifestar urbi et orbi que Unas activistas de salón quieren machacar a los héroes de nuestra economía, adoptando unas decisiones políticas frívolas por parte de unos políticos que ni ellos ni sus familias saben lo que cuesta crear empleos y sacar adelante proyectos.
Tuvo que hacerlo. La presidenta madrileña no podía callar después de sentir cómo se le rompía el corazón al escuchar al presidente de Cepyme lanzar su grito desgarrador en contra de un gobierno que adopta tesis comunistas y que ataca la libertad y dignidad empresarial, en su empeño de ejecutar su asalto a la empresa en pos de una estrategia más amplia que impugna el modelo de libre mercado y apuesta por una economía intervenida.
¡Cómo iba a callar Ayuso ante ese grito de auxilio! Ella, y sobre todo sus familiares, saben cuánto cuesta sacar adelante proyectos, lo duro que resulta conseguir facturas falsas para que Hacienda no se quede con tus comisiones y, para colmo, cómo pagan tus desvelos y tu dedicación a la emprendeduría con inspecciones fiscales y denuncias políticas en los tribunales, cuando realmente es Hacienda la que te debe a ti.
Es verdaderamente insoportable la injerencia bolivariana de este Gobierno. Es tanto su afán intervencionista, que durante la COVID no se le ocurrió otra cosa que gastar casi 40.000 millones en ERTE y conceder avales ICO por 140.000 millones más.
Además, se ha sabido que obligaron a una de cada dos empresas a recibir ayudas públicas durante la COVID y si eso no es una injerencia insoportable, que baje Hugo Chávez y lo vea.
Y eso no es lo peor. No se les ocurre otra cosa que subir el salario mínimo y en vez de destruir empleo, que es lo que tenía que haber hecho una medida de carácter socialcomunista como esa, se coloca la población activa en más de 21 millones y baja el paro hasta los 2,6 millones. Con razón no encuentran trabajadores que acepten salarios y condiciones de las que crean riqueza.
Hasta pocos son los gritos de la patronal y demasiado prudente y callada sigue estando Ayuso ante tanta injerencia bolivariana.
Anda últimamente la patronal algo soliviantada y levantisca y no le faltan razones. Resulta que a la gente le ha dado ahora por cobrar sueldos dignos y no aceptar condiciones draconianas y así no hay manera, que ya sabemos que la riqueza la generan los empresarios y no está bien eso de boicotear sus esfuerzos ni agotar su espíritu emprendedor agobiándolos con exigencias mezquinas.
Para colmo, viene ahora un gobierno bolivariano y pretende imponer una reducción de jornada sin negociarla. Sí, sin negociarla, que la CEOE de Garamendi no ha mandado ninguna propuesta, ni ha dado el visto bueno a las recibidas, así que no ha habido negociación.