Espacio de opinión de Canarias Ahora
Insularismo e insularidad
El hombre ya dio de sí lo que podía. Si como presidente de CC la dejó en trance de desaparición, al frente del Gobierno no ha rectificado su modo sesgado de hacer política a partir de la hegemonía ática. De ahí los problemas en Gran Canaria, que por lo visto no son muy distintos de los que tiene en otras islas. Y esto sin entrar en su derechización como palanganero de Rajoy.
El Congreso resolvió dar mayor protagonismo a las organizaciones insulares de CC. Lo que resulta significativo para quienes pensamos que entre las razones del evidente fracaso autonómico figura que el Gobierno autonómico está imbuido del espíritu centralizador de la Provincia impuesto a las gobernaciones insulares. El que los Cabildos perdieran su capacidad de recaudación en beneficio del Gobierno indica esa supeditación y no es casual que surjan problemas con el reparto de los fondos del REF. Lo mismo puede decirse de que el Cabildo de Gran Canaria esté por reivindicar la gestión de su territorio para las corporaciones insulares. Esas tensiones se reflejaron en el Congreso e influyeron en su resultado. La centralización, en fin, alienta también las aspiraciones a la capitalidad única de sectores tinerfeños y la réplica no menos anacrónica de la doble autonomía, frecuente en Gran Canaria. El mimetismo del pleito.
Estas cuestiones latían en el Congreso de CC por imposición de la dinámica de los hechos y las necesidades. Para los partidarios de la autonomía “provincial”, entre los que figuran quienes todavía piensan en términos de capitalidad, el Congreso retrocedió hacia la anterior fórmula de AIC; fue una marcha atrás en el proceso de unidad de CC hacia el partido unitario. Para las islas periféricas (de las que Gran Canaria es la mayor) fue un paso adelante reclamar protagonismo. Aunque se siga sin distinguir entre actitudes insularistas y el hecho físico insoslayable de la insularidad debido al escaso talento y el bajo nivel de teorización político-administrativa de los dirigentes.
El hombre ya dio de sí lo que podía. Si como presidente de CC la dejó en trance de desaparición, al frente del Gobierno no ha rectificado su modo sesgado de hacer política a partir de la hegemonía ática. De ahí los problemas en Gran Canaria, que por lo visto no son muy distintos de los que tiene en otras islas. Y esto sin entrar en su derechización como palanganero de Rajoy.
El Congreso resolvió dar mayor protagonismo a las organizaciones insulares de CC. Lo que resulta significativo para quienes pensamos que entre las razones del evidente fracaso autonómico figura que el Gobierno autonómico está imbuido del espíritu centralizador de la Provincia impuesto a las gobernaciones insulares. El que los Cabildos perdieran su capacidad de recaudación en beneficio del Gobierno indica esa supeditación y no es casual que surjan problemas con el reparto de los fondos del REF. Lo mismo puede decirse de que el Cabildo de Gran Canaria esté por reivindicar la gestión de su territorio para las corporaciones insulares. Esas tensiones se reflejaron en el Congreso e influyeron en su resultado. La centralización, en fin, alienta también las aspiraciones a la capitalidad única de sectores tinerfeños y la réplica no menos anacrónica de la doble autonomía, frecuente en Gran Canaria. El mimetismo del pleito.