Espacio de opinión de Canarias Ahora
Jínquese un vinito, aunque sea abocado, y vote
Sobrevuelas, encogido, las noticias en titulares, y llegas a febriles e injustas exclamaciones. Pues no todo cuanto se ventila en el panorama político de nuestro entorno tiene aquel sabor.
Seguro que hay gente buena, honrada, cabal, en esa llamada clase política,-ellos sabrán dónde tienen el maestro-. Pero se me antoja, y un antojo lo tiene cualquiera, que la credibilidad que se les supone merecida, está a ras de suelo.
Parte el ciudadano mortal, -indigente al que le piden la limosna del voto cada cuatro años-, hacia los abrazos estrechados que le propinan, gratis total, los políticos en campaña paseando su traje de marca por la calle trianera. Incluso hasta se alegran de verte, y es tal el entusiasmo, que no se acuerdan ni de cómo te llaman o te haces llamar, que ni es lo mismo ni se escribe igual.
Presto estoy a viajar a tierras continentales, y si hay suerte, recibir un curso de corrupción urbanística impartido por Cachuli. Deseo que esta semana que le aguarda al común de nuestro pueblo, le sea leve, que no piensen en el celebérrimo alcalde de aquel pueblo marbellí ni en la Panto ni en los Paquirrines,- ¿ será tal vez, pasquines?, menos aún en los salmones, en las margaritas debilitadas o en los vómitos de la Montaña del Fuego. No sueñen con jueces ni con fiscales y menos aún con los llamados letrados que exhiben cajones cuando no hay almacenes para guardarlos (a buena hora y con sol que dirían mis ancestros).
Eviten hablar de la crisis en la que nos ha metido este tolete que descansa, no sé de qué, en Texas ( ni él ni su padre han trabajado en sus vidas, ¡estaría bueno!).
Venga alegría, señores, venga alegría (que cantaba aquel pedazo de “látigo” femenino, la maravillosa Mari Sampere).
Europa es una realidad y en estas elecciones nos jugamos mucho. Hay que salir el día 7 de junio a votar y después te vas a la playa de Icod de los Vinos (seguro que también la tiene) o a esquiar a la Gomera. No castigues a los tuyos con la papeleta en blanco o con el denostado silencio.
No se equivoquen, estas elecciones no son una muestra extrapolable de nada, son lo que son. Hay que limpiar Europa de tanto elefante moribundo y dar paso a los jóvenes, honestos y brillantes que hacen de sus vidas servicio a los demás.
Aquí no se castiga a nadie ni nadie, nunca mejor dicho, se convierte en aspirante a gobernar España según resultados. Fuerte perreta, don Mariano.
Las formaciones políticas tienen la obligación de dejar los cantos de la puñetera crisis en sus letrinas, la insultante carrera del “tumás” en el aparcamiento permanente en el que depositaron sus neuronas cuando creyeron ser “alguien” , y enseñarnos a los pobres indigentes qué es Europa, qué es un Parlamento europeo (¿lo mismo que el canario y nacional estatal-español? En qué medida nos afectan sus decisiones y “cienes y cienes” de asuntos varios.
La magia de la radio y de la red de redes, nos invitan a saber más de Europa, a preguntarle al “buscador” de que vamos el día siete de junio.
Me asusta la idea de la Católica Europa, la homófoba, la de las teñideras de pelos, la que discrimina, la que considera que el Spa es para los salmones y la lava para la playa blanca.
¡Qué buen paladar el de los votantes si tuvieren buen vino! Por si les vale, sé de una bodega con buenos vinos, eso sí, abocados, pero superior al que tiene como marca un desfile de hormigas espantadas por los huracanados vientos nasales de su ticoso portador.
Carlos Juma
Sobrevuelas, encogido, las noticias en titulares, y llegas a febriles e injustas exclamaciones. Pues no todo cuanto se ventila en el panorama político de nuestro entorno tiene aquel sabor.
Seguro que hay gente buena, honrada, cabal, en esa llamada clase política,-ellos sabrán dónde tienen el maestro-. Pero se me antoja, y un antojo lo tiene cualquiera, que la credibilidad que se les supone merecida, está a ras de suelo.