Espacio de opinión de Canarias Ahora
Llegó la ley canaria contra el cambio climático
Nuestro Archipiélago ya cuenta con una ley canaria de Cambio Climático y Transición Energética, por lo que se hace realidad uno de los principales compromisos adquiridos por el PSOE y por el presidente Ángel Víctor Torres al comenzar la legislatura. Tras el respaldo otorgado por el Parlamento de Canarias, a partir de ahora podremos hacer frente con garantías a la amenaza del calentamiento global y el cambio climático que se cierne sobre las islas, abordando al mismo tiempo la inaplazable transición energética hacia la plena descarbonización de la economía en el más breve plazo de tiempo.
Como el resto de las islas, Lanzarote ya dispone del marco que nos permitirá afrontar un cambio del modelo productivo orientado hacia la transición ecológica, al establecer objetivos y tareas concretas para los poderes públicos y la iniciativa privada. Por tanto, desde este momento nadie puede eludir sus responsabilidades con el fin de garantizar un balance neutro de emisiones de gases de efecto invernadero en 2040. La forma de hacerlo no puede ser otra que mediante el diálogo permanente y la estrecha cooperación entre el sector público y las empresas privadas.
“Vamos a estar a la altura de la magnitud del desafío”
Toda nuestra energía debemos ponerla en la reducción progresiva del uso y el consumo de combustibles fósiles, así como el establecimiento de un modelo energético basado en la gestión de la demanda y en las energías renovables. Este es la senda que viene marcada en la nueva norma y que nos conduce a mitigar los efectos del cambio climático para reducir al máximo sus efectos sobre las personas y sus bienes, los recursos naturales, las infraestructuras públicas y privadas y los ecosistemas terrestres, costeros y marinos. Unos efectos que serán más perceptibles en las islas orientales, por lo que nos exigen actuar con decisión y rapidez.
Desde este preciso momento, la lucha contra el cambio climático se sitúa en el centro de la acción política para el Gobierno de Canarias, los cabildos y los ayuntamientos. Esto supine un desafío enorme, ya que tenemos que modificar radicalmente nuestra manera de producir y consumir, pero, al mismo tiempo, significa una oportunidad única para transformar y modernizar Canarias. Pero no perdamos de vista que lo que nos mueve es conseguir una sociedad más sostenible en lo social, en lo económico y en lo medioambiental, una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.
Las islas que, como Lanzarote, dependen exclusivamente del turismo tenemos por delante una profunda reconversión de nuestro modelo de desarrollo. El destino debe ser ejemplar en el campo del desarrollo sostenible, tanto para la población lanzaroteña como para quienes nos visitan, por lo que la gestión del medio ambiente y el paisaje, así como de los espacios y los recursos naturales debe situarse en niveles de excelencia.
Este reto nos convoca a todos y a todas, y estoy completamente segura de que vamos a estar a la altura de la magnitud del desafío.
Nuestro Archipiélago ya cuenta con una ley canaria de Cambio Climático y Transición Energética, por lo que se hace realidad uno de los principales compromisos adquiridos por el PSOE y por el presidente Ángel Víctor Torres al comenzar la legislatura. Tras el respaldo otorgado por el Parlamento de Canarias, a partir de ahora podremos hacer frente con garantías a la amenaza del calentamiento global y el cambio climático que se cierne sobre las islas, abordando al mismo tiempo la inaplazable transición energética hacia la plena descarbonización de la economía en el más breve plazo de tiempo.
Como el resto de las islas, Lanzarote ya dispone del marco que nos permitirá afrontar un cambio del modelo productivo orientado hacia la transición ecológica, al establecer objetivos y tareas concretas para los poderes públicos y la iniciativa privada. Por tanto, desde este momento nadie puede eludir sus responsabilidades con el fin de garantizar un balance neutro de emisiones de gases de efecto invernadero en 2040. La forma de hacerlo no puede ser otra que mediante el diálogo permanente y la estrecha cooperación entre el sector público y las empresas privadas.