La luz es el halo de la música callada

Señores...ayúdenme pues la enigmática sombra del buscar... apartando la penumbra del no saber es infinita y sin límite de reposo... Creo...nunca llegaremos a la claridad, a la verdadera espesura de la realidad profunda... Siempre a nuestro lado estará la niebla...el separado ámbito que como muro férreo...no es atravesable...

Nunca llegaremos

a la luz de la luz

al alma de las cosas

al iris iluminado que cruza el espacio

como un reflejo divino

Nunca sabremos si la luz de tantas tardes en su hora de esplendor misterioso capta y rapta nuestros sentidos en un éxtasis...que no sabemos explicar.

Pienso que cuando se viene a hablar como yo ahora...lo que espero de ustedes,...es desde la silenciosa escucha...la trasmisión...que en ondas cerebrales traiga la ceremonia de la ayuda.

Estoy perdido

y como un pequeño astro me siento rodeado de invisibles espacios que acongojan mi alma y llenan de temor la rectitud de mi caminar...siempre espero de vuestra silenciosa escucha que surja...el callado eco que me indique el camino, pues el rastro de lo oculto es colectivo...

Como cuando del oscuro centro de la noche el silencioso rumor + la quietud de sus sombras...nos alumbran con un halo de penumbra que son los vértices agudos de la vejez...

Ayudadme Señores

A ver si seguimos aprendiendo (siempre aprendiendo) mientras el “azote del tiempo” sigue dirigiendo el ritmo y ciclo de las cosas y seres de la tierra...del Infinito Universo...

* Cristino de Vera es pintor, Premio Nacional de Bellas Artes y Premio Canarias de Arte.

Cristino de Vera*