Mal de amores

Tal medida, que puede provocar cierta hilaridad, es un avance considerable en el logro de un trato más humano de la empresa hacia el trabajador. Igual que demandamos que se tenga en cuenta un dolor físico, por qué no un dolor anímico. El desamor duele, y mucho. Y normalmente dificulta más la concentración en el trabajo que un dolor de juanetes. Al menos en las mujeres. Desconozco hasta qué punto un mal de amores puede quebrar la concentración masculina, la verdad. Aunque ahora que recuerdo, un avión se estrelló porque el copiloto había roto con el piloto ?

Pero cuando en la redacción se comentó la noticia? Los primeros comentarios fueron: “¿Y cuántas veces se puede romper al año? Porque yo estoy dispuesto a romper antes de cada puente?”. Supongo que precisamente por eso iba a resultar difícil que una medida así se implantara en nuestras empresas.

De modo que tendremos que seguir aguantando el tipo con el jefe aun con el corazón roto. Y cruzaremos los dedos en el médico o en el avión, no vaya a ser que una enfermera ande deshojando la margarita o un mecánico haya tenido una ruptura dolorosa.

Por cierto, que Hime & Company también concede dos mañanas libres dos veces al año a los integrantes de su plantilla para que puedan ir a las rebajas.

Esperanza Pamplona