Espacio de opinión de Canarias Ahora
Lo maté porque era mío
Ya conocen de sobra la triste noticia, del 16 de septiembre pasado, pero seguro que no esta versión de los hechos, servida aquí a modo de crónica. Esta es una crónica concebida con la idea de ir al fondo de la cuestión, de sacar a relucir los porqués de tal aniquilación política y las lecturas que se deben avivar, o yo quiero extraer, para que floten en el ambiente y así sirvan de ejemplos nítidos de lo peor de la política: de la política que, en cierto modo, tiene algo de terrorismo.
La destitución por la espalda de Javier Gutiérrez Taño, avisada hace tiempo, sí, pero consumada por la espalda, sin defensa alguna, ha sido diseñada por la valiente Nieves Lady Barreto, jefa de CC en La Palma, la que ahí manda, por lo que se ve y nadie niega, y consejera de Presidencia en el Gobierno de Canarias. Ella ha dejado con esa operación endiablada dos víctimas: Javier Gutiérrez Taño, que se va con la cabeza bien alta, y Narvay Quintero, cuyo futuro ahora sí que queda bien en el aire. Dependerá de otras batallas en curso.
Nieves Lady Barreto, la jefa de CC en La Palma, ha sido la mera ejecutora del mandato de determinados poderes fácticos insulares. Ella se vistió ese lunes de chavismo y llevó hasta el final aquella expresión dantesca de “lo maté porque era mío”. Lo mató, sí, pero a la vez lo resucitó. Su víctima ya es un ídolo. Así es por muchas razones: las más abundantes, su dignidad y ética.
La jugada política consumada el lunes 16 de septiembre en el Consejo de Gobierno por la consejera de Presidencia y secretaria insular de CC en La Palma, Nieves Lady Barreto, con la mano extendida del presidente del Ejecutivo autonómico, Fernando Clavijo, que al final ha ejercido de ejecutor último sin contemplaciones (ante el “no quiero” previo de Quintero), ha tenido que dejar muy congelado al consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, el herreño Narvay Quintero.
Quintero no solo se congeló ese lunes, sino que la congelación tuvo que ser criogénica, a muchos grados bajo cero, de las más rápidas y con nitrógeno líquido. No era para menos: Barreto, la jefa de CC en La Palma, que llevaba meses amagando con esa jugada, entra en tu Consejería, en tu casa, te baila como le da la gana y además guillotina, en la defensa de sus intereses políticos, a uno de tus mejores altos cargos: el más preparado, el mejor valorado y uno de los que más criterio tiene, dice la mayoría del sector agrario.
Pero ¿qué falló entonces? Falló la buena política, que parece, por lo que se ve, que escasea, y mucho. Venció la vendetta: como no quieres hacer lo que yo te digo y propongo por las buenas, que además eres un alto cargo de la cuota Isla Bonita, lo vuelvo a intentar y primero te ofrezco una salida light más decorosa y, si no la aceptas, que fue lo que pasó, me queda hablarlo con Clavijo y servir tu cabeza por la vía más cruel a los que tanto me la han pedido en La Palma.
El error de Javier Gutiérrez Taño fue solo uno: no quiso dejar caer sus pantalones al suelo, que los mantuvo arriba hasta el final, sujetos con el cinturón del criterio. Esta valentía le costó tener que salir de esta manera de la Consejería de Agricultura, por la puerta de atrás y a través de una acción violenta, sobre todo por el mecanismo elegido.
Como consecuencia, sube al casillero de Narvay Quintero la derrota en esta primera batalla que desde hace tiempo lo enfrenta a la palmera Nieves Lady Barreto. Esta, tras plegarse y no aceptar la estrategia de sacar a Gutiérrez Taño de su puesto en Agricultura, la ha perdido, que los vencedores éticos en estas historias de poco valen. O mucho.
Ahora le queda la segunda batalla, que en breve se intensificará y lleva meses preparando la consejera de Presidencia. Si en esta también falla, al herreño le quedará un futuro lleno de poca ternura en su actual Consejería. La segunda batalla que ya ansía ganar Barreto es la de la reforma del decreto territorial que regula las normas de cultivo del plátano y cómo deben recibirse las ayudas directas de la UE, los famosos 141,1 millones de euros al año.
Barreto está en ello, ya se cobró la primera víctima y no cejará en el empeño, aunque no tenga la mayoría de los apoyos, pero sí algunos con gran peso en el sector del plátano local: la dividida Asprocan al mando del palmero Domingo Martín, director gerente de la OPP Cupalma, y los popes de la OPP Europlátano.
Estos son sus principales escuderos, también los claros ganadores de la jugada negra de aquel lunes de Consejo de Gobierno. Habían identificado al ya ex director general de Agricultura como el coco del plátano, el traidor de la causa palmera liderada por CC con guion de un pequeño círculo de poder. Ellos aplauden a rabiar esta salida; ellos aplauden el cese, quizá con tantas fuerzas como las utilizadas para resaltar hace apenas un año el nombramiento de la misma persona. La cara y la cruz.
La guerra no la han ganado, pero sí la primera batalla. Queda la segunda y final, que también la desean a muerte. La mayoría no la tienen, pero Narvay Quintero es hoy un consejero débil. Además, en breve se saca a exposición pública el proyecto de decreto territorial del plátano, el mismo que la palmera Nieves Lady Barreto defenderá que termine saliendo en el BOC como deciden los que más influyen sobre ella. La batalla está servida y queda por ver quién será el vencedor.
Si Narvay Quintero empuja más, le pone toda la intensidad y termina ganando porque sale aprobado el decreto según el contenido de la PNL del plátano aprobada por unanimidad en la Comisión de Agricultura del Parlamento de Canarias el 26 de julio pasado, texto también apoyado por dos OPP de Asprocan, Coplaca y Agriten (en torno al 47% de los kilos de plátanos que se comercializan desde Canarias al año), y por todas las organizaciones profesionales agrarias, Quintero tendrá futuro en la Consejería, una vida más o menos digna. Quintero gana si gana la mayoría, el consenso más amplio.
Si no lo consigue, perderá la guerra y ya con ella cualquier posibilidad de mantenerse con dignidad en el cargo. Hay que esperar, pero pinta feo…
La consejera Nieves Lady Barreto no es muy conocida por el tacto que es capaz de desplegar al ejecutar sus estrategias. Tosca o muy tosca, antes de poner la cabeza de Gutiérrez Taño en una bandeja de plata para entregársela a los que más se la pedían, ella misma y algunos poderes fácticos de La Palma, pensó que el ya ex director general de Agricultura estaría dispuesto a aceptar un trueque de altos cargos: él a la Consejería de Presidencia y Juan Ramón Rodríguez Martín, hoy en la Consejería de Presidencia, a la de Agricultura. Total, el salario es el mismo, debió pensar.
Pero se equivocó de todas todas. Gutiérrez Taño le hizo un feo, porque ella, tan confiada, lo llamó un lunes a primera hora de hace ya algunas semanas y le planteó la maniobra. Ese mismo día Barreto había soñado con que el cambio de cromos lo llevaba al Consejo de Gobierno y bum, asunto resuelto. Pero erró, y quizá de ahí la brusquedad desplegada en la sesión del Consejo de Gobierno del lunes 16 de septiembre: o por las buenas o por las malas, y sin importar si así no lo quiere Narvay Quintero, que no lo quiso y lo reconoció al negarse a firmar la propuesta de cese. Qué más da, pensó Nieves Lady Barreto: esto lo despacho con Fernando Clavijo, que para eso la cabeza que ya va a la bandeja es cuota palmera, siguiendo aquella vieja y diabólica expresión de “lo maté porque era mío”.
Lo de ese lunes fue puro volcanismo, y pudo llegar a ser muy pero que muy explosivo si al final se llega a aceptar a la persona elegida para el trueque de cargos, la primera opción, esta sin dinamita, que era el actual director general de Estudios, Formación e Investigación en Seguridad Pública, Juan Ramón Rodríguez Marín, también exalcalde de CC en Los Llanos de Aridane y muchas más cosas.
Este alto cargo, actualmente en el organigrama de la Consejería de Presidencia, la de Barreto, era el preferido para ser nuevo director general de Agricultura, pero resulta que Narvay Quintero no lo quiere y, claro, dos goles seguidos, con tan poco tiempo transcurrido, seguro que es mucha vejación.
Por eso, la sustitución de Gutiérrez Taño, su relevo, quedó en blanco, pendiente de resolver, encima de la mesa, pese a todo lo que quería Rodríguez Martín estar en la nueva dirección general y seguro que obedecer a su jefa, Nieves Lady Barreto.
Este capítulo tan rocambolesco aún no tiene final, y la persona que se elegirá parece que ya no será la que lleve el nombre Juan Ramón Rodríguez Martín, pero sí el que quiera Barreto. Rodríguez Martín, veterinario de profesión, se curtió en la política local de Los Llanos de Aridane y siempre exhibió ser, con más o menos intensidad, un protegido de CC en La Palma. Tanto es así que este veterinario fue fichado para prestar servicios a la empresa pública GMR en la legislatura 2011-2015, un año de esos cuatro, al final del mandato, con consejero de Agricultura de CC, otra persona de Los Llanos de Aridane y también exalcalde de esa localidad palmera: Juan Ramón Hernández.
Esa contratación entre empresa pública y un tercero autónomo es un debe en el currículo de Rodríguez Marín. La sorpresa de tal relación laboral con GMR fue, que es lo que se denunció en su día, supuestamente fraudulenta, y no por pocos motivos. Se detecto algo muy feo. Esta, por cierto, había sido la persona elegida para entrar en el despacho del que a la fuerza salió aquel lunes Javier Gutiérrez Taño.
Cosas de la política. Cosas que no deben pasar.
*Artículo publicado en la revista del sector primario Agropalca, en su edición de septiembre de 2024.
Ya conocen de sobra la triste noticia, del 16 de septiembre pasado, pero seguro que no esta versión de los hechos, servida aquí a modo de crónica. Esta es una crónica concebida con la idea de ir al fondo de la cuestión, de sacar a relucir los porqués de tal aniquilación política y las lecturas que se deben avivar, o yo quiero extraer, para que floten en el ambiente y así sirvan de ejemplos nítidos de lo peor de la política: de la política que, en cierto modo, tiene algo de terrorismo.
La destitución por la espalda de Javier Gutiérrez Taño, avisada hace tiempo, sí, pero consumada por la espalda, sin defensa alguna, ha sido diseñada por la valiente Nieves Lady Barreto, jefa de CC en La Palma, la que ahí manda, por lo que se ve y nadie niega, y consejera de Presidencia en el Gobierno de Canarias. Ella ha dejado con esa operación endiablada dos víctimas: Javier Gutiérrez Taño, que se va con la cabeza bien alta, y Narvay Quintero, cuyo futuro ahora sí que queda bien en el aire. Dependerá de otras batallas en curso.