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Migrantes: memoria a corto plazo

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La situación en la que están viviendo los migrantes es desoladora. El muelle de Arguineguín se ha convertido en un auténtico campo de refugiados, incluso con niños menores separados de sus madres.

El Gobierno de España mira hacia otro lado: Canarias es África para ellos y, parece ser, que nuestros problemas no son los suyos, al igual que están haciendo con la crisis económica que estamos viviendo por el turismo. Y nuestro Gobierno ¿qué hace al respecto? Parece que nada. Un gobierno que se llama progresista, social, un gobierno que prometió que las personas prevalecerían por encima de la política. Una vez más nos demuestran que cuando llegan al poder las promesas se diluyen.

Esto está generando un masivo rechazo a los migrantes y el racismo se va acrecentando. No estamos siendo conscientes de que, la inmensa mayoría de ellos, huyen de la pobreza, de la guerra, de gobiernos autoritarios, que arriesgan sus vidas por un futuro mejor y su primera puerta de entrada a Europa es Canarias.

He llegado a oír que si ahora llegan en pateras, dentro de poco serán barcos enteros, y cuando escucho esto, recuerdo las historias que me contaba mi madre de cómo su familia, como otros muchos canarios, intentaban huir de la pobreza anhelando un futuro mejor en países como Cuba y Venezuela.

Mis abuelos fueron emigrantes. Viajaron a Cuba, mi madre nació allí. Otros iban a Venezuela, los peninsulares partían hacia Francia y Alemania y me dolería mucho creer que ellos hubiesen sido tratados como ahora se está tratando a todos esos africanos que llegan a nuestras costas.

Es verdad que “no hay cama para tanta gente” en Canarias y que el Estado no está ayudando a solucionar este problema. Puede que también sea verdad que algunos de ellos no sean buenas personas, que sean delincuentes o que, incluso, tengan el COVID-19, pero ante esta situación no podemos darle la espalda a los cientos de ellos que sólo buscan un trabajo para mantener a sus hijos.

La situación económica en Canarias es difícil en estos momentos; el paro se ha disparado, muchos negocios han quebrado, las ayudas sociales no llegan o llegan tarde, muchos de nuestros vecinos están perdiendo sus viviendas, no tienen ingresos para mantenerlas, la espiral de pobreza en Canarias está creciendo exponencialmente, los ERTES no se están pagando, tenemos turismo cero, estamos perdiendo mucho y esto nos afecta a todos.

Pero lo que no podemos perder nunca es la solidaridad, ver el lado humano de las cosas, mirar hacia delante, afrontar los problemas con los que nos tropezamos en nuestra vida y buscar la solución adecuada sin tener que sacrificar los valores en los que nos han educado.

Ni todos los vascos son terroristas, ni todos los catalanes son independentistas, ni todos los canarios son racistas, ni todos los españoles son insolidarios. Y a todos aquellos que ponían el grito en el cielo cuando los refugiados que llegaban a Europa, y España no quería acogerlos, ahora que están en el gobierno les digo: den una solución al problema de la migración, den la cara en Europa para que la solución al problema sea compartida por todos. Recuerden que los españoles también tuvieron que abandonar su país para asegurarse un futuro mejor, eso no lo podemos olvidar, es parte de nuestra historia y de nuestra memoria, por mucho tiempo que haya pasado. Pero, por favor, no miren hacia otro lado, nadie se lo merece.

*Beatriz Correas es concejal no adscrita en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

La situación en la que están viviendo los migrantes es desoladora. El muelle de Arguineguín se ha convertido en un auténtico campo de refugiados, incluso con niños menores separados de sus madres.

El Gobierno de España mira hacia otro lado: Canarias es África para ellos y, parece ser, que nuestros problemas no son los suyos, al igual que están haciendo con la crisis económica que estamos viviendo por el turismo. Y nuestro Gobierno ¿qué hace al respecto? Parece que nada. Un gobierno que se llama progresista, social, un gobierno que prometió que las personas prevalecerían por encima de la política. Una vez más nos demuestran que cuando llegan al poder las promesas se diluyen.