Espacio de opinión de Canarias Ahora
Nadie sabe qué cosa es el ''socialismo''
A cualquier cosa llaman ya “socialismo”. Nos han apretado tanto las tuercas en estos veinte años desde la caída -bendita, por otra parte- del Muro de Berlín que basta una simple iniciativa misecorde con los más desamparados del planeta para acusar de rojo a quien la formule (que baje Cristo y lo vea).
Es el colmo de la derrota ideológica. Una nueva Edad Media que apague las luces de la Humanidad por otro largo periodo de tiempo: antes la acusación o el insulto era ser comunista. Ahora, socialista. ¿Con el cambio de década tocará imputar a alguien por demócrata o liberal? La pesadilla de Bertoldt Brecht entra en escena tocando a la puerta.
Ahora resulta que Obama es “socialista”. Igual que Chávez, vamos. La perversión de la palabra revienta conciencias críticas. El ejemplo extremo viene de ese gran muro de contención que son los Estados Unidos para que otro mundo sea posible. Socialista o no, pero justo y digno de una vez por todas.
Que Estados Unidos viva su particular cruzada blanca contra ese “socialismo negro” puede resultar hasta exótico a este lado del Atlántico. Pero temo que se extienda semejante falacia como una pandemia peor que la propaganda farmacéutica del N1H1.
La práctica del ideal socialista ha fracasado rotundamente a lo largo del siglo XX. Simplemente hay que remitirse a los hechos de la Historia. Pero lo que nunca debería permitir la idea es que su significado se pervierta hasta el punto de llamar “socialista” a las políticas de Obama allá, o a las de Zapatero aquí.
¿Se imaginan de qué acusarían los US ultra a ZP? Lenin se quedaría chico al lado del presidente español. Menos mal que estos elegidos de Dios no han mentado a la bicha muerta. Ya saben:
Nadie sabe qué cosa es el comunismo,
y eso puede ser pasto de la censura.
Nadie sabe qué cosa es el comunismo,
y eso puede ser pasto de la ventura.
A cualquier cosa llaman ya “socialismo”. Nos han apretado tanto las tuercas en estos veinte años desde la caída -bendita, por otra parte- del Muro de Berlín que basta una simple iniciativa misecorde con los más desamparados del planeta para acusar de rojo a quien la formule (que baje Cristo y lo vea).
Es el colmo de la derrota ideológica. Una nueva Edad Media que apague las luces de la Humanidad por otro largo periodo de tiempo: antes la acusación o el insulto era ser comunista. Ahora, socialista. ¿Con el cambio de década tocará imputar a alguien por demócrata o liberal? La pesadilla de Bertoldt Brecht entra en escena tocando a la puerta.