Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿No fumas, inglés?
Si el Gobierno español hubiera sacado adelante la medida de la prohibición de fumar del gobierno conservador británico, la oposición española afín al Ejecutivo inglés habría linchado literalmente a Pedro Sánchez y tildado de liberticida a su gobierno social comunista. Prohibido prohibir, parafraseando el mayo del 68 francés.
Pero como la medida fue aprobada por el Gobierno tory formado por liberal conservadores, el PP no abre ni la boca. Bien es cierto que un grupo de diputados de la derecha se rebeló contra su primer ministro y este tuvo que apoyarse en la oposición laborista para sacar adelante esta controvertida ley que ha roto al partido conservador británico. Aún así, la propuesta y promoción de la ley ha partido del primer ministro conservador.
Mientras la ministra de Sanidad defiende esta polémica ley, la de Negocios y Comercio la ataca duramente. Aunque las dos ministras forman parte del mismo gabinete conservador británico, la de Sanidad comprueba cómo cada año se queman (nunca mejor dicho) millones de libras esterlinas para poder auxiliar a los fumadores en el sistema de salud, la de Negocios y Comercio (muy buena denominación, no se pudo poner un nombre más explícito a este departamento) no está por la labor porque gracias al impuesto al tabaco el gobierno ingresa cada año muchos millones de libras. Un buen negocio si no fuera por el ingente gasto sanitario de los enfermos fumadores.
En el fondo esta discusión bizantina en el propio gobierno inglés se circunscribe a un asunto de dinero: una ministra está en contra de la prohibición de fumar por el dinero que recibe el Estado con los impuestos al tabaco mientras que la otra está a favor de la nueva ley porque de esta manera habrá más presupuesto sanitario ya que los gastos descenderán notablemente en este departamento al haber menos pacientes fumadores.
Realmente a los gobernantes no les preocupa nuestra salud sino nuestro dinero. Los liberales conservadores son así de inconsecuentes. Basta con mirar la última polémica surgida en el País Vasco por que el candidato de Bildu se ha negado a llamar a ETA banda terrorista y se ha limitado a denominarla banda armada.
Como es natural, la derechona patria ha reaccionado al unísono afeando y machacando al aspirante a lehendakari sus palabras laxas e indulgentes. Aún así, lo que dijo el candidato de la izquierda abertzale es una minucia comparada con aquellas famosas declaraciones de Aznar sobre ETA cuando fue presidente del Gobierno de España.
Aznar definió públicamente a ETA como “movimiento vasco de liberación” (sic) justo el mismo día que autorizó las negociaciones entre su gobierno y la banda terrorista. El candidato de Bildu no se atrevió a llegar tan lejos pero la hipocresía de la derecha española desbordó las previsiones. Para el PP está bien llamar a ETA “movimiento vasco de liberación” y lo que está mal es que se le denomine banda armada, que lo era, aunque fundamentalmente terrorista.
En los dos casos estamos hablando de la misma banda despreciable que afortunadamente se disolvió hace trece años, aunque la derecha sigue dándole vida como si ETA continuara extorsionando, matando y secuestrando. Ya sabemos que la derecha usa muy bien a los muertos cada vez que pretende sumar votos, sea por terrorismo o pandemia, pero lo que hace no tiene nombre. O sí. Se llama abyección.
Si el Gobierno español hubiera sacado adelante la medida de la prohibición de fumar del gobierno conservador británico, la oposición española afín al Ejecutivo inglés habría linchado literalmente a Pedro Sánchez y tildado de liberticida a su gobierno social comunista. Prohibido prohibir, parafraseando el mayo del 68 francés.
Pero como la medida fue aprobada por el Gobierno tory formado por liberal conservadores, el PP no abre ni la boca. Bien es cierto que un grupo de diputados de la derecha se rebeló contra su primer ministro y este tuvo que apoyarse en la oposición laborista para sacar adelante esta controvertida ley que ha roto al partido conservador británico. Aún así, la propuesta y promoción de la ley ha partido del primer ministro conservador.