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No hay luz al final del túnel: los vertidos ilegales de aguas residuales en Las Palmas de Gran Canaria no tienen fin
Recientemente se ha hecho pública la última sanción que el grupo de gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha recibido por parte de la Agencia Canaria del Medio Natural. Una sanción por realizar vertidos de aguas residuales a través del emisario del Teatro Pérez Galdós. El expediente multa al Ayuntamiento por verter aguas residuales y advierte de las consecuencias penales si no se paralizan de manera inmediata los vertidos. Según la información que dan los propios responsables de los servicios a día de hoy se siguen produciendo.
La política medioambiental de esta ciudad es un auténtico disparate, con consecuencias para todos los que vivimos aquí.
Por un lado, tenemos la playa de El Confital, cerrada desde hace más de cinco años por aguas contaminadas. Hoy en día, los responsables de playas siguen sin saber de dónde procede esa contaminación.
El año pasado, el grupo de gobierno municipal formado por PSOE, Nueva Canarias y Podemos fue sancionado por el Gobierno de Canarias por crear un vertedero ilegal en el barrio del Lasso. Posteriormente se vieron obligados a quitarlo ante la denuncia de los vecinos y de Coalición Canaria en el pleno municipal.
Los que gobiernan esta ciudad no tienen rubor a la hora de aparecer ante grandes anuncios relacionados con el medioambiente y el ecologismo. Sin embargo, son los mismos que acaban de extinguir la Agencia Local de la Energía como instrumento de cambio del modelo energético, porque no han sabido ponerla en marcha. O los mismos que mantienen a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria ahogada en la gestión de sus residuos. Una ciudad que en los últimos años no ha sabido acercarse a los objetivos que la Unión Europea pone a las grandes ciudades para el reciclaje de los residuos que genera. Las Palmas de Gran Canaria sólo recicla un 10% del total de los residuos que produce.
Lo cierto y real es que este alcalde, tras las denuncias que hemos hecho de manera reiterada desde Coalición Canaria, se está marchando y deja una herencia de desorganización y de política medioambiental grave mente afectada. Está lejos de los objetivos de sostenibilidad y de protección que marca Europa, pero además con graves síntomas. Lo mismo ocurre con el resto de servicios municipales, de desorientación y muy mala gestión que al final tiene su visibilidad en estas sanciones y judicializaciones de tantos asuntos de la ciudad.
Augusto Hidalgo, que lleva siete años gobernando la ciudad, se dedica a echar la culpa a los grupos de gobiernos anteriores a la llegada del PSOE, Nueva Canarias y Podemos, en vez de afrontar las obras en infraestructuras que evitarían los vertidos a nuestras costas.
Señor alcalde, esto no tiene excusa, no vale que nos haga más anuncios. Ha tenido usted siete años para solucionar el problema de los vertidos y no ha hecho nada; así que ahora que se va a marchar no nos cuente que tiene proyectos para solventar la problemática. Ya es demasiado tarde para que alguien le crea.
Cuando se vaya, no olvide el legado que deja en esta materia: contaminación de nuestras costas, vertidos en el emisario del Teatro Pérez Galdós, escombrera ilegal en El Lasso, el cierre de la playa de El Confital por contaminación y ni una sola mejora en la gestión de los residuos de su ciudad.
Recientemente se ha hecho pública la última sanción que el grupo de gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha recibido por parte de la Agencia Canaria del Medio Natural. Una sanción por realizar vertidos de aguas residuales a través del emisario del Teatro Pérez Galdós. El expediente multa al Ayuntamiento por verter aguas residuales y advierte de las consecuencias penales si no se paralizan de manera inmediata los vertidos. Según la información que dan los propios responsables de los servicios a día de hoy se siguen produciendo.
La política medioambiental de esta ciudad es un auténtico disparate, con consecuencias para todos los que vivimos aquí.