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Nuevos tiempos, nuevas respuestas

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Dirijo éstas, mis primeras líneas en forma de artículo de opinión como presidenta de Nueva Canarias, para compartir públicamente con la ciudadanía de Telde, los mismos sentimientos, reflexiones y propuestas que ya días atrás expresaba ante el Sábor/Consejo político local de mi partido en Telde. Y lo hago reiterando primeramente, como no podía ser de otra manera, mi más sincero agradecimiento a las compañeras y compañeros que han querido depositar esa confianza en mí para abordar la tarea y responsabilidad que tal cargo representa.

Como ya hice entonces y repito aquí ahora, quiero hacer una especial mención, dentro de ese agradecimiento, a la persona de Aureliano Francisco Santiago Castellano. En primer lugar porque lo merece después de tantos años de compromiso social y en segundo lugar porque hasta el último momento al frente de esta organización, ha sabido demostrar que es una persona de gran talla humana y política, de incontestable testimonio vital con este proyecto y ciudad y porque estoy segura de que, con su acompañamiento generoso en este proceso que ahora abrimos, hará aún más fuerte a Nueva Canarias.

He aceptado el reto que supone ponerme al frente de la primera fuerza política de esta ciudad, con la conciencia clara de que tal condición supondría, no sólo una enorme responsabilidad y compromiso de trabajo en clave interna desde el primer minuto de su ejercicio, sino la apertura de un nuevo ciclo que podría incluso abarcar más escenarios que el meramente partidario. A quienes esperen por tanto de mi un liderazgo como el de Paco Santiago, ya les adelanto que no podría aunque me lo propusiera, entre otras razones, porque el de él ha marcado un hito en la historia de Telde. Es mi deber y mi derecho por tanto ejercer este inmenso honor siendo yo misma, aportando mi propio sello y reivindicando, además, la manera de hacer política desde mi condición de mujer.

A esa premisa inicial he de añadir otras de orden más político, entre ellas mi propia consideración de la política, los partidos políticos y la necesaria transformación que ambos deben acometer. Para mí el ejercicio de la política o se entiende como una actividad elegida de forma libre y comprometida para servir al bien común, al progreso de la sociedad o simplemente será otra cosa menos política y ahí aviso que no me encontrarán. En este sentido y por pura lógica entenderán, que mi forma de entender los partidos políticos es la de ser uno de los instrumentos posibles para defender esas ideas, principios y valores y que, por tanto, no sólo no comparto sino que he combatido y combatiré con todas mis fuerzas, cualquier otra forma de entender su finalidad social, desde la más empobrecedora a la más perversa.

Desde mi responsabilidad como presidenta de NC en Telde , afronto este compromiso llamando a la unión, al diálogo constructivo y a avanzar con ilusión y amplitud de miras a todos aquellos/as que sientan como suyo este proyecto, pero también a aquellas otras personas que, aún no perteneciendo a él, quieran contribuir a cambiar para mejor esta sociedad aún desde otras perspectivas ideológicas diferentes.

Sólo me tendrán enfrente, aunque siempre desde el respeto democrático, aquellos que, desde sus posiciones pretenden o están contribuyendo a acabar con los derechos, las conquistas sociales y los avances democráticos que aunque, manifiestamente mejorables, otros nos legaron con sus luchas décadas atrás.

Estoy en el proyecto político que quería estar. Un proyecto político de clara vocación humanista, que toma su sentido pleno en la defensa incondicional de las personas y por tanto de todos aquellos derechos fundamentales que les permitan alcanzar su total desarrollo y bienestar personal y que, en el caso de Canarias, se complementarían con los derechos nacionales que tenemos como pueblo diferenciado. Por eso la defensa de los intereses generales, de aquello que signifique progreso y evolución para el común y una clara seña de identidad nacionalista y de izquierda, marcará el sello de identidad de nuestros pasos también en Telde.

Pese a tener muy claras nuestras convicciones, tenemos también muy asumida la riqueza que supone para una sociedad la pluralidad de puntos de vista y concepciones de entender esa vida en comunidad, razón por la que no faltará la amplitud de miras necesaria para afrontar juntos la solución a los problemas de la ciudadanía.

Atravesamos momentos convulsos, en donde conviven la resignación de algunos pero también la fundamentada indignación de otros tantos. Pero también son tiempos para la esperanza porque esta crisis ha demostrado no sólo lo mal que se pueden hacer las cosas, sino que la sociedad civil está viva y que si une sus fuerzas puede tener muchísimo más poder que el que creíamos tener los ciudadanos/as antes de que tanto drama social tocara a nuestras puertas. Este capitalismo descarnado, se está encontrando con una sociedad capaz de pararle los pies. Esta dictadura del individualismo, que quiere que dejemos de ser ciudadanos con derechos, para ser sólo productores baratos y consumidores permanentes, se está encontrando con unos ciudadanía que quieren que la felicidad y el bienestar sea para todos/as y no sólo para unos cuantos y entre todos/as vamos a demostrar que ¨Sí se Puede ¨ tener una democracia real y una economía de rostro humano“.

Como lo expresaba días atrás de forma muy acertada un gran escritor y humanista, no es ya que ¨otro mundo es posible, sino que otro mundo es seguro¨, porque, para bien o para mal, estamos en un momento histórico de cambio. Sólo queda por dirimir si es un mundo que nuestros hijos/as nos agradecerán o por el contrario nos recriminarán. Sigo creyendo en esa máxima de que hay que pensar globalmente pero actuar localmente, porque el que sólo piensa y no actúa no transforma y el que sólo actúa sin pensar olvida que los otros también cuentan, sobre todo los que más cerca están.

No sólo hay que escuchar a la gente. Ya hay que ir más allá. Hay que devolverle el poder real a la ciudadanía porque en eso consiste precisamente la verdadera democracia. Somos muchos/as las/os que tenemos totalmente decidido ya, incluso desde vertientes políticas distintas, que el camino para reconciliar de nuevo a la ciudadanía con sus instituciones pasa por pararle los pies a quienes, desde muchos ámbitos, están colaborando con la dictadura de los intereses de una minoría.

Mi trabajo en el parlamento de Canarias va en esa línea y en el plano local, frente a quienes quieren deshumanizar los ayuntamientos por la vía del decretazo y la asfixia económica, estaremos las/os que apostamos por potenciarlos, convertirlos en bandera de una mayor y mejor democracia y el bienestar real desde la misma base, desde las administraciones más cercanas a los ciudadanos/as y sus problemas.

Desde Telde, por Telde y por Canarias, las mujeres y hombres que hemos aceptado desde nuestra agrupación local el reto de dar respuestas a este nuevo tiempo que vivimos, queremos abrazar las nuevas formas de participación política y social, transparencia y buen gobierno que la misma sociedad está haciendo emerger. Los hechos demostrarán que no hablamos de sólo un buen escaparate para buscar réditos electorales, sino de un convencimiento firme que aplicaremos a nuestra propia organización y llevaremos al gobierno de Telde, si la ciudadanía nos da su confianza.

Creo que debemos recuperar el partido de los inicios, el que estaba pendiente de la calle, del barrio y de sus problemas, el que hizo que Telde fuera orgullo para los teldenses y para la isla. Pero también debemos ser el partido de los jóvenes, el de la modernidad y los nuevos retos, el que haga de su oposición, proposición y de su acción futura de gobierno la necesaria tercera modernización histórica de la ciudad de cara a las próximas décadas. Una ciudad que tenga como principal meta de sus actores públicos a las personas, su felicidad y su bienestar integral y no los enfrentamientos entre sus representantes políticos.

Espero y deseo contar con la colaboración de todos/as, propios y adversarios, actores públicos y de la iniciativa privada, ciudadanos/as de toda condición y rincones de Telde. Ya les adelanto que por mi parte hay una total disposición para contribuir a un futuro común que nos enorgullezca a todos/as.

Dirijo éstas, mis primeras líneas en forma de artículo de opinión como presidenta de Nueva Canarias, para compartir públicamente con la ciudadanía de Telde, los mismos sentimientos, reflexiones y propuestas que ya días atrás expresaba ante el Sábor/Consejo político local de mi partido en Telde. Y lo hago reiterando primeramente, como no podía ser de otra manera, mi más sincero agradecimiento a las compañeras y compañeros que han querido depositar esa confianza en mí para abordar la tarea y responsabilidad que tal cargo representa.

Como ya hice entonces y repito aquí ahora, quiero hacer una especial mención, dentro de ese agradecimiento, a la persona de Aureliano Francisco Santiago Castellano. En primer lugar porque lo merece después de tantos años de compromiso social y en segundo lugar porque hasta el último momento al frente de esta organización, ha sabido demostrar que es una persona de gran talla humana y política, de incontestable testimonio vital con este proyecto y ciudad y porque estoy segura de que, con su acompañamiento generoso en este proceso que ahora abrimos, hará aún más fuerte a Nueva Canarias.