Espacio de opinión de Canarias Ahora
Orgullosos de fregar
Acabamos de celebrar el 8 de marzo y estamos en el siglo XXI, pero todavía quedan concejales que descalifican a alcaldesas instándolas a fregar suelos en vez de a presidir sesiones corporativas. Acaba de ocurrir con el concejal y portavoz del PP en un ayuntamiento catalán, que ha dicho sin inmutarse que Ada Colau debería estar limpiando suelos si viviéramos en una sociedad seria. La alcaldesa ha respondido al susodicho diciéndole que es compatible ocupar su cargo y fregar suelos, pero no lo es ser concejal machista y clasista.
El edil Óscar Bermán, que se considera un hombre muy español y mucho español, católico, apostólico y romano, llamó descerebrada y anticatólica a Colau y luego se tomó una pastilla para dormir. Este concejal es tan democrático que le parece una barbaridad que una mujer como Colau esté al frente de un ayuntamiento como el de Barcelona tras haber sido elegida para el cargo.
Bermán tiene un correligionario en Canarias, un ministro que está en funciones y mata el tiempo dando charlas en colegios y anunciando querellas frustradas contra una juez en excedencia que ahora le hace la competencia en el Congreso de los Diputados con Podemos. La Fiscalía de Las Palmas ya se ha estrellado después de que la Audiencia le diera la razón a Victoria Rosell. Sin embargo, el ministro no ceja en su empeño de seguir haciendo el ridículo.
Soria cuenta con la ayuda de algunos fiscales de Las Palmas, que están estudiando la interposición de un recurso contra el fallo de la Audiencia. Después de que la Fiscalía intentara fastidiar la campaña a la ahora diputada de Podemos, el jefe de los fiscales de Canarias, Vicente Garrido, intentó echar un cable a su subordinado provincial García Panasco y en una entrevista aseguró que no se acordaba si le consultaron la publicación de un comunicado sobre el caso Rosell. Lo curioso del asunto es que ocurrió este mismo mes. Si Garrido no se acuerda de algo tan reciente debería ir tomando rabos de pasas.
Hasta el momento las injerencias de los políticos en la Administración de Justicia, politizándola, eran más o menos habituales, pero ahora parece que es la Justicia la que se entromete en el ámbito político. Garrido emula a la infanta Cristina: no sé, no me acuerdo, no me consta. Si la Fiscalía es la que nos tiene que proteger de los abusos de los poderosos, aviados estamos con estos comportamientos. Con fiscales así, hasta los jueces necesitan armarse de un ejército de abogados.
Acabamos de celebrar el 8 de marzo y estamos en el siglo XXI, pero todavía quedan concejales que descalifican a alcaldesas instándolas a fregar suelos en vez de a presidir sesiones corporativas. Acaba de ocurrir con el concejal y portavoz del PP en un ayuntamiento catalán, que ha dicho sin inmutarse que Ada Colau debería estar limpiando suelos si viviéramos en una sociedad seria. La alcaldesa ha respondido al susodicho diciéndole que es compatible ocupar su cargo y fregar suelos, pero no lo es ser concejal machista y clasista.
El edil Óscar Bermán, que se considera un hombre muy español y mucho español, católico, apostólico y romano, llamó descerebrada y anticatólica a Colau y luego se tomó una pastilla para dormir. Este concejal es tan democrático que le parece una barbaridad que una mujer como Colau esté al frente de un ayuntamiento como el de Barcelona tras haber sido elegida para el cargo.