Espacio de opinión de Canarias Ahora
Pacto vegetariano
Se firmó el Pacto de progreso en Canarias tal y como estaba previsto desde la noche electoral, a pesar de que desde ese mismo día políticos y periodistas han mareado la perdiz de manera inmisericorde jugando con el personal al ratón y al gato.
Desde el mismo día en que se conocieron los resultados de las elecciones autonómicas en Canarias estaba cantado que la izquierda formada por el PSOE, Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera era la ganadora tras haber obtenido la mayoría suficiente para gobernar. A lo que se unía las ganas de expulsar a CC.
Las islas se llenaron de opinadores por cuenta ajena que desde el primer momento quisieron buscar a la desesperada un pacto alternativo que no existía y que solo estaba en las mentes calenturientas de algunos manipuladores.
La suma de las fuerzas de izquierda alcanzaba el número de 37 diputados mientras que la derecha solo contaba con 33. Algunos intoxicadores se dedicaron a expandir el rumor de que los tres diputados de Casimiro Curbelo podían entrar en el pacto conservador sin tan siquiera escuchar la opinión del líder gomero.
Mientras duró la negociación Curbelo nunca se decantó por el pacto de derecha, ni siquiera hizo una declaración apoyándolo, entre otras cosas porque él es socialista de toda la vida y su partido mantiene esa denominación definitoria.
El pacto suscrito el pasado sábado por las cuatro fuerzas de izquierda puede denominarse de progreso por mucho que a parte de la derecha le moleste ese nombre porque considera que esa característica no es patrimonio de una ideología.
Tras el pacto de progreso de Jerónimo Saavedra en los años 80, hoy habría que hablar de pacto de progreso 2 como si fuera la continuación de una saga familiar ideológica o la segunda parte de una película de éxito.
A alguien se le ocurrió bautizar este acuerdo como el pacto de las flores porque se presentó en el parque García Sanabria de Tenerife, pero esa denominación no deja ser una cursilería propia de políticos alegres y sandungueros.
A pesar de que el decisivo Casimiro Curbelo pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, algunos conspicuos gobernantes tinerfeños han puesto el grito en el cielo porque creen que el próximo Gobierno de Canarias estará desequilibrado en favor de la provincia de Las Palmas como si la mayor parte de los gobiernos canarios no hubiesen estado desequilibrados a favor de la provincia occidental y en detrimento de la oriental.
Mientras fueron presidentes Manuel Hermoso, Fernando Fernández, Adán Martín, Paulino Rivero y Fernando Clavijo, los muy rebenques nunca denunciaron el desequilibrio regional, pero ahora que pierde el poder Coalición Canaria, sustentada principalmente en ATI, a unos cuantos les empiezan a temblar las piernas en vez de preguntarse qué han hecho mal en los últimos cinco lustros en las islas.
Siempre es más fácil ir de victimistas que de victimarios. Ahora les toca calentar banquillo. Sería aconsejable que se compraran un buen cojín para amortiguar el culo durante cuatro años.
Se firmó el Pacto de progreso en Canarias tal y como estaba previsto desde la noche electoral, a pesar de que desde ese mismo día políticos y periodistas han mareado la perdiz de manera inmisericorde jugando con el personal al ratón y al gato.
Desde el mismo día en que se conocieron los resultados de las elecciones autonómicas en Canarias estaba cantado que la izquierda formada por el PSOE, Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera era la ganadora tras haber obtenido la mayoría suficiente para gobernar. A lo que se unía las ganas de expulsar a CC.